domingo, 17 de marzo de 2013

Seductoramente Tuya Epilogo






¡Joseph, no puedes entrar! Da mala suerte.
Joseph sonrió a su hermana, le dio un beso en la mejilla y luego la apartó y pasó dentro.
Embutida en un hermoso vestido de novia, Demi estaba de pie en mitad de la habitación de invitados de su madre, atendida por sus otras dos damas de honor, Susan Schedler y su prima Emily. Las dos fruncieron el ceño al verlo.
—Demasiado tarde —dijo él—. Ya la he visto. Y no puedo imaginar que me vaya a traer mala suerte ver a mi novia tan preciosa.
—¿Otra vez haciéndote el poeta? —Lo acusó Demi —. Está bien, esta vez te ha funcionado —añadió, sonriente.
— ¿Podría quedarme a solas con Demi unos minutos? —preguntó Joseph a las demás mujeres.
—¿No puedes esperar? —se opuso Tara—. La boda empieza en un cuarto de hora. Como nos retrasemos un minuto, a mamá le dará algo.
—No nos retrasaremos —prometió él—. No si salís en seguida.
—Está bien —dijo Tara— pero no me eches la culpa si entra a mamá a sacarte de la oreja —añadió mientras abandonaba la habitación, seguida por Emily y Susan.
—Estás guapísima, de verdad —murmuró Joseph, admirando las florecillas blancas que adornaban el cabello pelirrojo de Demi.
—Gracias —contestó esta, sonriente—. Y, ahora, dime, ¿por qué has entrado aquí? Si te has puesto nervioso y has decidido suspender la boda, te juro que te ahorcaré delante de todos los invitados.
—Sabes que no —Joseph  rio—. Solo quería que vieras esto. Ha llegado esta mañana.
Demi tomó con curiosidad el sobre que le tendía Joseph.
— ¿Qué es?
—Ábrelo.
Lo hizo, leyó los resultados científicos de la prueba y exclamó:
— ¡Joseph!
—Lo sé —esbozó una sonrisa trémula—. Siempre he sido su padre. Esto solo confirma lo que mi corazón ya sabía. Pero habría seguido queriendo a Abbie aunque los resultados hubiesen sido diferentes.
—Lo sé —Demi se llevó el papel al pecho—, pero es una noticia estupenda. Es tu hija, de verdad.
—Y en un cuarto de hora será nuestra hija —le recordó.
—Guau —Demi respiró profundamente—. Estoy a punto de convertirme en madrastra.
—No hay nadie en quien confíe más — le aseguró él—. Con toda mi alma.
—Tienes que dejar este rollo poético, Joey.
Aunque este estaba sonriendo, inició una advertencia.
—Como te atrevas a llamarme así delante de alguien...
—Ya sabes que me encantan los retos — Demi esbozó una sonrisa malévola.
Joseph la besó y le dijo que no pararía hasta que le prometiera que no lo llamaría así en público. Seguía allí cuando su madre entró en la habitación para sacarlo de la oreja.
—Te veo en el altar —dijo Joseph.
—Confía en mí —dijo ella—. Allí estaré.
Joseph se detuvo lo suficiente para lanzarle una sonrisa:
—Da la casualidad de que sí confío en ti. Totalmente.


Fin.

Otra historia que llego a si fin gracias a las que comentaron 

2 comentarios:

  1. Awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww.
    Esta me encantaabaaaa, era tan linda y tan tierna y Joeee tan necio hahahaha todos veían lo que existia y el con sus problemas de confianza y aceptación :p pero menos mal se dio cuenta de lo hermosa que es nuestra Dems.
    Jeeei
    Me en encanto esta nove
    :)
    xooxxx

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  2. awwwww......q lindo final....es una pareja tan perfecta....


    bueno sigo leyendo.....

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