Vale, puede que no
haya decidido jugársela así en esto de las presentaciones. Tal vez escribir en
su libreta “Sábado noche. Tú y yo. Clases de conducción y sexo duro…..” no haya
sido una jugada muy inteligente. Y sin embargo, me moría de ganas que a la
señorita perfecta se le trabara la lengua con mi presentación. Y ese es
precisamente el resultado.
- ¿¿Señorita Lovato??
Me divierto
observando como la Perfección levanta la mirada hacia Peterson. Vaya, es muy
buena. Mi compañera domina a la perfección el modo de ocultar sus verdaderas
emociones; lo sé porque es algo que yo suelo hacer.
- ¿Sí? -dice Demi,
ladeando la cabeza y sonriendo como la reina de la fiesta.
Me pregunto si esa sonrisa le ha servido
alguna vez para librarse de una multa por exceso de velocidad.
- Su turno.
Presente a Joe a sus compañeros.
Apoyo el codo en la
mesa de laboratorio y me dispongo a esperar una presentación, que o bien va a tener
que inventarse, o bien le va a obligar a confesar que no sabe absolutamente
nada de mí. Repara en mi postura relajada, y por su expresión de ciervo
asustado, estoy seguro de que la he dejado sin palabras.
- Os presento a Joseph
Jonas -empieza con voz de pito. Me da rabia escuchar mi nombre de pila., pero
intento mantener mi fría fachada, mientras ella continúa con su improvisada
presentación-. Este verano, cuando no aguardaba en la esquina de la calle para
acosar algún inocente, iba de excursión a los calabozos de los alrededores, ya
sabéis a que me refiero. Y oculta un deseo que nadie sabría adivinar.
De repente, todos
se quedan en silencio. Incluso la Sra. Peterson parece intrigada. Joder,
incluso yo tengo la sensación de que las palabras que salen de los mentirosos
labios de color rosa esmerilado de Demi son música para mis oídos.
- Su mayor deseo
-continua-, es ir a la universidad y llegar a ser profesor de química, como
usted Sra. Peterson.
Sí, claro. Miro a
mi amiga Isa, a quien parece divertirle el hecho de que una niña pija no tema
dejarme en ridículo delante de toda la clase.
Demi me lanza una
sonrisa triunfal, segura de que ha ganado esta ronda.”Buen intento pija”
Me incorporo en la
silla mientras la clase sigue en silencio.
- Os presento a Demi
Lovato -empiezo, sabiendo que todas las miradas recaen sobre mí-. Este verano
se ha dedicado a ir al centro comercial para comprar ropa nueva para ampliar su
vestuario, y se gastó el sueldo.
o de papá en una operación de cirugía estética
para realzar sus, ejem, cualidades.
Puede que no sea lo
que ella ha escrito, pero seguro que se acerca a la realidad. A diferencia de
la presentación que ella ha hecho para mí.
Reparo en las
risitas de mis colegas en la parte posterior de la clase. Demi se ha quedado de
piedra a mi lado, como si mis palabras hubieran herido su apreciado ego. Demi
Lovato está acostumbrada a que los demás le hagan la pelota y puede que
necesite a alguien que le abra los ojos. En realidad, le estoy haciendo un
favor. Lo que no sabe es que aun no he acabado con su presentación.
- Su mayor deseo
-añado, obteniendo la misma reacción que ha conseguido ella, durante la
presentación que ha hecho sobre mi-, es salir con un chicano antes de terminar
el instituto.
Tal como esperaba, mis palabras son
recibidas con comentarios y silbidos en la parte de atrás de la clase.
- Bien dicho Jonas -exclama
mi amigo Lucky.
- Yo saldré contigo
-añade otro.
Choco los 5 con
otro Latino Blood llamado Marcus que está sentado detrás de mí. Después reparo
en Isa, que está negando con la cabeza como si hubiera hecho algo mal. ¿Qué?
Solo me estoy divirtiendo un poco con una niña rica de la zona norte.
Demi mira a su
novio, y después a mí. Le lanzo a Colin una mirada que dice “empieza el juego”.
La cara de Colin adopta repentinamente un color rojizo, como el de una
guindilla. Acabo de invadir su territorio. Eso está bien.
- Silencio chicos
-interviene con firmeza Peterson-. Gracias por sus creativas y… esclarecedoras
presentaciones. Señorita Lovato y Señor Jonas, quédense después de clase.
- Sus
presentaciones no sólo han sido horrorosas, sino también muy irrespetuosas para
conmigo y para con el resto de compañeros -dice Peterson después de clase
mientras Demi y y yo esperamos delante de su mesa-. Tienen un opción -añade
sujetando 2 papeletas de castigo azules en una mano y 2 hojas de papel en la
otra-. O bien eligen quedarse castigados hoy después de clase, o bien acceden a
escribir para mañana una redacción de 500 palabras sobre el respeto. ¿Qué
dicen?
Me inclino cojo la
papeleta de castigo. Demi elige la hoja de papel. Como no.
- ¿Alguno de
ustedes no está de acuerdo con mi método de asignar compañeros de laboratorio?
Pregunta Peterson.
Demi responde si al
mismo tiempo que yo respondo no.
Peterson se quita
las gafas y las deja sobre la mesa.
- Escuchen será
mejor que arreglen sus diferencias antes de que acabe el año. Demi, no la voy a
cambiar de compañero. Ambos están en el último curso y tendrán que lidiar con
una plétora de gente y diversas personalidades tras la graduación. Si no
quieren ir a cursos de verano para recuperar mi clase, les sugiero que trabajen
el uno con el otro. Ahora dense prisa si no quieren llegar tarde a su siguiente
clase.
Acto seguido, mi
compañera y yo salimos de clase.
- Deja de seguirme
-espeta, mirando por encima del hombro para comprobar cuanta gente nos observa
caminar juntos por el pasillo.
Como si yo fuera el
mismo diablo.
- Ponte manga larga
cuando venga a recogerte el sábado por la noche -insisto, a pesar de ser
consciente de que ella está a punto de perder los nervios. Normalmente, no
suelo meterme con las niñas pijas, pero me encanta sacar de quicio a esta en
particular. Y es que Demi, la más popular y la más deseada de todas, se trata
del blanco perfecto-. Si no pasaras mucho frío en el asiento trasero de mi
moto.
- Escucha, Joe -me
dice, dándose la vuelta y haciendo que su melena bronceada por el sol le caiga
sobre los hombros. Me lanza una mirada de hielo con sus ojos claros-. No salgo
con los chicos que pertenecen a bandas, y no me van las drogas.
- Yo tampoco salgo
con los chicos que pertenecen a bandas -digo acercándome a ella-. Y no consumo
drogas.
- Sí, claro. Me
extraña que no estés ya en un centro de desintoxicación o algún campamento para
delincuentes juveniles.
- No me conoces.
- Se lo suficiente-
dice cruzándose de brazos. A continuación, baja la mirada al percatarse de que
con esa postura solo consigue realzar sus atributos y deja caer las manos a los
costados.
Hago un esfuerzo
por no mirarle los pechos y doy un paso hacia delante
- ¿¿Te chivaste de
mí con Aguirre??
- ¿Y qué si lo he
hecho? -replica, retrocediendo un poco.
- Nena me tienes
miedo -es una afirmación, no una pregunta. Deseo oír de sus propios labios la
razón de la opresión que siente por mí.
- La mayoría de la
gente de este centro tiene miedo de mirarte de la manera equivocada y acabar
con una bala en el pecho.
- Entonces mi pistola,
ya estaría echando humo, ¿no te parece? ¿Y por qué tú no sales huyendo del
chungo chicano ehh?
- Lo haré en cuanto
tenga la oportunidad.
Ya me he divertido
con esta pava. Es hora de dejarle las cosas claras y hacerle ver quien lleva
los pantalones. Acorto la distancia que nos separa y le susurro al oído:
- Afronta los
hechos. Tu vida es demasiada perfecta. Es probable que te quedes toda la noche
despierta, fantaseando sobre darle algo de sabor a ese montón de algodones en
el que vives. -Maldita sea, puedo captar el olorcillo a vainilla de su perfume
o de su crema. Me recuerda a las galletas y me encantan las galletas, lo que no
es nada bueno-. Quien juega con fuego acaba quemándose, nena.
- Si la tocas, te
arrepentirás de ello, Jonas -campanea la voz de Colin. Parece un burro con esos
enormes dientes blancos y esas orejas sobresaliéndole del rapado al cero que
lleva-. Apártate de una vez de ella.
- Colin -dice Demi-.
No te preocupes. Puedo encargarme de esto sola.
Cara Burro ha
traído refuerzos: 3 colegas con el mismo aspecto de pijos se levantan tras él
como guardaespaldas. Estudio el aspecto de Cara Burro y de sus 3 amigos para
calcular las posibilidades de enfrentarme solo a ellos. Llego a la conclusión
de que es probable que los 4 puedan conmigo, pero en este caso, no saldrán
ilesos del encuentro.
- Cuando seas lo
suficientemente fuerte como para jugar en primera división, deportista del tres
al cuarto, entonces escuchare toda la mierda que te sale de tu boca -le replico.
Otros estudiantes
se agolpan a nuestro alrededor, dejando espacio para una pelea que seguramente
será breve, frenética y sangrienta. Lo que no saben es que Cara Burro es todo
un corredor. Sin embargo, esta vez ha venido acompañado, de modo que quizás
decida plantarme cara. Por lo que a mí respecta, siempre estoy preparado: he
participado en más peleas de las que puedo contar con los dedos de los pies y
de las manos. Y tengo las cicatrices que lo demuestran.
- Colin, no merece
la pena -dice Demi.
“Gracias, nena. Lo mismo te digo” pienso.
- ¿Me estas
amenazando, Jonas? Espeta Colin, ignorando a su novia.
- No gilipollas
-digo mirándole fijamente-. Solo los picha flojas como tú amenazan a los demás.
Demi se coloca
delante de Colin y le pone la mano en el pecho.
- No le hagas caso
-dice
- No te tengo
miedo. Mi padre es abogado -se jacta Colin antes de rodear a Demi por el
brazo-. Ella es mía. Nunca lo olvides.
- Entonces ponle
correa -le advierto-. O puede que se sienta tentada a buscar otro dueño.
Mi amigo Paco
aparece a mi lado y me pregunta:
- ¿Va todo bien, Joe?
- Si, Paco -contesto.
Dicho esto, veo a 2 profesores acercándose por el pasillo, acompañados por un
tipo vestido de uniforme. No voy a caer en la trampa y acabar en la lista negra
de Aguirre-. Si todo va bien -repito y volviéndome a Demi, añado-: nos vemos
más tarde, nena, estoy deseando explorar nuestra química.
Ya tengo bastante
con el castigo, así que decido marcharme para librarme de una expulsión. Pero
antes Demi me hace una mueca con su nariz respingona, como si me considerara la
escoria de la sociedad.
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