lunes, 11 de marzo de 2013

Seductoramente Tuya Capitulo 24




La conversación durante la comida fue muy relajada, dominada casi por los niños. Joseph y Demi se trataron como si fueran meros conocidos, aunque sus miradas se cruzaban a veces por encima de la cabeza de Sam. No estaba seguro de que su interpretación engañase el olfato policial de Wade; pero quizá lograran que Emily no se diera cuenta.
Miró hacia su prima y, al ver su sonrisa, vio que no: no engañaban a nadie en absoluto.
—Vamos a ir a la playa anunció entonces Clay, captando la atención de Joseph.
— ¿A la playa? ¡Qué bien! dijo Demi animosamente. ¿Adonde?
—A Alabama. Mi tía, la hermana de mi padre, y su marido tienen una casa en la playa allí y vamos a pasar una semana entera con ellos.
— ¿El jefe de policía se va a ausentar toda una semana? Demi miró a Wade con los ojos teatralmente abiertos. ¿Qué vamos a hacer?
—Les he dicho a mis hombres que te vigilen de cerca replicó él con ingenio, provocando las risas de todos menos Sam.
—Ya he terminado de comer dijo este. ¿Puedo ir a jugar?
Joseph miró el plato de su hijo y decidió que había comido suficiente.
—No te alejes.
— ¿Me quieres tirar el Frisbee, Demi?  Le ofreció Sam.
— Demi  no ha terminado de comer se adelantó Joseph.
—Ya he comido bastante —dijo Demi, en cambio—. Vamos a jugar, Sammy.
—Yo también voy —añadió Clay, tratando de no sonar tan ansioso como su primo.
—Cuantos más, mejor —replicó Demi.
—Se le dan genial los niños, ¿verdad?  Comentó Emily minutos más tarde, mientras miraba a Jamie jugar con los chicos.
—Sí Joseph se concentró en Abbie, que estaba jugando con una cuchara de plástico y balbuceando alegremente. Se le dan muy bien.
—Sam está loco por ella. Es mucho menos tímido cuando Jamie está alrededor.
— ¿Cómo le va a la nueva niñera con él? se interesó Wade.
—Sarah ha cambiado su forma de tratarlo y está funcionando. Ahora se comunican mucho mejor.
—Me alegra que Demi  y tú os estéis viendo dijo Emily sin rodeos. Hacéis una pareja estupenda.
—Supongo que has estado hablando con mamá' repuso Joseph, resignado.
— ¿Estás de broma? Emily rio. Todo el mundo está hablando de vosotros.
—Emily —murmuró Wade.
—¿Qué pasa? ¡Es verdad!
— ¿Y qué es lo que están diciendo? acertó a preguntar Joseph cuando hubo recuperado la voz.
—Pues... poca cosa Emily frunció el ceño al advertir que Joseph no parecía complacido. Bueno... todos saben que os estáis viendo los viernes por la noche... y que has comido en su casa varias veces.
Joseph hizo una mueca de dolor cuando Abbie le dio un tirón de pelo; aunque el gesto se debió más a las palabras de su prima que a la acción de su hija.
—¿Dónde has oído eso?
—¿Lo de que has comido en su casa? Ya sabes que Gloria Capps vive enfrente de Demi, ¿no?
Joseph  no había sido consciente de que hubieran estado vigilando sus visitas. Frunció el ceño, disgustado por que alguien hubiera estado observando la casa de Demi mientras él se sentía seguro y a solas con ella.
De pronto, se sintió incómodo en el parque. Tuvo la sensación de que todo el mundo lo estaba mirando, conjeturando sobre Demi. Se preguntó cuánta gente estaría fijándose en ella e imaginándosela como madrastra. Lo cual era algo que él no había contemplado, se aseguró. No tenía el menor interés en volver a casarse y dudaba mucho que Demi lo quisiera.
—Venga, Joseph, no te lo tomes así lo reprendió Emily. Ya sabes que en esta ciudad no puedes estornudar sin que se entere todo el mundo. Van a hablar de vosotros hagáis lo que hagáis, así que más vale que lo aceptes.
—Pero no tiene por qué gustarme gruñó él.
—No. A mí me repateaba .que la gente fuera difundiendo rumores infundados sobre mi hermano. Pero cuando ya me había convencido de que quería marcharme de Honoria, me recordaron todas las cosas buenas de vivir aquí. Apenas hay delincuencia, los colegios son buenos, la misma gente que chismorrea sobre ti se pondrá de tu lado si tienes problemas.
—Y yo que pensaba que habías decidido quedarte en Honoria solo porque yo me había mudado aquí dijo Wade.
—Eso fue un gran incentivo Emily sonrió.
En ese momento, Claire se movió en el carrito y dio un grito, dejando claro que, ya que se despertaba, era hora de comer. Mientras Emily le daba un biberón, Joseph se ocupó de Abbie, cada vez más alborotadora.
—Abajo dijo la niña, señalando hacia el suelo.
—¿Quieres andar? le preguntó Joseph.
—Abajo.
Joseph  se levantó, posó a la niña en el suelo y le sujetó las manos mientras ella ponía a prueba sus piernecitas. Cada vez que la soltaba, Abbie aterrizaba con el culo, almohadillado por el pañal. Y cada vez se reía, aplaudía y levantaba las manos para que Joseph volviera a hacerlo.
—No parece que se le dé muy bien todavía esto de andar comentó Jamie mientras se acercaba a ellos. Parecía un poco sofocada de jugar con los niños, que se esforzaban en esos momentos por intentar tirar a Wade al césped. Pero andará cuando quiera y esté preparada, ¿verdad que sí, Abbie?
—Aupa respondió la niña, alzando las manos de nuevo.

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