jueves, 7 de marzo de 2013

Química Perfecta Capitulo 5




   

  Antes de ir a clase de química, enciendo mi teléfono móvil y llamo a mi casa para saber cómo le va a mi hermana. Baghda no está muy contenta porque a Shelley le ha dado un arrebato a la hora comer. Al parecer, a mi hermana no le ha gustado mucho la comida. Y como señal de protesta le ha tirado el bol de yogur al suelo.

    ¿Era demasiado pedir que mi madre renunciara un solo día de paseo por el club de campo para quedarse en casa en aquella etapa de transición? El verano ya ha acabado, y no puedo estar allí para relevar a las cuidadoras, y que por regla general acaban largándose.

    Debería estar centrada en mis clases. Ingresar en el alma mater de mi padre, Northwestern, es mi principal objetivo porque así podré ir a una universidad que este cerca de casa y no estaré lejos de mi hermana si me necesita. Después de dar a Baghda un par de consejos, aspiro una bocanada de aire, fuerzo la sonrisa y entro en clase.
    - Eh guapa. Te he guardado un sitio -dice Colin señalando el taburete que queda a su lado.

    El laboratorio está formado por altas mesas de laboratorio, cada una para la capacidad de 2 personas. Eso significa que estaré sentada con Colin el resto del año y que haremos juntos el temible proyecto de química de último curso. Sintiéndome algo estúpida por pensar que las cosas habían cambiado entre nosotros, tomo asiento en el taburete y saco mi pesado libro de química.

    - ¡¡Eh mira!! ¡¡Jonas está en nuestra clase!! -gritan algunos chicos en la parte de detrás del aula- Joe aquí, ven.

    Intento no mirar a Joe mientras saluda a sus amigos con palmaditas en la espalda y apretones de manos demasiados complicados para ser imitados. Además del gesto, se llaman hermano entre ellos, muy típico. La presencia de Joe atrae las miradas de toda la clase.

    - He oído que le arrestaron el fin de semana pasado por uso de metanfetaminas.
    - ¿En serio?

    - En serio -dice Colin, asintiendo con la cabeza y enarcando ambas cejas.
    Bueno, no es que me sorprenda la noticia. He oído que Joe pasa la mayoría de los fines de semana colocado, trapicheando con drogas o metido en cualquier otra actividad ilegal.

     La señora Peterson cierra con fuerza la puerta de la clase provocando que todas las miradas abandonen en el acto la parte trasera del aula, donde se sientan Joe y sus colegas, y se centren en la parte delantera, donde se encuentra la señora Peterson. Tiene el cabello castaño claro, y lo lleva recogido en una tirante cola de caballo. Es probable que no haya cumplido todavía los 30, pero sus gafas y su perpetua expresión ceñuda la hacen parecer mucho mayor. He oído que tras su primer año como profesora (el cual solo le trajo llantos), ha adoptado una actitud más dura. Al parecer, sus alumnos no respetaban a una profesora que era la suficiente joven como para ser su hermana mayor.

    - Buenos días y bienvenidos al último curso de química -dice antes de sentarse al borde de la mesa y abrir una carpeta-. Agradezco que se hayan tomado la molestia de elegir asientos, sin embargo, yo ya había dispuesto la organización de los mismos, por orden alfabético.

    Protestó justo al resto de la clase, pero la señora Peterson ni se inmuta. Se planta de la primera mesa de laboratorio y dice:

    - Colin Adams ocupe el primer asiento. Su compañera será Darlene Boehm.
    Darlene Boehm es la segunda capitana del equipo de animadoras. Me lanza una mirada cargada de disculpas antes de sentarse en el taburete que queda al lado de mi novio.
    A medida que la señora Peterson sigue con lista, los estudiantes van cambiándose a sus asientos asignados sin mucho entusiasmo.

    Demi Lovato -dice la señora Peterson señalando la mesa que queda detrás de Colin. Acepto gustosamente mi nueva plaza asignada.

    Joseph Jonas -continúa la Sra. Peterson, señalando el taburete que hay a mi lado.
    ¡Ay madre! Joe… ¿Mi compañero de laboratorio? ¿Durante todo el curso? De ningún modo, ni de coña, me niego. Lanzo a Colin una mirada suplicante mientras intento con todas mis fuerzas que no me entre el pánico. Debería de haberme quedado en casa. En la cama, bajo las mantas. Vaya, pues si que me siento intimidada.
    - Llámame Joe.
    La Sra. Peterson levanta la mirada de la lista de clase y observa a Joe por encima de las gafas.

Joe Jonas -dice antes de cambiar su nombre en la lista-. Señor Jonas, quítese esa bandana. En mi clase aplico una política de tolerancia cero. No permitiré que ningún accesorio relacionado con una pandilla entre en mi clase. Y por desgracia, Joe su reputación le precede. El director Aguirre respalda sin reservas esta medida…. ¿Me he explicado con claridad?

  Joe agacha la mirada antes de quitarse la bandana de la cabeza, revelando un cabello alocado que encaja con la expresión de sus ojos.
    - Es para esconder los piojos -le masculla Colin a Darlene, pero yo lo oigo y Joe también.
    - Vete a la mierda -le dice Joe, fulminándolo con la mirada-. Cierra el pico.
    - Claro, colega -responde Colin, antes de darse la vuelta-. Ni siquiera saber decir una frase sin soltar un taco.

    - Ya es suficiente Colin, Joe, siéntate -ordena la Sra. Peterson y dirigiéndose al resto de la clase dice- : esto también va por los demás. No puedo controlar lo que hagan fuera del aula, no obstante en mi clase mando yo -dice, girándose después a Joe-. ¿Ha quedado claro?

    - Sí señora -replica Joe en un tono deliberadamente bajo.
    La Sra. Peterson continúa con el resto de la lista, mientras yo hago todo lo que puedo para no mirar a los ojos al tipo que se sienta a mi lado. Me arrepiento de haber dejado el bolso en la taquilla porque ahora podría estar fingiendo buscar nada dentro, tal y como ha hecho Sierra esta mañana.

    - Qué asco -murmura Joe en tono contrariado y ronco. ¿Lo hace a propósito?
    ¿Cómo voy a explicar a mi madre que tengo de compañero de laboratorio a Joe Jonas? Ay, no, espero que no me eche las culpas de todo eso.

    Miro a mi novio, quien esta absorto con su conversación con Darlene. Tengo celos. ¿Porque mi apellido no puede ser Lovato para poder sentarme junto a él? Seria genial poseer el poder de retroceder en el tiempo y que, solo pronunciar las palabras mágicas, el día empezara de nuevo. Hoy sería el día perfecto para hacerlo.

    ¿Acaso cree la Sra. Peterson que es razonable emparejar a la capitana de las animadoras con el tipo más peligroso del instituto? Esta mujer está delirando.
    La señora delirios termina por fin de asignar los asientos.

    - Se que los estudiantes de último curso creen saberlo todo, pero nunca den por hecho que han triunfado hasta que no sean capaces de tratar las plagas que acechan a la humanidad o hacer que la tierra sea un lugar más seguro en el que vivir. El campo de la química juega un papel crucial en el desarrollo de los fármacos, en los tratamientos de radiación para los enfermos de cáncer, en el uso del petróleo, en el ozono…
    Joe levanta la mano.

    Joe-dice la profesora-. ¿Tienes alguna pregunta?
    - Señora Peterson, ¿está diciendo que el presidente de USA no es un triunfador?
    - Bueno, lo que digo es… que el dinero y el estatus no lo son todo. Debe utilizar el cerebro para hacer algo para la humanidad o por el planeta en el que vivimos. Entonces, si será un triunfador. Y se habrá ganado mi respeto, que es algo de lo que no puede presumir todo el mundo.

    - Yo tengo cosas de las que puedo presumir Sra. P. -dice Joe. Es evidente que esta divirtiéndose.
    La Sra. Peterson sostiene la mano en alto.
    - Por favor ahorrémonos los detalles Joe.

    Niega con la cabeza. Si Joe cree que llevarle la contraria a la profesora va a hacer que obtengamos una buena nota, está muy equivocado. Está claro que a la Sra. Peterson no le hacen gracia los listillos y mi compañero ya está en su lista negra.
    - Ahora -dice la señora delirios-. Mirad a la persona que se sienta a vuestro lado.

    “Cualquier cosa menos eso”. Sin embargo, no tengo elección. Miro de nuevo a Colin, que parece muy contento con la compañera que le ha tocado. Si Darlene no tuviera novio, me estaría cuestionando seriamente por qué se acerca tanto a Colin y se sacude la melena tantas veces. Deduzco que estoy siendo paranoica.

    - Puede que no les guste vuestro compañero -dice la Sra. Peterson, pero deberán estar juntos los próximos 10 meses. Tómense 5 minutos para conocerse, y después deberán presentarlo al resto de la clase. Hablen de lo que han hecho este verano, de cuáles son sus aficiones, o de cualquier otra cosa interesante o peculiar que quizás sus compañeros no sepan de ustedes. Sus cinco minutos empiezan ahora.
    Saco la libreta, me pongo en la primera página y se la paso a Joe.
    - ¿Por qué no escribes cosas sobre ti en mi libreta y yo hago lo mismo en la tuya? Pregunto. Es mejor intentar tener una conversación con él.

   Joe asiente, parece estar de acuerdo, aunque observo que se le levantan las comisuras de los labios mientras me pasa su libreta. ¿Son imaginaciones mías o ha pasado de verdad? Aspiro una bocanada de aire, me quito esa idea de la cabeza y escribo con diligencia hasta que la Sra. Peterson da el final de los 5 minutos y se dispone a escuchar las presentaciones de los alumnos.

    - Os presento a Darlene Boehm -empieza Colin, que es el primero en hablar.
    Pero yo no oigo el resto de su discurso sobre Darlene y su viaje a Italia y su experiencia en el campamento de baile del verano. En lugar de eso, bajo la mirada a la libreta que Joe me ha devuelto y me quedo boquiabierta al reparar en las palabras que ha escrito.

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