sábado, 17 de noviembre de 2012

Pasion Peligrosa Capitulo 5






— ¿Quién encontró el cuerpo?
La pregunta, seca y directa, interrumpió los caóticos pensamientos de Demi, que aguardaba junto al solario en compañía de los Pierce. Levantó la vista, convencida de ver a alguno de los agentes uniformados que habían llegado a la escena minutos después de que William Pierce hubiera avisado a la policía o incluso al propio jefe de policía. Sin embargo su mirada se cruzó con la de Joe Jonas.
Su corazón casi dejó de latir en ese instante.
No había estado tan cerca de él desde que había regresado a Moriah's Landing algunos meses antes. Demi creía que había logrado, de una vez por todas, dominar sus sentimientos hacia él. Pero entonces él había hecho algo inimaginable e inesperado. Se había convertido en un ciudadano respetable.

Demi era nuevamente presa de la confusión. Dirigió a Joe una mirada indefensa.
Su pelo, negro y corto, brillaba a causa de la lluvia. Y sus ojos, grises como un cielo de invierno, reflejaban serenidad. No era excesivamente alto, alrededor de metro ochenta, pero se movía con una confianza y altivez que siempre lo habían hecho parecer más alto. Vestía de oscuro, con vaqueros negros, un jersey negro de cuello de pico y un abrigo largo y pesado. Demi no podía apartar los ojos de él. Era muy apuesto.
Y había una joven mujer muerta.
Demi no podía olvidar la razón por la que Joe estaba allí. Trató de convencerse a sí misma de que su reacción ante su presencia se debía a su estado de conmoción, no tan solo por el hecho de haber encontrado el cadáver sino por la identidad de la víctima. Y había sido una verdadera conmoción.

Después de encender la luz del solario había reconocido casi de inmediato el rostro pálido, el pelo lacio y oscuro. Los rasgos delicados y cautivadores incluso tras la muerte. Y tras el reconocimiento habían empezado los temblores y los escalofríos. Había comenzado a temblar violentamente y no había sido capaz de controlarse. Alguien había ido a buscar su chal de terciopelo y ahora se aferraba a él como a una cuerda de salvamento. Abrió la boca para responder a Joe, pero le castañeteaban los dientes de tal modo que fue incapaz de articular palabra. William acudió en su ayuda.
—Demi encontró a la pobre chica —indicó—. Como usted comprenderá, ha sido muy traumático para todos nosotros.

Cuando Demi había informado a William y Drew de su espantoso hallazgo, habían procurado abandonar el baile de un modo discreto para no levantar sospechas ni alarmar a sus invitados. Afortunadamente el alcalde Thane ya se había marchado. De lo contrario se habría involucrado en el asunto para conseguir la máxima publicidad para su campaña y, del mismo modo, generar tanta mala prensa como le fuera posible para su rival. Pero no habían podido evitar que Zachary, el hermano menor de Drew, los siguiera hasta el solario al contemplar la expresión amarga de su padre. Y que algunos minutos después apareciera Geoffrey Pierce, el hermano de William. Con la policía en el lugar, la noticia no tardaría en extenderse entre los invitados, si no lo había hecho en ese momento.
William dio un paso al frente y tendió la mano a Joe.
—Por cierto, me llamo William Pierce.

—Sí, sé quién es usted —admitió Cullen sin mayor énfasis y le dio la mano—.Yo soy el detective Jonas.
— ¿Dónde está el Jefe Redfern? —Preguntó William—. ¿No debería estar aquí?
—Está fuera de la ciudad, pero lo han informado. Las carreteras de acceso están cortadas a causa de la tormenta. Quizá tarde varias horas en llegar.
— ¿Tendremos que esperar a que llegue? —dijo con el ceño fruncido.
—Me temo que no podemos esperar —dijo Joe—. El deterioro del cuerpo podría arruinar posibles huellas del ADN. Tendremos que tomar muestras de los tejidos tan pronto como llegue el Doctor Vogel.
—¿Y qué ocurre con la policía del Estado?
—Esta es nuestra jurisdicción.

—Entiendo —asintió William, que no parecía muy convencido—.Todo eso suena muy bien, pero llevas muy poco tiempo en el cuerpo. ¿Estás seguro de que tienes la experiencia necesaria para un caso como este?
La irritación asomó en la expresión seria del detective.
—Agradezco su preocupación, señor Pierce, pero le aseguro que estoy preparado.
—Sí, bueno, lamento ser tan franco —aseguró el anfitrión—. Pero parece usted demasiado joven para ser detective.

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