viernes, 30 de noviembre de 2012

Amor Desesperado Capitulo 25





Miley y Nick levantaron los ojos y vieron que, efectivamente, estaban bajo el muérdago navideño que exigía un beso. Miley sintió que se sumergía en un mundo irreal. No podía estar allí, en su fiesta de compromiso, cuando no estaba comprometida de verdad. Toda esa gente no podía estar esperando que Nick la besara. En cualquier momento, alguien chasquearía los dedos y todo desaparecería.

—Lo siento —farfulló Nick, tomándola en sus brazos.
Nick la miró a los ojos y ella vio su mirada de determinación. Él inclinó la cabeza y comenzó a besarla. Miley comprendió que se enfrentaba a la mayor actuación de su vida. Se preguntó si conseguiría soportarlo.

Nick se demoró en sus labios, como si quisiera ofrecerle consuelo y apoyo. Cuando apartó la cabeza, entrelazó los dedos con los suyos y apretó con firmeza.
—Anna, ¿cómo has conseguido mantenerlo en secreto? —preguntó Nick.
—Hice que todo el mundo jurara silencio —explicó, claramente orgullosa de su éxito. Empujó a Nick y a Miley hacia el centro de la sala, profusamente decorada con adornos navideños—. La mayoría de los invitados son del barrio, pero también hay algunas personas de tu oficina —dijo, señalando hacia Helen y su acompañante, y a Bob y Karen, que se acercaban.

—¡Enhorabuena otra vez! —dijo Helen, abrazándolos cariñosamente.
—Seguimos especulando sobre la fecha —pinchó Karen, la mujer del jefe de Nick.
—Ni siquiera vamos a pensar en fechas hasta después de navidades —dijo Miley, totalmente rígida—. Simplemente somos muy felices por haber vuelto a encontrarnos —añadió, comprendiendo que lo decía de todo corazón.
—Es verdad. No tenemos prisa —corroboró Nick, rodeando su cintura con el brazo y atrayéndola hacia sí.

Miley lo miró a los ojos y se sintió tan unida a él que se tranquilizó. Durante la hora siguiente Nick no se apartó de ella un instante, agarrándola de la mano o rodeando su cintura con un brazo. Miley intentaba recordarse a sí misma que todo era teatro, pero su cuerpo y su corazón ansiaban creer que era algo más. Simular que Nick y ella estaba verdaderamente enamorados e iban a compartir sus vidas para siempre, cada vez le parecía más real y menos teatro.

El champán y los brindis fluían libremente, mientras la asaltaban mil preguntas. ¿Cómo sería si Nick y ella estuvieran realmente comprometidos? ¿Cómo se sentiría si él la amara con todo su corazón? ¿Y si ella lo amaba de verdad?
La euforia recorrió sus venas, haciendo que fuera mucho más fácil continuar con el juego. Miley decidió no luchar. Cuando Anna apareció con un montón de regalos, Nick y ella se separaron un momento para dejarle pasó. Miley oyó a unos invitados cuchicheando al otro lado del árbol de Navidad.

—No se parece nada a las mujeres con las que suele salir —dijo una mujer—. Siempre pensé que Nick se casaría con una abogada. Así su mujer podría seguir sus casos.
Miley  frunció el ceño.
—Yo siempre creí que haría falta una auténtica lumbrera para cazarlo —dijo otra—. ¿Sabías que ella no ha empezado la universidad hasta este año?
— ¿En serio? —preguntó la primera—. No es en absoluto el tipo de mujer que suele gustarle.
—Quizá por eso se enamoró de ella —repuso la otra—. Es distinta.
—Me pregunto si durará.
¡No durará! quiso gritar Miley, aunque se le rompía el corazón al pensarlo. Todo se acabaría en menos de diez días. Nick volvería a ser el Soltero del Año. Miley lucharía para licenciarse y cada uno se iría por su lado.
La realidad se le clavó como un cuchillo. Todo era una farsa, pensó desesperada. Tenían que salir de allí.
—Hora de abrir los regalos —dijo Anna, y Miley rezó por poder disimular su tristeza.

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