miércoles, 1 de agosto de 2012

Cuatro Noches De Pasión Cap 32


Sí -dijo ella con una forzada sonrisa tranquilizadora.
El vecino echó una mirada dudosa a Nick y decidió alejarse.
-Subamos por esta escalera.
Si Nick la tocaba estaría perdida. Una cosa conduciría a la otra.
Era mejor terminar allí mismo.
-No.
Nick apenas contuvo el deseo de sacudirla.
-Dime que lo que hemos compartido no significa nada para ti.
-Yo...
Ella no podía hacerlo. Sus ojos se nublaron mientras luchaba por encontrar algo que decir y que no fuera una insensatez.

Nick alargó un brazo hacia ella con menos tensión. Con una mano le tomó la nuca y luego la atrajo hacia sí con la otra, y entonces la besó suave e intensamente.
Cuando alzó la cabeza ella sólo pudo mirarlo.

-Eres difícil -dijo con calma-. Ninguna mujer me ha enloquecido tanto como tú lo has hecho -añadió con una cálida sonrisa-. Me has mantenido a distancia durante un año rechazando amablemente mis invitaciones. Tenía que contentarme con unas breves conversaciones muy educadas cada vez que nos encontrábamos en alguna reunión social.
-Sí.
Miley recordaba todas y cada una de esas ocasiones, sus nervios en estado de alerta cada vez que veía su figura; un reconocimiento en un nivel emocional muy profundo que temía explorar, porque si penetraba en su espacio no podría salir de allí.
-Cásate conmigo.
Miley abrió la boca y la cerró de inmediato,
-¿Qué has dicho?

-Cásate conmigo -repitió Nick. Ella sólo pudo mirarlo, sumida en un silencio conmocionado-. ¿De verdad quieres que nuestros hijos sepan que su padre propuso matrimonio a su madre en un garaje subterráneo? -preguntó suavemente.
Era una broma pesada.
-No hablas en serio.
-Hablo muy en serio
-Nick.
-Quiero compartir el resto de tu vida -dijo suavemente-, Quiero ser el padre de tus hijos y verlos crecer junto a ti.
No había duda de que hablaba con toda seriedad.
La verdad estaba allí, en la profundidad de sus ojos oscuros, en la sincera calidez de su voz, en el toque de su mano.

Desde el interior la alegría ascendió en espiral y cantó con dulce y gloriosa sensualidad en las venas de Miley.
Nick esbozó una sonrisa cuando su mirada recorrió las paredes del garaje, que parecían una caverna de cemento.

-Había planeado un entorno bastante diferente a este.
Los labios de Miley se entreabrieron en una suave y trémula sonrisa.
-No necesito música suave, luces suaves, excelente comida ni vino.
Nick recorrió con los dedos el mentón y le alzó la barbilla para acariciar con el pulgar el labio inferior.

-¿Sólo necesitas las palabras, cariño?
Ella sintió como si se balanceara al borde de algo maravilloso.
-Sólo si las dices en serio.
-Tú eres para mí el amor que pensé que nunca encontraría -declaró con suavidad-. Te quiero, te necesito. A ti -dijo enfatizando la última palabra-. Para el resto de mi vida.
Por el momento ella no parecía capaz de articular una palabra. Estaba abrumada. Él la abrumaba. Con un gesto instintivo presionó la boca en la palma de la mano masculina.

-No quería gustarte -dijo con voz temblorosa-. Y especialmente no quería enamorarme de ti.
Había luchado denodadamente contra él, odiándolo por obligarla a reconocer que sus almas eran dos partes de un todo.
-¿A causa de mi presunto pasado peligroso? -preguntó, divertido.
-Tu pasado modeló y forjó al hombre que has llegado a ser.
Le confirió tenacidad, fuerza de voluntad e integridad de la que carecían muchos hombres iguales a él.
Nick la besó con tanta intensidad y ternura que ella sintió que se derretía en sus brazos.
Minutos más tarde, la llevó de la mano hacia el ascensor.
-Tenemos que salir de aquí -dijo con una sonrisa apasionada oculta bajo una capa de buen humor-. ¿Tu casa o la mía?
-¿Me estás permitiendo tomar la decisión?
Él se detuvo para volver a besarla intensamente.
-Tienes una boca descarada.
-¿Eso es un cumplido?
Segundos después se abrió la puerta del ascensor.
-¿Al vestíbulo o a tu apartamento?
-La gata.
-Así que no vamos al vestíbulo.
El ascensor empezó a subir al piso de Miley.
-Necesito ropa -continuó ella.
-La gata se acostumbrará.
-¿A qué?
-A su nuevo hogar.
Ella lo miró y sintió que se derretía.
-Te quiero.
-¿Quiéreme, quiere a mi gato? —interrogó él en tono jocoso.
-Ella está conmigo -dijo al tiempo que el ascensor se detenía en su planta.
Nick le sacó las llaves de la mano, entraron en el apartamento y él cerro la puerta.
-¿Debo interpretarlo como un sí?

Miley lo miró con serenidad. El amor estaba allí, para ella, sólo para ella. Dudó si alguien había visto a Nick tan vulnerable como en ese momento y eso la conmovió más que todo lo que él hubiera podido decir.
-Sí -dijo sencillamente.

Nick necesitaba demostrarle cuánto significaba ella para él... y lo hizo tan concienzudamente que el día dio paso a la noche. Era medianoche cuando fueron al refrigerador. Luego se prepararon una tortilla, tostadas y café.
-¡La compra! -Miley exclamó de pronto en tono desesperado mientras movía la cabeza de un lado a otro-. La dejé en el coche –añadió mientras pensaba en la leche estropeada, y en los otros comestibles.
-¿Tienes algún plan específico para las próximas semanas? -preguntó Nick distraídamente.

Miley estaba adorable, con los ojos chispeantes, la piel cálida y la melena en desorden.
Nick estiró una mano y le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.
-¿Alguna razón en particular?

La sonrisa de Nick expresaba una divertida indulgencia.
-Una boda. La nuestra -dijo. Llegaría el día en que nada de lo que hiciera o dijera la sorprendería... pero todavía faltaba mucho para que eso sucediera- Algo privado, por deferencia a tu padre. Sólo la familia y algunos amigos íntimos. Si deseas una ceremonia tradicional, podemos repetir los votos dentro de unos meses.



-¿Semanas? -Miley reiteró en un tono de divertido asombro-. Este fin de semana debo ir a Roma a la boda de Taylor.
-Perfecto. Vamos juntos, pasamos unos días en la ciudad...
Ella alzó una mano.
-Vas demasiado rápido.
-Y regresamos a tiempo para ocupamos de los trámites matrimoniales -concluyó.
-¿La luna de miel antes de la boda? –intentó decirlo a modo de broma, pero no le resultó del todo.
-¿Alguna objeción?
¿Cómo podía hacerlo cuando todo lo que quería era estar con él?
-Me dejas sin aliento -admitió pensando en la organización de una boda y en los planes de viaje para Roma.
Y también estaba su trabajo.
Nick observó su lucha emocional e intentó calmarla.
-Todo se limita a una serie de llamadas telefónicas. Déjamelo a mí.

1 comentario:

  1. oh dios mio !
    mme muero de la emocion !!! :D
    sisisisiisi!
    LA BODAAAAAAAAAA!
    WUJUUUUUUUU!
    ME ENCANTO VANE NO DEJES DE SUBIRLAPLIS C:

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