Roma estaba
mágica. La boda de Taylor con su conde italiano fue un acontecimiento con mucho
glamour, amor y alegría.
Y la semana
que le siguió fue un tiempo especial ya que Nick paseó a Miley por las galerías
de arte, las joyerías exclusivas y pasaron momentos muy relajados en las
trattorias de moda. Por las noches iban al teatro o a cenar a algún
restaurante.
Y hacían el
amor con una pasión intensamente primitiva.
Regresaron a
Sidney tres días antes de su propia boda. Días que se mezclaron unos con otros
mientras Miley corría a la modista, a la floristería, veía a Cameron y
organizaba lo último que tenía que llevar de su apartamento a la casa de Nick.
El domingo
amaneció claro y luminoso, y en unas horas las numerosas personas encargadas de
ultimar los detalles finales cumplieron su cometido a la perfección.
Los
jardineros dieron los últimos toques a su trabajo en los jardines y las
floristas hicieron hermosos arreglos florales con orquídeas blancas en el
cenador. El altar quedó dispuesto para oficiar la ceremonia y los proveedores
de la comida se afanaron en la cocina.
Cameron
llegó antes que los invitados y Nick permitió que le diera un cuidadoso abrazo
antes de aparecer por el pasillo alfombrado en rojo que conducía al cenador.
-¿Nerviosa?
-Un poco.
-Tranquilízate
-dijo el hermano y ella le dirigió una temblorosa sonrisa cuando empezó a sonar
la música.
Nick la
esperaba de pie en el altar y el corazón de Miley dio un pequeño salto cuando
se volvió a mirarla mientras avanzaba hacia él.
Todo se
oscureció y ella vio sólo al hombre.
Alto, moreno
y atractivo, resplandeciente en su soberbio traje de confección. Pero era su
expresión lo que la dejó extasiada. Una expresión cálida, cariñosa y
evidentemente apasionada. Ella sabía que todo eso se lo daría durante el resto
de su vida.
En un gesto
sin precedente él fue hacia ella, tomó su mano, se la llevó a los labios y
luego avanzaron juntos hacia el cenador.
Fue una
sencilla ceremonia con una mezcla de votos convencionales y personales. De
mutuo acuerdo habían decidido elegir cada uno el anillo de bodas del otro.
El diseño de
joyas era su profesión, así que Miley eligió una alianza de oro blanco y
brillantes. Era masculina, diferente y uno de sus diseños personales.
El anillo que
Nick puso en el dedo de la novia era la copia femenina del suyo.
-Por lo que
ya hemos compartido, por lo que tenemos ahora -dijo Nick tiernamente al tiempo
que añadía un magnífico solitario a la alianza de diamantes que representaba la
eternidad-. El futuro.
Ella deseó
reír y llorar a la vez e hizo ambas cosas, una después de la otra, y al sentir
los labios de Nick sobre los suyos en un beso que contenía una honda promesa
sensual, todo lo que pudo hacer fue contener sus lágrimas.
Fue más
tarde, mucho más tarde, cuando se quedaron solos que ella se tomó el tiempo de
darle las gracias.
En lugar de
reservar una suite en un hotel, decidieron quedarse en casa. De alguna manera
parecía apropiado pasar la noche de bodas en la cama donde habían hecho el amor
por primera vez.
-Bienvenida
-murmuró Nick cuando ella, alzando los brazos, atrajo su cabeza hacia la suya.
-Te quiero
-dijo con la voz enronquecida por la emoción-. Y siempre lo haré.
Él rozó su
frente con los labios y luego descendió hasta la boca femenina.
-Eres mi
amante, mi mujer, mi vida.
-Gracias, mi
amor -respondió ella con una dulce
sonrisa.
De pronto,
entre risas Nick dijo algo que ella no entendió.
-Repite lo
que has dicho.
-Mejor te lo
enseñaré -dijo con una sonrisa maliciosa.
Y lo hizo.
Más tarde,
al borde del sueño. Nick la atrajo hacia su cuerpo y la mantuvo abrazada...
consciente de que no bastaría con una vida.
Fin
oooooooooowwwwwwwwwwwwww termino :')
ResponderEliminarvane♥ no sabes como ame tu nove ! me encanto♥
por favor sube otra niley las amo♥
byeee gracias por esta nove fue hermosa
y quiero otra niley plis C:
besos te quiere mayi♥