martes, 7 de agosto de 2012

Unas Locas Vacaciones Cap4



Él se le quedó mirando con frialdad. Parecía enormemente tranquilo y despreocupado. Miley se preguntó si habría algo que pudiera llegar a ponerle nervioso. Tenía una curiosa seguridad en sí mismo, como si hubiera comprobado su resistencia hasta el límite y se conociera mejor que nadie.
Miró por encima del hombro, y en una sola ojeada, captó la situación.
-Disfrutarías más de tus vacaciones si te mantuvieras alejada de esta parte de la ciudad una vez que ha oscurecido –le dijo en tono amable, pero con autoridad-. Ya veo que tienes un admirador...
-Sí, "eso creo...

Iba a volver la cabeza hacia atrás, pero Nick la detuvo. -No lo hagas. Dirá que le estás alentando.
Se echó a reír y añadió:
-Tiene por lo menos cincuenta años y está calvo. Si has ido a los muelles a buscar un hombre, podrías haberle guiñado el ojo.
Nick había pretendido gastarle una broma, pero ella se sintió dolida. Estaba claro que no creía que pudiese atraer a un hombre como él.

-Es que me olvidé de en dónde estaba, si quieres que te diga la verdad. Me fijaré mejor la próxima vez. Perdona -añadió, alejándose de él.
Nick la observó encaminarse hacia el hotel, sintiéndose enfadado consigo mismo por no haberse dado cuenta de que su broma le resultaría ofensiva. Maldijo en voz baja y fue tras ella.
Pero Miley ya había tenido bastante. Se dirigió apresuradamente al hotel y subió por la escalera hasta el segundo piso en lugar de esperar al ascensor. Entró en su habitación y cerró la puerta con llave. Aunque tampoco tenía por qué enfadarse tanto. Nick no era la clase de hombre que perseguía a libreras Con gafas, se dijo fríamente.

Aquella noche no bajó a cenar. Lo más seguro era que Nick no se hubiera molestado en. Acercarse a ella, pero se sentía demasiado disgustada como para arriesgarse. Pidió. Que le sirvieran la cena el) la habitación y disfrutó de unos sabrosos mariscos a solas.

A la mañana siguiente, bajó a desayunar con el firme propósito de no dejar que Nick creyera que le rehuía. Y allí estaba él, sentado en una mesa que daba a la ventana y leyendo el periódico. Tenía buen aspecto, pensó, con aquellos pantalones  holgados y la camisa blanca y roja, desabrochada hasta la mitad. Como cualquier turista. Como si hubiera sentido su mirada fija en él, Nick  levantó los ojos del periódico y se la quedó mirando a su vez. Miley se sonrojó, pero él se limitó a sonreír y luego continuó leyendo. A partir de aquel momento, ella no supo siquiera ni lo que comía; y estuvo todo el rato observando a Nick con el rabillo del ojo.

Era un hombre demasiado experimentado para una pueblerina como ella, se dijo severamente. Tenía que mantenerse apartada de él. Nick no sentía el más mínimo interés por ella, a pesar de lo fascinada que Miley se sentía por él. Estaba de vuelta de todo y parecía que lo único que Miley conseguía era divertirle... nada más.

Decidida a disfrutar de los cuatro días de vacaciones que le quedaban, subió a su habitación. Se puso un bañador negro, se sujetó el pelo con unas horquillas y se miró al espejo. ¡Qué belleza tan arrebatadora!, pensó sarcásticamente. No era de extrañar que Nick no se mostrara interesado. Con el aspecto que tenía, ni un tiburón se sentiría tentado a acercarse a. ella.

«Vete a México y diviértete», le había dicho su amiga Demi. « ¡Hazte notar! ¡Atrae a los hombres!», Miley suspiró tristemente. En Greenville sería primavera y todo estaría empezando a florecer, y los libros estarían vendiéndose bien... sobre todo las novelas de amor. Y allí estaba ella, sin que nada hubiese cambiado, salvo el entorno. Sola y sin que nadie la quisiera ni la necesitara, como de costumbre. Miró con rabia a su reflejo e impulsivamente llamó por teléfono al salón de belleza del hotel y pidió hora para cortarse el pelo.

Más tarde, cuando se miró al espejo y vio el aire travieso que le daba el nuevo corte de pelo, sonrió complacida. Subió otra vez a su habitación, se maquilló un poco, cosa que no solía  hacer nunca, e incluso se puso perfume. El resultado final no le daba el atractivo de una estrella de cine, pero suponía una mejora evidente.

Por último, se miró el busto con aire desalentado. Estaba claro que no habría manera de solucionar aquel problema, se dijo, poniéndose un chal de playa por los hombros. Luego cogió la bolsa y metió la toalla y el bronceador. Finalmente se puso las gafas de sol y se encaminó a la playa.
Era maravilloso. La playa, el sol y el perezoso ritmo de las olas, todo se combinaba para serenarla. Se tumbó en la arena y admiró la belleza de todo lo que la rodeaba. Se preguntó qué habrían pensado los primeros colonizadores de la actual afluencia turística a aquel puerto cargado de, historia.

Sintió como si alguien la estuviese mirando fijamente y volvió ligeramente la cabeza. Vio a Nick, que paseaba por la playa fumando un cigarrillo. El sol hacía que el pecho le brillase como si fuera de platino. No llevaba camisa y estaba muy moreno. Miley no podía apartar los ojos de él. No era un hombre velludo, pero una fina capa de vello rubio le cubría los músculos del pecho y también las piernas, largas y fuertes. Llevaba unos pantalones cortos muy desgastados y unas sandalias.

1 comentario:

  1. wwwwoooowwwwwwwww!!
    wwwwooooooowwwwwww!!
    QUE EMOCION °!!
    !!QUE EMOCION!!
    4! !4! CAPITULOS ME MUERO!
    GRACIAS POR LA MINIMARATON AMIGA :D
    TQ♥ AORA A LEER EL SIGUIENTE c:

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