lunes, 6 de agosto de 2012

Unas Locas Vacaciones Cap 2




-Es más probable que tengan al piloto atado al asiento y no quieran que lo sepamos.        Sonrió y, al hacerlo, le cambió la cara. Con los cosméticos adecuados y un buen corte de pelo, podría no estar mal.
-¿Ha leído todos esos libros?
-Le confieso que sí -respondió ella, suspirando-. Supongo que de vez en cuando uno necesita soñar para mantener a raya a la realidad.
-Es mejor la realidad.        .
-Pues yo prefiero mis ilusiones  replicó la muchacha.
Él la observó abiertamente. Boca de labios gruesos, nariz  recta, ojos grises, bastante separados, cara en forma de corazón...
-¿Cómo te llamas?
-Miley. Miley St.Clair. Tengo una librería en Greenville Carolina del Sur.
Sí, eso se ajustaba perfectamente a su imagen.
-A mí me llaman Nicholas,. Pero me dicen Nick van Meer.
-¿Eres holandés?
-Mis padres sí.
-Debe ser estupendo tener padres--dijo ella en tono melancólico--. Yo era muy pequeña cuando perdí a los míos. Ni siquiera tengo primos.
-Espero que nos den de comer -replicó él, cambiando bruscamente de tema-. No he comido nada desde anoche.
-¡Debes estar muerto de hambre! -exclamó la chica, empezando a rebuscar en el bolso--: Tengo por aquí un trozo de pastel. ¿Te apetece? -añadió, sacando un pedazo de pastel de coco.
-No, esperaré --dijo él, sonriendo--. Pero gracias.
-La verdad es que no me lo voy a comer. Estoy intentando adelgazar.
Nick la recorrió con los ojos. Le sobraban algunos kilos.
No es que estuviese gruesa, sólo rellenita. Estuvo a punto de decírselo. Pero entonces se acordó de lo traicioneras que eran las mujeres y se tragó sus palabras. Tenía bastantes cosas de las que preocuparse como para perder el tiempo con solteronas. Se arrellanó en el asiento y cerró los ojos.
El vuelo transcurrió sin incidentes, pero, si Nick había esperado bajarse del avión en Veracruz y olvidarse de su compañera de asiento, sus esperanzas iban a verse defraudadas. Cuando el avión quedó por fin inmóvil, Miley salió al pasillo y entonces se le rompió la bolsa en que llevaba los libros y éstos cayeron al suelo con gran estrépito.
-¡Oh, Dios mío! -gimió ella.
Al ver la cara de horror  que ponía, Nick tuvo que hace un esfuerzo para no echarse a reír mientras le ayudaba a recoger los libros.
-La mayoría de la gente que sale de viaje lleva una bolsa de repuesto en la maleta.
Ella se quedó mirando con aire desvalido, y durante un instante Nick se olvidó de lo que estaba diciendo. Tenía un cutis extremadamente delicado, pensó. Habría jurado que apenas usaba crema de belleza.
-¿Una bolsa de repuesto? ¡Claro!
-¿y bien? -preguntó él pacientemente.
Miley señaló el estante para equipaje que había sobre sus cabezas. .
-;-Esperemos. A que haya salido todo el mundo -¡-dijo Nick-. Mi maleta está ahí arriba también. Tranquila, lo solucionemos en un momento.
-iCon lo ordenada que soy en casa! -murmuró ella-. Todo está en su sitio. Pero, en' cuanto me sacan de Greenville, ya no sé ni utilizar un tenedor sin ayuda.
Nick no pudo evitar echarse a reír.
-¿En qué hotel te hospedas?
-En el hotel Mirador.
Era el destino, pensó él resignadamente
-Ahí es donde estoy también yo.
A Miley se le iluminó la expresión. Se le quedó mirando con una mezcla de confianza ciega y de expectación.
-¿Conoces ese hotel? Quiero decir que si te has quedado en él más veces.   '
-Varias veces -contestó Nick Suelo venir aquí una o dos veces al año, cuando tengo necesidad de cambiar de aires.
-'vamos -añadió, echando un vistazo a su alrededor.
La ayudó a bajar la maleta y sonrió irónicamente cuando vio los camisones y la ropa interior, de algodón que había dentro. Ella se sonrojó y desvió la mirada, ocupándose de meter los libros en la bolsa.
Luego le siguió por el pasillo con cara de gratitud. Le dieron ganas de darle un beso por no haberse reído de' ella, por haberla ayudado: ¡Un hombre como aquél haciendo algo por ella!, pensó.
-Siento haberte causado tantos problemas -le dijo, casi corriendo para mantenerse a su paso, cuando se dirigían a la aduana.
Miley estaba buscando desesperadamente su pasaporte, así que no vio la sonrisa que esbozó él al ver su agitación.
-No te preocupes, no ha sido nada. ¿Encuentras el pasaporte?
-Gracias a Dios, he hecho algo a derechas -contestó ella, enseñándole el pasaporte con aire triunfal--. Hasta ahora no lo había usado nunca.
-¿Es la primera vez que sales de Estados Unidos? -le preguntó Nick mientras esperaban' cola.
-La verdad es que es la primera vez que salgo de Greenville. Acabo de cumplir  veintiséis años y he pensado que debía hacer algo aventurado rápidamente, antes de que me faltase tiempo. .
-¡Pero si a los veintiséis años no se es viejo!
-No -replicó ella-, pero tampoco se es tremendamente joven.
Al decir aquello no le miró. Su expresión se tornó triste y melancólica. Pensaba en lo largo que se le habían hecho todos aquellos años de soledad.
-'¿Se trata de algún hombre? -"-preguntó Nick sin saber exactamente por qué.
Ella se echó a reír 'con un cinismo que .le sorprendió, y su mirada pareció de pronto la de alguien mucho más mayor.
-No me hago ilusiones sobre mí misma -'-dijo, avanzando hacia el mostrador de la aduana.
Nick se la quedó mirando con aire confuso. ¿Por qué tenía que importarle a él que estuviese sola? Meneó la cabeza para romper el hechizo. Se trataba de algo que no le incumbía en absoluto.
Minutos después, Miley pasó la aduana. Estuvo a punto de esperar a Nick, pero luego' pensó que ya le había causado demasiados, problemas. La agencia de viajes le .proporcionaba transporte del aeropuerto al hotel, pero le pareció mucho más cómodo coger un taxi.
-Hotel Mirador -le dijo al taxista.

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