Se casaron en una capilla
pequeña, rodeados de gente que hablaba mí poco de inglés. El pastor les miró,
complacido, cuando acabó invitando al nuevo marido a besar a la novia.
Nick la besó suavemente y
sonrió para sus adentros. Bueno, ya estaba hecho. No iba a ser tan malo, se
dijo, contemplando la cara radiante' de Miley. Ella podía esperarle en casa. Y
se verían las veces que él pudiera ir. Podría estar bien así. Así no se
aburriría con la rutina. Ella podría continuar con su vida, y no habría
ataduras. Frunció el ceño al recordar lo que había pasado aquella mañana, pero
descartó la posibilidad de que tuviera consecuencias desagradables. Seguro que
no la había dejado embarazada. Lo único que debía hacer era tener cuidado en lo
sucesivo. La idea de un hijo le espantaba, ya que crearía un vínculo imposible
de romper.
Miley se inquietó al vede
fruncir el ceño. Se preguntó por' qué se había casado con ella, ya que parecía
el tipo de hombre que es autosuficiente y que no necesita de nadie.
-¿Te arrepientes? -le
preguntó por fin cuando volvían andando hacia el hotel.
-¿Qué?
-¿Que si te arrepientes de
haberte casado conmigo? -continuó ella, mirándole nerviosamente-. Has estado
muy callado. Ya sé que yo no valgo mucho, y que no nos conocemos el uno al otro
en absoluto. Yo... siempre podemos divorciamos -concluyó tristemente.
-Estoy callado porque
tengo un problema que resolver, no porque me arrepienta de que nos hayamos
casado. Cuando me conozcas mejor, comprenderás que nunca hago las cosas a menos
que quiera hacerlas. No se me puede obligar ni presionar. Entrelazó los dedos con los suyos y
añadió:
_Me gusta estar contigo.
Así y en la cama. Ya somos lo bastante mayores como para querer que alguien
esté con nosotros.
-Sí -confesó ella con los
ojos llenos de lágrimas-. Nunca creí que esto me ocurriese a mí, pensé que iba
a estar sola toda
_Yo también -replicó él,
acariciándole la mano-. ¿Tocas algún instrumento? -preguntó inesperadamente.
-El piano, pero mal -respondió Miley, echándose a reír. -Me gusta el piano. Yo
también sé tocado un poco. Al ver la alianza de matrimonio que ella llevaba en
el dedo,
Se sintió extrañamente
posesivo y añadió: El anillo de casada te favorece. ¿Estás más tranquila ahora
por lo que hicimos anoche?
-Soy una anticuada.
-No tienes que disculparte
de eso conmigo. Me gusta haber sido el primero.
Ella sonrió, le apretó los
dedos y se le quedó mirando a los ojos tanto- tiempo que se sonrojó.
-Esta mañana ha sido
también para mí la primera vez -continuó Nick-. Nunca creí que fuera capaz de
ternura. Contigo me he sentido como nunca antes con ninguna mujer. He confiado
en ti.
-Yo también confié en ti.
Una de mis amigas se casó' hace dos años. Me contó que su marido la asustó
tanto la primera noche que la dejó sin habla, y luego se burló de ella...
-Creo que el que un hombre
te trate así tiene que hacer que muera algo en ti.
Miley se quedó sorprendida
al ver cómo lo comprendía. -Sí. Así es. No me gusta que se rían de mí.
Su expresión fue más
elocuente que sus palabras. No le importaba que él viera su mirada de
adoración. Nick era todo su mundo.
A él le molesto aquella
mirada.,
-No intentes nunca'
levantar un muro a mi alrededor -le dijo, soltándole la mano-. Me quedaré a tu
lado sólo mientras las puertas permanezcan abiertas.
-Lo supe desde la primera
vez que te ve., Que no habría ataduras ni condiciones. No quiero intentar
poseerte,
Echaron a andar otra vez. Nick
se preguntó qué diría ella cuando supiera la verdad sobre él. Era tan
confiada... Seguro que creía que estaba en la reserva del ejército o algo así.
Casi se echó a reír. Bueno, tendría que acostumbrarse a ello, porque él no
sabía cómo cambiarlo.
Después de registrarse de
nuevo en el hotel y llevado todo a la habitación de Nick, bajaron a comer.
Mientras comía, Miley pensó en el cambio que había experimentado Nick. Tenía
algo en mente, pero no lo conocía lo bastante como para preguntarle qué era.
Bueno, no podía sacárselo, pero podía ayudarle a olvidado.
-Eh! -le dijo.
Él la miró, sorprendido.
-Tengo una gran idea para
postre --continuó Miley. -¿Sí?
-Puedo untarme de nata por
todo el cuerpo...
-La miel sabe mejor.
Miley se sonrojó y él se
echó a reír.
-¿Me deseas? --preguntó Nick,
cogiéndole las manos y besándoselas.
-Sí.
-Pues, entonces, dilo. No
tienes que hacer juegos conmigo. Se levantó y pagó la cuenta. Cuando estuvieron
en la habitación, aprisionó a Miley contra la puerta y le dijo:
-Puedes tenerme cuando
quieras. Lo único que tienes que hacer es decírmelo. Eso es lo que debe ser el
matrimonio, y no un juego de poder.
-No te entiendo.
-Una negociación con el
sexo cómo premio.
-Yo nunca haría eso
-replicó ella, asombrada de que aquel hombre tan guapo se hubiera casado con
ella-. Es que estabas preocupado por algo. Yo quería... darte paz.
Nick se puso tenso.
-Me paso el día
malinterpretándote, ¿verdad?
Le acarició la mejilla y
añadió:
-¿Me deseas?
-Te desearé hasta en mi
lecho de muerte.
-Te estoy muy agradecido
por el ofrecimiento tan dulce que me has hecho, pero no creo que puedas estar
conmigo otra vez hoy, no sin sentir molestias.
_Bueno, yo...
_ ¿Puedes?
_No _murmuró ella.
Nick sonrió y la estrechó
entre sus brazos.
Por eso es por lo que
estuve tan tierno esta mañana. Oh
murmuró ella. Esto, no es como en las novelas.
En ellas las mujeres
siempre pueden, no tienen nunca molestias y...
_La vida es muy diferente.
Esperaremos un día o dos hasta que te recuperes. Entonces te enseñaré algunas
formas más sutiles de tortura sensual.
_ ¿Sí?
_No he conocido, a nadie
como tú dijo él, respirando profundamente. ¿Sientes lo que está ocurriendo?
_Sí. J.
-Será mejor que nos
calmemos, si no te importa. No soporto las duchas frías.
_Eres terrible dijo ella,
suspirando.
_y tú también. Ponte un
bañador y vámonos a nadar. Eres mi marido.
-Sí, me preguntaba si te
acordarías.
Mientras Miley se
desvestía, Nick la observaba con expresión soñadora. Cuando ella empezó a ponerse
el traje de baño, la detuvo.
_Todavía no.
Ella le miró con ansia.
-¿Cómo es para una mujer?
-añadió él. ¿Qué sientes cuando me deseas así?
_Da un poco de miedo. Me
siento débil y temblorosa y no puedo
dominarme:
Nick se inclinó sobre ella
y la besó. A los dos segundos Miley perdió la noción de lo que ocurría. Apenas
se dio cuenta. De que la tumbaba en la cama.
-Me encanta. Mirar tu
cuerpo -le dijo él_. Acariciarlo.
Besarlo. No he visto nunca
nada tan maravilloso.
Miley estaba segura de que
Nick sentía la misma ansia que ella. Le hizo Una pregunta con los ojos, pero él
negó con la cabeza.
-No quiero hacerte eso _dijo
Nick-. No quiero sentir placer si tú no lo sientes también.
Ella apretó los dientes
para contener las lágrimas.
-y no es por piedad -continuó
él-. Yo no hago nada por compasión, y mucho menos casarme contigo, así que ya
puedes dejar de mirarme de ese modo. Te deseo y me pone de mal humor no poder
tenerte ahora. Así que supón que te pones el traje de baño y nos vamos a la
playa de una maldita vez.
Nick se levantó y empezó a
desvestirse para ponerse el traje de baño. Cuando se quitó la última prenda, Miley
vio la urgencia de su deseo.
-Me dijiste que... había
otras formas dijo ella.
dios mio
ResponderEliminarla pequeña miley nos salio perve hahaha :D