miércoles, 8 de agosto de 2012

Unas Locas Vacaciones Cap 10


Mañana tendremos tal ansiedad que no habrá nada que pueda apartamos al uno del otro. Yo no he sentido nada tan in­tenso desde que tenía quince años. Y estoy completamente se­guro de que tú es la primera vez que experimentas algo así. -Sí, ya lo sé, pero somos dos desconocidos -protestó ella,
Tratando de pensar sensatamente.
-Pero no vamos a seguir siendo desconocidos durante mu­cho tiempo. ¡Dios mío, te deseo! Si no quieres casarte conmigo, me iré de este maldito hotel y cogeré el primer avión que salga de Veracruz, porque no puedo soportar estar a tu lado y no te­nerte. Y no te tendré si no nos casamos.     
-Pero...

-¿Tan poco atrayente te parezco? -exclamó él-. ¡Pues ha habido mujeres que me lo han pedido a mí! No soy feo, me gustan los animales y pago las facturas a su debido tiempo: Tengo una salud bastante buena. Tengo amigos... ¿por qué demonios . No quieres casarte conmigo?'

-Pero es que se .trata únicamente de deseo -empezó a decir Miley.     '
 -Deja de intentar ser lógica. Yo no puedo seda cuando siento un ansia como ésta. Y tú me deseas. ¡Por favor, no me martirices!-¿Nos... Nos divorciaríamos si... después nosotros... si tú...?  -balbuceó ella.   
 
-Me estoy haciendo viejo -la interrumpió Nick-. Viajo mucho, a eso es  a algo a lo que tendrás que acostumbrarte. Has­ta ahora no he tenido a nadie a quien llamar mío. Me gusta estar contigo. Y creo que en la cama nos va ir de maravilla. Eso es mucho más de lo que consigue mucha gente. Por lo menos ya no somos niños que creen en cuentos de hadas. Prefiero una mu­jer que no me aburra, que un capricho pasajero'
-¿y si luego te enamoras de otra?
-Nunca. Me volveré a enamorar, pero si tú lo haces, te de­jaré marchar.      , .
La cogió las manos entre las suyas e insistió: -¿Sí o no? No quiero preguntártelo más veces.
-Sí -repuso ella sin titubear., Demi se desmayaría. Nadie iba a poder creer que hubiera encontrado un hombre como aquél que la quisiera.
Él se inclinó y la besó con ternura. .
-Mi nombre completo es Nichola van Meer. Nací en los Países Bajos en un sitio llamado Utrecht. Viví allí hasta que me alisté en el ejército. De lo demás ya sabes un poco.
Algún día te lo contaré todo. Cuando llegue el momento.
-Eso no augura nada bueno.

Es algo que no tiene nada que ver con nosotros ahora re­plicó Nick-. ¿Quieres seguir siendo virgen hasta mañana por la mañana?        '.
Por supuesto, pensó ella. Estuvo a punto de decido, pero no pudo.
-Te deseo tanto --dijo con voz temblorosa.
-No más que yo a ti.

Cuando llegaron al vestíbulo del hotel, Nick la cogió la cara entre las manos y mirándola fijamente le dijo Me educaron como católico, y; en mi religión lo que voy a hacer contigo es un pecado. Probablemente en tu religión tam­bién lo es. Pero, a los ojos de Dios, te tomo por esposa para toda la vida, aquí y ahora. Y mañana, ante los ojos de los hombres, legalizaremos nuestra situación.

-y yo te tomo a ti por esposo, en lo bueno y en lo malo, hasta que la muerte nos separe -murmuró ella con los ojos lle­nos de lágrimas.
-En holandés, mujer casada se dice Mevrouw -dijo Nick,  besándola suavemente.
-.Mevrouw -repitió ella,
-y cariño -añadió él, sonriendo, es lieveling.  -Lieveling -volvió a repetir Miley.
-Vamos arriba --dijo Nick-. Te voy a enseñar unas cuantas palabras más. Pero no podrás repetidas en público.
Se echó a reír al ver su expresión.


-Sí, pero tu trabajo está en Chicago; supongo, o, si no, no vivirías allí.
-Mi trabajo es internacional -repuso Nick, frunciendo el ceño-. No trabajo en Chicago. Vivo allí porque tengo amigos allí.
-¿Amigos o amigas?
Él sonrió y la atrajo hacia sí.
-Tú vas a ser la primera mujer con la que estoy este año murmuró con una sonrisa burlona-. ¿Contesta eso a tu pregunta?
-¿No... No necesitas...? -preguntó ella, mirándole con perplejidad, sin acertar a encontrar una manera delicada de decirlo. .
-Creí que había superado eso totalmente hasta que apareciste tú -admitió Nick-. Ya ni me acuerdo de la última vez que sentía algo así por una mujer.
-¿Estás seguro de que quieres casarte conmigo?'
-No te preocupes -repuso él, besándola en la frente-.
Quiero casarme contigo, y mañana por la mañana seguiré queriendo hacerla. No era ninguna mentira para llevarte a la cama.
Miley casi había creído que había sido así. Bajó los ojos y no Contestó.
-¿Qué te pasa? -le preguntó él. -Que tengo miedo.
-Sí, ya me lo imagino. La primera vez también a mí me re­sultó difícil. Estaba nerviosismo.

-No te imagino estando nervioso.
-Eso ya pasó, aunque nunca lo he olvidado. Iré despacio -Se inclinó y la besó en los labios con mucha suavidad-. Quie­ro que recuerdes dos cosas. La primera es que en esto no hay reglas establecidas, todo depende de lo que les apetezca a las per­sonas involucradas. ¿Intentarás recordarlo?
-Sí -respondió ella tragando saliva

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