lunes, 20 de agosto de 2012

Unas Locas Vacaciones Cap 26




Nick estaba a su lado. Los libros de contabilidad cayeron al suelo cuando la cogió de las muñecas y la obligó a tumbarse.
-Nunca te haría eso -le dijo bruscamente-. ¡Nunca! ¡Qué clase de hombre te crees que soy! .

A Miley se le llenaron los ojos de lágrimas.
-Me haces daño -murmuró con voz entrecortada. Aflojó la presión, pero no le soltó las muñecas. -Perdona. No he hecho nada bien, ¿verdad? Te he dejado embarazada, te obligué a casarte sin decirte la verdad sobre mi...  además te echo la culpa a ti.

Miley cerró los ojos. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. No llores-murmuró él-. Perdóname, lieveling perdóname...

Se lo repitió una y otra vez, acariciándole las húmedas mejillas con los labios. Le abrió la boca dulcemente y tomó posesión de, ella mientras le cogía la cara entre las manos. Se echó sobre ella, apoyándose en los antebrazos 'para no lastimada con su peso. El corazón le latía muy deprisa, y respiraba agitadamente. ¡La deseaba! .

Miley le notó temblar contra sus caderas. Ella no había querido que aquello ocurriera; no había querido acceder a algo puramente físico. Pero hacía meses que no conocía la posesión de aquel cuerpo fuerte y experto; y sus labios la estaban volviendo loca con' aquella ansia. Le rodeó el cuello con los... brazos. 

-Déjame hacerte el amor, Miley -susurró él, quitándole el vestido.
Ella quería parar. Pero Nick la acariciaba, la besaba, haciendo que los besos fuesen más y más profundos. Se estremeció y apretándose más contra él, se aferró a sus hombros gimiendo.
-Sí --dijo él con voz temblorosa-. Sí.
-¿Aquí? _preguntó Miley con un último resto de cordura. -¡Aquí! exclamó Nick.

Fue como aquella mañana en México. Los movimientos de Nick eran muy lentos, llenos de ternura y delicadeza. La acarició con manos temblorosas, guiándola.
Cuando empezó a poseerla, Miley abrió mucho los ojos y exclamó alarmada:
-¡Nick!
-Suhh -murmuró él.
Sus movimientos eran tan cuidadosos que no podía perjudicar al niño.
-¡Oh! -exclamó. Miley.
-Muévete conmigo -le dijo él-. Toma mi cuerpo y dame el tuyo. Sé mi amante.     .
-¡Te... quiero! -gimió Miley-. ¡Te quiero!

Aquellas palabras hicieron que Nick perdiera totalmente el dominio de sí. Al ver la expresión con que le miraba' se derribaron las últimas barreras. Oyó sus gemidos, sintió cómo su cuerpo ardía. Las dulces explosiones que estremecían su interior eran mucho más intensas que toda la pasión que había conocido hasta entonces con las' mujeres.
Después se quedaron tumbados el uno al lado del otro.
Nick le acariciaba el cuerpo muy despacio.
-¿Dani?  murmuró.
-¿Sí?
-No... tenía intención de hacerla dijo él tras un titubeo-.
No lo había planeado.
-Ya lo sé -replicó Miley.
Le besó en los párpados, en las cejas, en la nariz, en las mejillas, en la boca, en la barbilla... 
A Nick le encantó sentir sus labios suaves en la piel. Sonrió, sintiéndose saciado, querido. Eso era, mucho más profundo que la simple y breve unión de dos cuerpos. Le acarició el vientre y notó cómo se movía el niño.
Da patadas -dijo, riéndose-. Ya no es como el aleteo  de un pájaro.'    .
-El médico dice que es muy fuerte replicó ella.

Nick levantó la cabeza y se le quedó mirando la nariz. En algún momento de los últimos ardientes minutos le había quitado las gafas. Miró a su alrededor y las vio encima de una mesita de café.

-No me acordaba de en dónde las había puesto -le explicó, dándole un beso.
Le acarició los pechos y añadió
-¿Me vas a dejar ver cómo alimentas al niño? ¿Eh? -Sí -repuso Miley, sonrojándose.
-Miley, tú también sientes como una especie de suaves explosiones en tu interior!

-Sí. -murmuró ella, aferrándose a él-. No sabía que...
-Nunca había sido así para mí. Nunca como contigo.
Sí; pero en  algo únicamente físico, pensó Miley tristemente. Sin embargo, era mejor que nada. Al menos era -un comienzo.

Fueron a Chicago el lunes, después de que Nick hablara por teléfono con el doctor Carter para asegurarse de que no era peligroso para Miley hacer el viaje. Estaba atento a cada paso que daba. Era casi divertido lo preocupado que estaba, por ella. Divertido... y muy halagador; Quizá le estaba cogiendo cariño, al menos.

No había vuelto a hacer el amor; Adoptaba una actitud protectora y tierna, pero no había vuelto a acariciarla como un amante. Miley se preguntaba por qué, pero prefería no preguntárselo. Hacía tiempo que había decidido aceptar lo que él pudiera darle sin pedir nada más, Había aprendido a vivir con él. . Y ahora ya no podía dejarle marchar.

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