MINUTOS más tarde,
Miley se sentó tras el volante y pronto se sumó al flujo del tráfico. Hacía una
hermosa noche, con una brisa fresca que anunciaba la primavera.
Mientras tomaba
el camino hacia Doublé Bay pensaba que en quince o veinte minutos más estaría
en casa, se quitaría el vestido, el maquillaje y se metería en la cama. Tenemos
que hablar. Miley dirigió a su hermano una rápida mirada.
-¿No puede
esperar hasta mañana?
-No.
Esa expresión
taciturna no era propia de él.
-¿Algo no va
bien?
-Aparca en la
entrada de visitas -pidió Cameron cuando llegaron ante el edificio donde vivía Miley.
-¿Quieres
subir?
-O subo o
conversamos en el coche -dijo Cameron mientras abría la puerta del vehículo.
Miley insertó
su tarjeta de seguridad para entrar al edificio. Cuando estuvieron en el
vestíbulo llamó al ascensor.
-Espero que no
nos lleve demasiado tiempo -previno mientras le precedía dentro del
apartamento-. De acuerdo, dispara -dijo más tarde, mirándolo de frente.
Cameron cerró
los ojos, los volvió a abrir y se pasó la mano por el pelo.
-No es fácil.
Verás, la firma tiene problemas. Grandes problemas financieros. Papá se moriría
si supiera cuan grave es la situación.
Miley sintió
que se le helaba el corazón.
-¿De qué
demonios estás hablando?
-Cyrus está a
punto de ir a la quiebra.
-¿Qué? ¿Cómo?
Miley parecía
hundido.
-Una mala
dirección, malos negocios, incumplimiento de contratos. Problemas con el
personal. Llámalo como quieras, pero es así.
Ella adoraba a
su padre, pero Cameron no era el hijo que Alexander necesitaba. No poseía el
talento ni las habilidades necesarias para hacerse cargo de Cyrus. El padre
había pensado que Cameron dirigiría con éxito la empresa. Pero al parecer era
su ruina.
-Exactamente,
¿cuál es la situación?
Cameron hizo
una mueca y le lanzó una mirada desesperada.
-La peor. He
recorrido bancos, empresas financieras; he buscado una asesoría independiente,
en fin. Bueno, quedan dos alternativas. O la empresa se liquida o se acepta una
oferta condicional.
-¿Y esa oferta
es legítima?
-Sí, un
inversor está dispuesto a proporcionar los fondos necesarios, yo me mantendría
en calidad de miembro ejecutivo y él aportaría su equipo profesional,
compartiría la dirección adjunta y se llevaría la mitad de las ganancias.
-Supongo que te
has hecho asesorar por buenos abogados.
-Te aseguro que
es la única posibilidad que nos queda. Y luego está el asunto de la condición
impuesta.
-¿Y cuál es?
Cameron vaciló,
inspiró a fondo y exhaló el aire.
-Tu.
Miley frunció
el ceño, perpleja.
-El trato no
tiene nada que ver conmigo.
-Sí tiene que
ver.
Como en un
rompecabezas, las piezas empezaron a encajar en la mente de la hermana.
-¿Quién ha
hecho la oferta? Santo cielo, no puede
ser...
-Sí, Nick Jonas.
La conmoción e
incredulidad de Miley dieron paso a la ira.
-No hablas en
serio.
Cameron respiró
a fondo.
-Hablo muy en
serio -dijo, desolado.
-Déjame
entenderlo. ¿Nick Jonas intenta hacer de esto una cuestión personal?
-Sin ti no
habrá trato. Lo discutirá contigo mañana. Desea que aceptes su invitación a
cenar.
-¡Al diablo con
él!
-Miley -dijo
Cameron, con el rostro grisáceo-. ¿Quieres que Alexander sufra otro ataque al
corazón?
Sus palabras
helaron a Miley. Los médicos habían advertido que otro infarto podría ser
fatal.
Ella quiso
preguntarle por qué había permitido que la situación llegara hasta ese extremo.
Pero las recriminaciones no servían para nada.
-Quiero pruebas
-sus palabras eran frías y controladas-. Hechos -añadió al tiempo que observaba
el desconcierto de Cameron-. Necesito enterarme de los cornos y los porqués y
saber hasta qué punto han llegado realmente las cosas.
-¿No me crees?
-Necesito
conocer la situación a fondo antes de enfrentarme a Nick Jonas.
Cameron se puso
aún más pálido.
-¿Enfrentarte?
-Está muy
equivocado si cree que voy a aceptar sumisamente lo que se le haya pasado por
la cabeza.
-¿Sabes con
quién estás tratando?
-Creo que es
hora de que Nick Jonas sepa con quién está tratando él -replicó al tiempo que
se llevaba la mano a las sienes para aplacar el súbito dolor de cabeza.
-Miley...
-¿Podemos
postergar esta conversación hasta mañana? Comeremos juntos y luego revisaremos
los documentos.
-De acuerdo.
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