Entonces Miley vio que Delta se acercaba hacia Nick y se sintió enferma al observar su efusivo saludo.
Con un
deliberado movimiento, Miley se las arregló para no quedar a la
vista de Nick e inició una animada conversación con Cameron acerca de los méritos de la industria
automovilística alemana e italiana.
Los coches
eran una de las obsesiones personales de Cameron. Estaba en su elemento y, mientras él hablaba, ella dejó vagar la
mente.
Nick no le debía lealtad. Si la hubiera
invitado a acompañarlo esa noche ella habría rehusado. Así que, ¿por qué se
afligía?
La razón y
la lógica estaban muy bien, salvo que no mitigaban el dolor que sentía.
« ¿Estás
loca?», se preguntó en silencio. «Ni siquiera te gusta. ¿Por qué has permitido
que te domine?» Pero ya era tarde. Nick
ya estaba allí, siempre en su mente.
-Y si se me
diera la oportunidad elegiría un Ferrari -concluyó Cameron-. ¿Has escuchado alguna palabra de lo que he dicho? -preguntó de
improviso.
-Fue una
comparación muy interesante –dijo Miley
con una débil sonrisa.
-Querida, no
te engañes. Tu mente estaba a miles de kilómetros de aquí -Cameron hizo una pausa y luego añadió-. Delta no está con él. Simplemente intenta hacer ver que
lo acompaña.-Realmente no me interesa.
-Sí te interesa.
Y eso me preocupa.
-No -le
advirtió con suave vehemencia-. Acepté el trato con los ojos bien abiertos.
-Sólo queda
el fin de semana y todo acabará.
¿Por qué
esas palabras le produjeron una leve desesperación?
Para Miley fue un alivio cuando las puertas del teatro se
abrieron y los invitados se dirigieron a sus asientos.
-Miley. Cameron.
Habría
reconocido ese acento suave en cualquier lugar y se volvió hacia el hombre que
se había unido a ellos con una sonrisa cortés.
-Nick -murmuró y esperó hasta que lo vio intercambiar una
mirada con Cameron.
-Si hubiera
sabido que vendríais habría conseguido localidades contiguas.
-Me
regalaron las entradas anoche -dijo Cameron.
-Es una
lástima.
Delta apareció junto a Nick
y lo tomó del brazo.
-nick, te estamos esperando. Miley, Cameron, estoy segura de que nos
excusaréis.
Nick se desprendió deliberadamente de
su brazo y Miley se preguntó si habría sido la única que captó el
peligroso brillo en los ojos de Delta.
Para
componer la situación. Nick los condujo hacia sus asientos y Miley sintió en la espalda los venenosos dardos de la
mirada de Delta. -Eso fue muy interesante -comentó Cameron cuando estuvieron acomodados-. Delta es una mujerzuela de primera clase.
-Están
hechos el uno para el otro -declaró Miley
con dulce cinismo.
-Querida, Nick está a años luz de ella.
-¿Eso es un
cumplido o una condena?
Cameron se echó a reír.
-Opto por lo
primero, aunque estoy seguro de que prefieres lo último.
Cuando la
película llegó a su fin, las luces se encendieron y los invitados empezaron a
abandonar el teatro.
Miley rezó para poder escapar sin
encontrarse con Nick. Excepto que las deidades no la
escucharon. Nick se acercó a ellos en el vestíbulo. Sus miradas se
encontraron.
-Vamos a
tomar café. ¿Queréis venir con nosotros?
«¿Estás de
broma? ¿Esperas que me siente frente a vosotros mientras Delta juega a hacer de vampiresa?», pensó en un segundo.
-No, gracias
-dijo rápidamente antes de que Cameron
aceptara-. Mañana tengo que
levantarme temprano -dijo con una dulce sonrisa sabiendo que mentía.
-Te llamaré.
La boca de delta se contrajo en un rictus y por unos segundos
Cassandra captó un brillo criminal en los ojos azules.
-Cuídate de
ésa, querida. Delta no te puede ver -le advirtió Cameron. Ella devolvió con ecuanimidad la mirada irónica de su hermano.
-Dime algo
que no sepa.
Cuando
llegaron a la salida, se dirigieron al lugar donde Cameron había estacionado el coche.
-Si descubre
que Nick duerme contigo...
-Puedo
cuidar de mí misma.
Cameron le apretó la mano.
-Entonces,
cuídate. ¿De acuerdo?
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