miércoles, 11 de julio de 2012

Cuatro Noches De Pasión Cap 19


En ese momento se encontraba allí y decidió intentar sacarle el mayor partido posible.
Miley  señaló el paisaje de Broadwater.
-Es muy hermoso.
Nick  se situó detrás y ella fue consciente de su presencia, del calor que emanaba de él y la tentación de apoyar la espalda contra su cuerpo fue irresistible.
-¿Pasas mucho tiempo aquí?
-Algún que otro fin de semana.
Pero no a menudo, pensó Miley mientras se preguntaba cuándo se tomaba un descanso para disfrutar de los logros de su éxito profesional. Poseía otras casas en otros países... tal vez elegiría un lugar más exótico donde relajarse.
-Podemos comer en el restaurante del hotel, ir al del Sheraton o explorar la Avenida Tedder.
Ella se volvió. Nick se había puesto pantalones cortos y unas zapatillas deportivas.
-¿Me permites elegir?
-No te hagas la graciosa -la reprendió con suavidad.
-Entonces la Avenida Tedder -respondió sin vacilar-. Podemos ir andando. Medio kilómetro no es nada.
Nick  alzó una ceja con aire burlón.
-Si quieres ejercicio, puedo pensar en algo mejor.
-Ah, pero mis deberes sexuales no empiezan asta la noche, ¿no lo recuerdas?
Él le presionó el labio inferior con un dedo.

-Esa boca tan descarada te puede traer problemas.
-En ese caso me voy a cambiar de ropa y luego nos marchamos.
Muy pronto se reunió con él vestida con pantalones cortos, blusa, una gorra y el bolso colgando el hombro.
-Emprendamos la marcha.

Fue una agradable caminata. Una suave brisa refrescaba el calor del sol. Pronto se sentaron en una terraza y disfrutaron con evidente placer de la comida.
Casi estaban listos para partir cuando sonó el teléfono móvil de Nick y ella lo observó con recelo cuando él miró la pantalla y lo dejó sonar.
-Tal vez deberías atender la llamada –sugirió cuando volvió a sonar minutos más tarde.
Nick  se limitó a encogerse de hombros e ignoró el insistente repiqueteo.
Minutos más tarde sonó el móvil de Miley.
-Estás con Nick -oyó una furiosa voz femenina-. ¿No es así?
-¿Delta?
-Te ha llevado a la costa a pasar el fin de semana, ¿verdad?
-¿Qué te hace pensar eso? -preguntó Miley.
-Matemáticas elementales.
-¿No hay ninguna posibilidad de que te equivoques?
-Querida, me he encargado de investigar. Esta mañana Nick fue a recogerte a tu apartamento.
-Tienes un problema -dijo Miley sin alterarse.
-Mi problema eres tú en la vida de Nick.
-Te sugiero que lo discutas con él.
-Intento hacerlo.

Miley cortó la comunicación y miró a Nick con ecuanimidad.
-Debes una explicación a Delta.
-No es así -replicó con tranquilidad,
-Al parecer ella piensa lo contrario.
La camarera llevó la cuenta y tras pagar, con una propina incluida, él se reclinó en el asiento y sometió a Miley a una mirada apreciativa.
-Lo que hayamos compartido Delta y yo terminó hace varios meses.
Ella alzó una ceja y lo miró con cinismo.

-¿Y sin embargo continúas saliendo con ella?
-Tenemos amigos comunes y recibimos las mismas invitaciones -dijo al tiempo que se encogía de hombros-. Delta intenta dar la impresión de que seguimos juntos.
-Algo que hace muy bien -Miley no pudo dejar de comentar.
Los ojos de Nick se endurecieron.
-¿Y te molesta?
-¿Por qué debería molestarme?

-Esa relación ha terminado. Delta debería seguir su propio camino.
Un escalofrío recorrió la espalda de Miley. ¿Como ella tendría que alejarse de él el lunes siguiente? A partir de ese día Nick ya no participaría en su vida.
¿Por qué ese pensamiento la dejaba extrañamente desolada?

-Vayamos a caminar por la playa –sugirió cuando se levantaron de la mesa.
De pronto había tenido la urgente necesidad de sentir la arena dorada bajo los pies, el sol en la piel, la paz y la tranquilidad del paisaje marino.
Cuando llegaron a la playa se quitó las sandalias y pisó la arena mojada de la orilla.
Caminaron en agradable silencio admirando la suave curva de la costa que se alargaba hasta Kirra.

Los niños jugaban en la orilla, vigilados por sus padres y más lejos, las gaviotas parecían suspendidas en el aire.
Era una tranquila escena que se transformó a medida que se acercaban a Surfer's Paradise un lugar mucho más frecuentado.
-¿Te apetece explorar las tiendas? –aventuró Nick y ella inclinó la cabeza.
-Es una valentía por tu parte darle carta blanca a una mujer.
-Quizá sea porque me siento indulgente.
-¿Quién podría negarse? -preguntó Miley mientras se quitaba la arena de los pies antes de ponerse las sandalias.
Fue un agradable paseo mientras recorrían la avenida con sus tiendas antes de aventurarse por otra calle donde Miley se detuvo para examinar unas divertidas camisetas.

Cuando se decidió por una, de inmediato Nick sacó su billetero.
-No -dijo ella con firmeza mientras le tendía un billete a la vendedora-. Gracias, pero no.
Era la primera mujer que se negaba a que él pagara y su fiera independencia lo divirtió.
Hubo un tiempo en que había tenido que vigilar cada centavo, y vestirse y comer de la caridad.
Tampoco se sentía orgulloso de haber tenido que recurrir al escamoteo en alguna ocasión. En la actualidad, muy pocos sabían que anualmente donaba una gran cantidad de dinero a albergues para gente sin hogar y fundaba centros de acogida para niños desamparados.
-Propongo tomamos un descanso en un café —sugirió Nick cuando salieron de la tienda.

-¿No puedes mantener el paso, eh? –bromeó Miley.
Cuando comenzó a anochecer, tomaron un taxi para ir al Palazzo. Miley entró directamente en el dormitorio donde dispuso ropa nueva y se dirigió al cuarto de baño.

Tras lavarse el pelo bajo una buena ducha se enrolló una toalla alrededor del cuerpo y salió del baño justo cuando Nick entraba completamente desnudo.
Tras una furtiva mirada apreciativa al cuerpo perfecto, no fue capaz de mirarlo directamente a los ojos y ni siquiera lo intentó. En cambio, pasó por su lado, entró en el dormitorio y antes de cerrar la puerta oyó una débil risita divertida.

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