-Minimizar
los encuentros sexuales contigo es mi mayor prioridad -dijo intentando guardar
la calma-. Voy a necesitar mi coche por la mañana, así que lo llevaré a tu
casa.
-Seis y
media, Miley -dijo y cortó la comunicación antes de que ella
pudiera añadir algo más.
La elección
del vestido no fue un problema, acostumbrada como estaba a una intensa vida
social.
El estilo en
boga era el de una mujer suave y femenina, así que escogió uno de seda color
jade, con tirantes en los hombros y un profundo escote en pico. Luego se
recogió el cabello en un moño flojo y se dio los últimos toques de maquillaje.
Eran las
seis y veinticinco cuando estacionó frente a la verja de entrada de la casa de Nick.
El Aston
Martín ya estaba fuera y Nick le abrió la puerta del coche.
Miley se limitó a inclinar la cabeza a modo de saludo y se dirigió al vehículo.
-Una mujer
puntual -comentó con una mirada penetrante.
-Dijiste a
las seis y media —respondió ella en tanto lo sometía a un deliberado examen.
Iba vestido de esmoquin, con camisa blanca y corbata de lazo y ella sintió que
se le aceleraba el pulso-. ¿Nos vamos?
-Te has
vestido para impresionar -dijo Nick tras una mirada apreciativa, en un
sutil tono burlón.
-Debería ser
para... matar -replicó ella con una sonrisa estudiada mientras se acomodaba en
el asiento del acompañante.
-¿Debería
ponerme en guardia por si llevas un arma escondida? -preguntó mientras se
sentaba tras el volante.
-No es mi estilo.
-¿Y hacer un
comentario sobre un vestido sí lo es?
-Es una
prerrogativa femenina -respondió con una cierta ironía-. El vestido será una
especie de armadura contra todas las miradas femeninas que esta noche se
clavarán como dagas en mi espalda.
-¿Debido a
mi presunta reputación?
-Tú lo has
dicho.
Nick dejó escapar una risa ronca y ella
se mantuvo en silencio durante el breve trayecto a Double Bay. Luego intentó
mostrarse civilizada cuando el maître los acomodó en una mesa reservada.
-Al parecer
Australia te atrae bastante -dijo en un intento por iniciar la conversación-.
Estuviste todo el año pasado en Sidney.
En ese
momento esperaban el primer plato. Nick se reclinó en el asiento y la miró
pensativa mente.
-Tengo
intereses comerciales y casas en varios países.
-Por lo
tanto hay que asumir que tu residencia en la ciudad será transitoria.
-Posiblemente. Miley bebió un sorbo de vino.
-Se comenta
por ahí que has tenido un pasado tortuoso.
-¿Y tú lo
crees?
Ella lo
estudió cuidadosamente.
-A veces los
rumores de sociedad pueden ser erróneos.
-Invariablemente.
Había una
dureza manifiesta en su mirada, algo peligrosa, casi letal bajo la superficie.
Su mirada era la de un hombre que había visto muchas cosas, superado otras
tantas... y que había logrado sobrevivir.
-Creo que
disfrutas el misterio de esas suposiciones, y además creo que debido a que eres
demasiado listo has esquivado el brazo de la ley-Gracias -dijo con irónico
cinismo.
El camarero
llegó con los platos, les llenó las copas de vino y se retiró.
-¿Tienes
familia en Nueva York? –preguntó Miley.
-Un hermano.
El único que
había sobrevivido a un tiroteo desde un coche que había matado a sus padres. Un
suceso tremendo sucedido en los primeros meses de su estancia en Sidney y que
fue la razón que le hizo tomar el primer avión para casa... y quedarse allí a
labrar su fortuna.
Eran casi
las nueve de la noche cuando entraron en la galería de arte.
El objetivo
de la exposición de esa noche era más para hacerse ver que comprar esculturas y
pinturas. Sin embargo, la velada iba a ser un éxito debido al hecho de que sólo
los que tenían poder de compra y prestigio social habían recibido invitación.
Incluso era
de rigor donar una cuantiosa suma de dinero para una obra de caridad.
Camareras
uniformadas circulaban con bandejas de canapés mientras que lo camareros
ofrecían champán y zumo de naranja.
La llegada
de Nick y Miley fue debidamente observada y posiblemente despertaba
todo tipo de especulaciones.
Vamos a
mirar un poco —sugirió Nick suavemente mientras la conducía a
la sección de pinturas más cercana.
Los
impresionistas modernos no llamaron la atención de Miley y pronto se encontró explicando sus razones mientras iban a mirar
algunas esculturas hechas en metal.
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