domingo, 8 de julio de 2012

Cuatro Noches De Pasión Cap 16


El jueves por la mañana, Miley despertó con los maullidos de protesta del gato. Miró el reloj y profirió un juramento impropio de una dama.
Luego se dio cuenta de que la alarma del despertador eléctrico no había sonado debido a un apagón nocturno.
El día no había empezado bien.
Minutos más tarde, cuando estaba en el baño, oyó el campanilleo del teléfono móvil, pero lo dejó sonar.
Luego se secó, se vistió, tomó una barrita de cereales y un plátano para comérselos camino a la oficina. Cuando abría la puerta de casa para salir a toda prisa, se acordó de la llamada.
Era un mensaje de Miley. Tenía entradas para asistir esa noche a la premier de gala de una película y le pedía que lo llamara.
Miley había planeado una tranquila noche hogareña, pero a su hermano le encantaban las reuniones sociales y ella raramente rechazaba sus invitaciones. Por lo demás, una velada fuera de casa la ayudaría a olvidar a Nick por unas cuantas horas.
Como si pudiera.

Su imagen se entrometía en todos sus pensamientos diurnos. Y las noches eran peor, mucho peor, porque había empezado a invadir sus sueños nocturnos.
Miley maldijo en voz baja mientras esperaba el ascensor que la llevaría al estacionamiento subterráneo. ¿Cómo podría habérsele ocurrido que sería capaz de participar en el trato de Nick y escapar emocionalmente ilesa?            

El denso tráfico de hora punta aumentó su sensación de inquietud. Era casi media mañana cuando al fin pudo devolver la llamada a Cameron.
La empresa de Miley se enorgullecía de la calidad de su trabajo y a ella le producía satisfacción cada vez que recibía una pieza fuera de lo común. Realmente era un verdadero desafío crear algo sorprendentemente único cuyo precio no fuera un obstáculo. Ocasionalmente se sentía frustrada cuando el cliente insistía en un diseño que el joyero sabía que no realzaría totalmente la belleza de la piedra.

Más tarde, ya en casa, eligió un elegante traje negro de pantalón, una fina bufanda roja y sandalias de tacón. Luego se hizo un peinado alto, se maquilló y cuando Cameron se anunció a través del teléfono interno, ella ya estaba lista.
Cameron le informó que el punto de reunión eran los estudios de la Fox y que acudirían los actores principales desde Estados Unidos junto con otros famosos actores australianos como invitados de honor.

Ambos entraron en el concurrido vestíbulo, donde los invitados departían mientras los camareros ofrecían champán y zumo de naranja.
Se comentaba que la película sería un éxito de taquilla, especialmente por sus efectos especiales que superaban todo lo visto anteriormente en una pantalla.

El ruido de la conversación general animaba el ambiente y Miley reconoció a algunos amigos mientras bebía unos sorbos de champán.
-Imagino que Nick vendrá esta noche -comentó Cameron.
-Posiblemente convino ella con deliberada indiferencia, consciente de que si llegaba, no lo haría solo.
-¿Eso te molesta?

-¿Por qué habría de molestarme? Es un hombre libre -declaró, aunque la verdad no tendría que dolerle tanto-. Yo soy un asunto transitorio en su vida. Una mera diversión.
No quería verlo allí... ni en cualquier otro lugar porque simplemente se acentuaría la diferencia entre sus vidas en público y el diabólico arreglo que Nick había hecho para convertirla en parte de un trato de negocios.
-Acaba de llegar -anunció Cameron tranquilamente.
-¿De veras?

Fingir indiferencia era un arte que Miley practicaba a menudo, y lo hacía bien. Se dijo que no se iba a permitir ni una sola mirada a los invitados, pero en unos segundos su mirada fue atraída como por un poderoso imán hacia donde se encontraba Nick.
Vestido con un inmaculado traje de etiqueta, su aspecto era el de un poderoso magnate, descaradamente varonil.

Sus miradas se encontraron y un estremecimiento recorrió el cuerpo de  Miley mientras luchaba por mantener la compostura.
Como si supiera lo que le ocurría a ella, Nick  inclinó la cabeza y esbozó una leve sonrisa burlona antes de volver su atención al hombre que estaba a su lado.

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