viernes, 28 de septiembre de 2012

The Duff Capitulo 35 Jemi




Alejé mis ojos de mis amigas mientras desaparecían tras un grupo de nuevos y volví mi atención al chico radiante en frente de mí. —Si te conocen del todo, Logan, lo creerán por completo, —dije—. Todos hemos sabido que estabas destinado para grandes cosas por un largo tiempo. Quiero decir, yo lo he sabido por años.

Logan parecía sorprendido. — ¿Años? Pero realmente no empezamos a hablar sino hasta hace unas pocas semanas.
—Pero hemos tenido clases juntos desde que éramos nuevos, —le recordé—. No tenías que hablarme para que yo supiera que eras genial. —Sonreí y lo palmeé en la espalda. —Y acabas de confirmarme que estaba en lo correcto. —El timbre sonó, y me volteé hacia las puertas que guiaban al estacionamiento de estudiantes.

—Te veo después, logan. ¡Felicitaciones!
—Sí. Gracias, Demi.
Mientras caminaba hacia las puertas dobles, me preguntaba si había dicho demasiado. ¿Me entregué como una casi-acosadora? Dios, esperaba que no. La última cosa que quería era asustar y alejar al pobre chico después de contacto humano real de menos de un mes. Eso realmente me haría una perdedora.

Estaba a punto de empujar la puerta abierta que me guiaba al estacionamiento de estudiantes cuando un sonoro “Ahem” llamó mi atención. Me volteé y vi a Selena inclinada sobre el casi vacío estante de trofeos, con sus brazos cruzados sobre su pecho. La manera en que sus ojos se redujeron me molestó de inmediato.
— ¿Qué? —Pregunté.

Ella frunció el ceño y dejó caer sus brazos pesadamente a sus lados. —Nada, —se quejó—. ¡Olvídalo!
— ¿Selena, qué estás--?
–Ahora no, D. —Se volteó y comenzó a alejarse de mí—. Tengo práctica de animadoras.
Mis manos volaron automáticamente a mis caderas. — ¿Qué demonios está mal contigo? — demandé—. Suenas como una completa perra.
Se detuvo y me miró sobre su hombro. — ¿Yo soy la perra? Me ignoras, y ¿soy la perra? ¡Qué demonios Demi! —Sacudió su cabeza—. Lo que sea. No voy a tener esta

conversación ahora. No cuando debimos haberla tenido hace diez minutos, como le dijiste a Miley que lo harías. Supongo que estabas muy ocupada pasando el rato con ese tonto para—
—Criticar a logan suena muy de perra para mí, Selena, —contraataqué. ¡Cómo se atrevía! Ella sabía que me gustaba. ¡Sabía que él prestándome atención era algo importante!

Lo sabía, ¿y estaba siendo una perra por ello? — ¡Estás actuando como una animadora coqueta con buen gusto!
Sus ojos relampaguearon, y por un segundo pareció como si fuera a golpearme. Seriamente pensé que iba a entrar por completo, en una pelea de chicas de reality show, jalándonos los cabellos, con mi mejor amiga en frente de las puertas del estacionamiento.

Pero ella se fue. Sin decir una palabra. Ni un sonido. Ella sólo se desvió hacia el gimnasio, dejándome molesta y totalmente confundida.

Yo me había peleado antes con Selena, suele pasar cuando se lleva tiempo siendo amigas. Pero este argumento realmente me desconcertó, sobre todo porque yo no sabía hasta donde estaba de acuerdo . Me asaltaron en el estacionamiento, tratando de averiguar lo que podría haber hecho para merecer ese drama. Las cosas tendrían que mejorar .
Mi coche no arrancaba. Lo traté varias veces, pero nada. La batería estaba completamente muerta.

—A la mierda- Grité, golpeando el volante con el puño.
Esto no era lo que necesitaba. ¿No había sido mi día ya bastante malo? ¿No había sido mi vida bastante mala? Era como si nunca nada fuera bien .
— ¡Mierda! ¡Maldita sea! ¡Al infierno! Pedazo de ...
— ¿Tienes problemas con el coche, Duffy?

Pare de despotricar algo ofendida. Abri la puerta y le dije a Joseph: —Mi coche de mierda no arranca. —Entonces vi a la chica a su lado. Delgada y con grandes pechos. No era Louisa Farr. Esta chica era mas guapa. Tenía un rostro redondo y dulce con el pelo rizado castaño hasta los hombros y unos grandes ojos grises. Más guapa que yo, por supuesto. Es probable que algunas estudiantes de primer año se sintieran atraídas por Joseph con solo echarle un vistazo; sonrisa sexy y un cochazo. Una vez más, sentí la punzada de los celos dominandome. Sólo SPM.
— ¿Quieres que te lleve? —Preguntó.

—No—le dije rápidamente. —Voy a llamar a... — Pero, ¿a quién iba a llamar?
Mamá estaba en Tennessee. Papá estaba en el trabajo. Demi estaba en el ensayo. No es que importara. Ella estaba enfadada conmigo de todos modos ella y Miley siempre las iban a buscar sus padres o iban conmigo. ¿Quién iba a venir a buscarme?

—Vamos, Duffy, — dijo Joseph, sonriéndome. —Sabes que puedes venir conmigo. —Él se inclinó para mirarme a los ojos. — ¿Qué es lo peor que podría pasar?

—Está bien—. No había forma de que fuera en el mismo coche con Joseph y su última conquista. No. No era una casualidad. —No seas ridícula. No tienes quien te venga a buscar .No tiene sentido que estés en el aparcamiento hasta el anochecer. Sólo tengo que dejar a Amy y entonces puedo llevarte a casa.

Amy, pensé. Así que ese es el nombre de la tonta. Entonces algo en el fondo de mi mente hizo clic. ¡Oh, Dios mío! ¡Amy! ¡Amy era su hermana! Miré a la chica otra vez, preguntándome cómo no me habia dado cuenta. Pelo rizado castaño, oscuros ojos grises, muy atractiva. El parecido era obvio. Yo era una idiota increíble. Joseph se acerco y cogio las llaves del coche.

—Muy bien—dije, sintiéndome mucho mejor. Cogí de nuevo mis llaves y las metí en mi bolso. —Voy a coger unas cosas—. Una vez que tuve todo lo que necesitaba, cerré la puerta y Joseph me guió hasta su coche, era fácil de detectar, ya que era el único Porsche del aparcamiento.

—Ahora, Duffy, — dijo Joseph mientras se sentaba en el asiento del conductor. Me senté atrás para que Amy, pudiera sentarse delante con su hermano. —Tendrás que admitir que yo también hago cosas buenas por la gente en ocasiones.

—Nunca he dicho lo contrario—.Le dije tratando de situarme en el estrecho asiento trasero. Dios, siendo un coche de lujo el porche tenia espacio cero para las piernas. Tuve que sentarse de lado con las rodillas casi en mi pecho. No era cómodo. —Siempre lo haces si sacas algo a cambio.
Joseph se burlo. — ¿Has oído eso, Amy? ¿Puedes creer lo que piensa de mí?
—Estoy segura de que Amy sabe como eres.
Joseph se quedó en silencio. Amy se echó a reír, pero ella parecía un poco nerviosa. 

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