viernes, 14 de septiembre de 2012

The Duff Capitulo 13 Jemi



—Tu sentido del humor necesita algo de práctica, entonces —sugirió Joseph—. La mayoría de las chicas encuentran mis bromas divertidas.
—Esas chicas deben tener su coeficiente intelectual lo suficientemente bajo como para caer.

Se echó a reír. Al parecer, yo era la divertida.
—Oye, tú nunca me dijiste por qué te enfadaste la otra noche —dijo—. Estabas demasiado ocupada empujando tu lengua en mi garganta. Entonces, ¿cuál era el problema? —Ninguno de tu...— empecé, pero me detuve de repente— ¡Oye! no... No hubo lengua!

—Me recorrió un escalofrío de rabia, cuando me di cuenta de su sonrisa traviesa—. ¡Hijo de puta! ¡Lárgate de aquí. Dios, ¿por qué me acechas? Yo pensé que Joseph Jonas no perseguía a las chicas. Pensé que ellas lo perseguían a él, ¿verdad? —Tienes razón. Joseph Jonas no persigue a las chicas, y no te estoy persiguiendo —dijo—. Estoy aquí esperando a mi hermana. Ella está haciendo un examen del Sr. Rollins. Yo solamente te vi en la cafetería y pensé…

— ¿Qué? ¿Pensaste en torturarme un poco más? —Apreté mis puños—. Déjame sola. Ya me has hecho bastante.
— ¿Qué te he echo? —se preguntó, sonando un poco sorprendido. No le respondí. No quería darle la satisfacción de saber que lo de Duff me molestaba a causa de él. Disfrutaba demasiado de ello.
En su lugar, salí corriendo hacia las puertas del gimnasio tan rápido como pude. Esta vez no me siguió, gracias a Dios.

Me apresuré en entrar en el gimnasio azul y naranja .¡Oh, Dios!. Los colores brillantes... Yo podía sentir el dolor de cabeza acercándose...y me senté en las gradas más cercanas.
—¡Muy bien el ensayo , chicas! —Gritó Selena desde el otro lado del gimnasio—. Bueno, el próximo partido de baloncesto es el viernes. Las quiero a todas practicando el baile, y Vikki trabaja las patadas altas. ¿De acuerdo? —El Escuadrón Skinny murmuró en un acuerdo general.
—Impresionante —dijo Selena—. Hasta luego, muchachas. ¡Vamos Panteras!

— ¡Vamos Panteras! —Corearon las otras animadoras, ya separadas. La mayoría de las chicas salieron corriendo hacia los vestuarios, unas pocas se dirigieron a las puertas, charlando entusiasmadas con sus amigas.
Selena salto sobre mí.
—Hola, D —dijo—, lo siento se nos fue el tiempo. ¿Te importa si me cambio antes de salir de aquí? Me siento un poco sucia.
—No me importa —, murmuré.
— ¿Qué pasa? —Preguntó ella, sospechando inmediatamente.
—Nada, Selena. Ve a cambiarte.
Demi, qué puedo hacer…  

—No quiero hablar de ello. —Yo no estaba de humor para entrar en otro debate sobre Joseph con ella. Probablemente acabaría defendiéndolo como la última vez. — Estoy bien, ¿de acuerdo? —Le dije, suavizando mi voz—, un largo día. Dolor de cabeza. Selena  aún parecía escéptica cuando caminaba, bastante menos animada, hacia los vestuarios.

Fantástico. Me sentía como una zorra total. Ella sólo quería asegurarse de que yo estaba bien, y la alejé. No debería haberme irritado con ella a causa de Joseph, aunque ella pensara que era un maldito príncipe.
Pero cuando salió del vestuario con su sudadera con capucha y los pantalones vaqueros, su alegría habitual había vuelto. Ella se acerco hasta donde estaba sentada con su mochila cargada en el hombro, con una sonrisa pegada en su rostro impecable, sin problemas.
—A veces, no puedo creer la mierda se escucha en los vestuarios —dijo. — ¿Estás lista para irnos, D?

—Claro —Recogí mis libros y comencé a caminar hacia las puertas del gimnasio, con la esperanza de que Joseph no estuviera al acecho en los pasillos. Selena debió haber notado mi ansiedad. Pude ver la tensa mirada de preocupación en su rostro, pero ella no dejó que lo notara esta vez. En cambio, dijo—, así que, de acuerdo, Vikki realmente va a conseguir la reputación de ser una puta.
—Ella ya la tiene.

—Bueno, sí —Selena admitió—, pero está a punto de empeorar. Ella está saliendo con un jugador de fútbol junior, ya sabes, como se llame, pero ella le dijo a un tipo de la escuela Oak Hill que quería llevarle a la Fiesta del Baloncesto. No sé por qué se hace estas cosas así misma. Tú, Smiley, y yo tendremos asientos en la primera fila para el drama, cuando llegue la noche. Por cierto, ¿qué te pondrás para salir?
—Nada.
—Caliente, pero dudo que te dejen entrar desnuda, D. — Estábamos caminando por el laberinto de mesas en la cafetería para llegar hacia el estacionamiento.

—No. Me refiero a que Miley y yo no vamos a ir a la Fiesta —, dije.
—Por supuesto que sí, —protestó Selena.
Negué con la cabeza. Selena está castigada. Yo le prometí que iba a ir y que veríamos unas películas para chicas.
Selena me miró atónita mientras se abrió paso entre la puerta azul y entró al frío estacionamiento de estudiantes. — ¿Qué? Pero si a mil le encanta la Fiesta del Baloncesto. Es su favorita después de la Fiesta del Fútbol.
Sonreí un poco, a pesar de mí misma. — Y Sadie Hawkins.
 Sadie Hawkins: baile de la escuela secundaria, donde las chicas invitan a los chicos.

— ¿Por qué no sabía yo esto? El baile de bienvenida está cerca. ¿Por qué nadie me lo dijo?
Me encogí de hombros. — Lo siento. Yo ni siquiera había pensado en ello. Y creo que Miley sigue estando batida. No quiere hablar de no poder ir.
—Pero…pero ¿con quién voy a ir al baile ahora?
—Um, un chico —sugerí—, Selena, no es que sea difícil que tú puedas conseguir una cita — .Cogí las llaves del coche de mi bolsillo trasero y abrí las puertas de mi Saturn.
—Bien, ¿quién demonios quiere ir con una gorda peluda?
—Tú no eres eso.

Se subió en el asiento del copiloto y se envolvió en la manta que Miley había usado un par de noches antes. —Maldita sea, D. Tú, realmente, necesitas conseguir una calefacción de mierda.

—Y tú necesitas, realmente, conseguir tu propio coche.
Ella cambió de tema. —Está bien, de vuelta al baile. Si vosotras dos no van... ¿se molestarían si les estropeo la fiesta de películas? Podría ser una noche de chicas. No hemos hecho una desde hace mucho tiempo.

A pesar de mi estado de ánimo de mierda, le sonreí. Selena estaba en lo cierto. Nosotras no habíamos tenido una noche de películas juntas en mucho tiempo, y sería agradable pasar el rato sin el drama de los chicos o música tecno fuerte. Por una vez, en realidad podríamos divertirnos en la noche de viernes.
Así que, bajé el volumen de mi auto radio y le dije: —Una semana, a partir del viernes, es una cita.

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