Todo mi cuerpo parecía ser consciente de sus ojos en
mí otra vez. Antes de que el pudiera decir nada, me paré y camine a la puerta
del cuarto. —Escucha, —digo, girando el pomo de la puerta—. Me tengo que ir,
pero estaba pensando que deberíamos hacerlo de nuevo—. Como una aventura, tal
vez. Puramente físico. ¿Sin ataduras? — No puedes tener suficiente de mí,
¿verdad? —Preguntó Joseph, se extendió sobre la espalda de nuevo con una
sonrisa—. Eso suena muy bien para mí, pero si soy tan fantástico, deberías
correr la voz con tus amigas. Dices que las adoras, por lo que deberías
permitirles experimentar el mismo placer alucinante... tal vez al mismo tiempo.
Es lo correcto. Le fruncí el ceño—. Cuando pienso que tal vez tienes alma, dices
mierdas como esa. — La puerta dio un vuelco a la pared cuando la abrí. Me
marché por la escalera y grité—, ¡Saldré por mi propia cuenta! — ¡Nos vemos pronto Duffy! Que pendejo. Mi padre no parecía darse cuenta de
lo que la rodeaba. Creo que su modo de padre sospechoso estaba defectuoso o
algo, porque apenas me interrogó cuando me salí de la casa para ir a ver a Joseph
más y más esa semana. Y cualquier papa cuerdo se hubiese alertado cuando su
hija usara la excusa de “trabajando en un artículo” dos veces seguidas, ¿pero
cuatro veces en una semana? ¿Realmente pensaba que me tomaría tanto tiempo
escribir ese estúpido ensayo? ¿No estaba preocupado de que estuviese haciendo
exactamente lo que estaba haciendo? Aparentemente no. Cada vez que salía de la
casa, el solo decía—, Pásala bien, abejorro. Pero creo que el despiste debe
haber estado en el aire.
Hasta Selena, quien me ha estado observando como un halcón desde
que Sterling llegó a la ciudad, no había captado nada entre Joseph
y yo. Nada más que sus bromas usuales acerca de mi pasión secreta por él, eso
es todo. Por supuesto, estaba haciendo todo lo posible para ocultar la
evidencia, pero más de una vez, estaba segura que me iba a agarrar. Como el
sábado en la tarde cuando estábamos en mi cuarto arreglándonos para ir a Nest.
En realidad, Selena era la única que se estaba arreglando. La mayoría
del tiempo yo estaba sentada en mi cama simplemente y veía como ella posaba en
frente al espejo. Habíamos hecho eso un montón de veces, pero con Miley
todavía aferrada a su hermano cada sencillo momento, el cuarto se sentía
raramente vació. Casi extraño.
Miley
era muy diferente de nosotras dos. Me refiero, Selena
y yo éramos opuestas pero Miley era de un planeta totalmente diferente. Ella era un
constante rayo de luz. El vaso medio lleno. Ella mantenía nuestro balance con
una gran sonrisa y una cándida inocencia que siempre nos asombraba. Mientras
algunas veces se sentía como que Sel y yo
habíamos visto mucho del mundo, Miley
era, de muchas maneras, una niña. Virginal. Siempre llena de preguntas. Ella
era nuestro sol y Selena y yo estábamos en una especie de oscuridad sin
ella. Me preguntaba cuantos días mas estaría Sterling en la ciudad cuando Selena
se volteó a verme, aparentemente decidiendo si le gustaba sus apretados jeans
purpuras después de todo. (Estoy feliz de que lo hiciera porque yo pensaba que
eran horribles.)— Sabes, D, estas lidiando con todo esta cuestión de Sterling
mucho mejor de lo que esperaba, —dijo ella.
—Gracias… creo. ―Bien, supuse que
cuando Sterling
volviera a Hamilton con su prometida, estarías espantada. Yo apostaba por
lágrimas, llamadas de medianoche y algunas crisis nerviosas de las viejas. Pero
en su lugar, has estado totalmente normal.. O, tú sabes, tan normal como Demetria Lovato puede estar. —Me retracto de las gracias. —De
verdad—. Ella cruzó el cuarto y se sentó cerca de mí—. ¿Estas lidiando bien con
esto? Te has quejado muy poco, lo cual es preocupante porque tú te quejas de
todo. —No lo hago, —protesté. —Lo que tú digas. Puse los ojos en blanco—.
Para
tu información, he encontrado una manera de sacármelo de la cabeza, pero se
arruina cuando sigues hablando de eso, Selena—. Le di un codazo—. Estoy empezando a
creer quieres que llore. —Eso al menos me probaría que no lo estas reteniendo. Selena, —clamé.
—No estoy jugando D, —dijo
ella—. Ese tipo de verdad te arruinó. Estabas llorando, gimoteando, en un
desastre de pánico después de lo que hizo, y se que es difícil porque hemos
tenido que ocultarlo de Miley, pero necesitas manejarlo de algún modo. No quiero
pasar por esa mierda otra vez. Selena, estoy bien, —le aseguré—. Realmente he encontrado
una manera de liberar el estrés, ¿bien? — ¿Qué cosa? Oh, mierda. ―¿Que cosa de
que?
—¿Cardio? — Mmm… ujum. Pero milgarosamente, ella no notó que mi cara estaba en
llamas. —Genial. Sabes, estos pantalones son una talla mayor de los que compro
usualmente. Tal vez deberíamos ejercitar juntas. Podría ser divertido. —No lo
creo. —Antes de que pudiera discutirlo o ver el color escarlata de mis
mejillas, me puse de pie y dije—, tengo que ir a cepillarme los dientes otra
vez. Luego me iré, ¿bien? Y Salí del cuarto. Cuando regrese unos minutos
después, estuve forzada a mentir otra vez. — ¿Quieres quedarte aquí esta noche?
—Preguntó Demi mientras escrespaba su pelo
corto en el espejo—. Mamá dice que va a ir a una despedida de soltera de una
compañera de trabajo, así que solo seriamos nosotras… y un poco de las
películas de James McAvoy si quieres. Miley
estará triste si se lo pierde, pero… —No puedo esta noche, Selena.
— ¿Por qué no? —ella sonó dolida. La
verdad era que tenía planes de ver a Joseph
cerca de las once esa noche, pero obviamente no podía ser honesta. Pero no
podía mentir tampoco. Me refiero, las mentiras eran siempre jodidamente
transparentes. Asi que hice en lo que me estaba convirtiendo cada vez y cada
vez mejor en estos días. Lo oculte. —Tengo planes. — ¿Después de que salgamos de
Nest? —Sí, Lo siento. Selena se volteo del espejo y me quedo viendo
por un largo momento. Finalmente, me dijo—, has estado muy ocupada últimamente,
sabes. Ya no quieres hacer muchas cosas conmigo. —Voy a salir contigo esta
noche, ¿no? —pregunté. —Si, supongo, pero… no lo se—.
Ella se volteó y examinó
su reflejo una última vez—. Olvidalo. Vamonos. Dios, odio ser deshonesta con Selena. Especialmente porque ella claramente sabia
que sucedía algo, incluso aunque ella no lo adivinara todavía. Pero iba a hacer
todo lo que estuviera en mi poder para mantener el asunto de Joseph es secreto. Y, por supuesto, Joseph actuaba totalmente casual acerca de todo.
En público, nos tratamos el uno al otro con la sarcástica indiferencia de
siempre. Lo insultaba, le daba miradas asesinas, y lo maldecía en secreto
cuando actuaba como un cerdo (no es que tenga que actuar). Nadie habría
adivinado que éramos diferentes detrás de puertas cerradas. Nadie podría decir
que estaba contando los minutos hasta que nos encontramos en las escaleras de
su porche. Nadie excepto Robert. ―El te
gusta, ―el barman bromeó cuando Joseph,
después de soportar una diatriba verbal de su servidora, se fue a bailar con
una atractiva cabeza hueca—.
Y creo que también le gustas. Ustedes tienen algo.
—Estas demente, —dije, sorbiendo mi refresco de cereza. —Te lo he dicho un
millón de veces, Demi, y te lo diré otra
vez. Eres una mala mentirosa. — ¡Yo no tocaría a ese cretino ni con un palo de
tres metros! — ¿Mi voz transmitía suficiente disgusto?— ¿Realmente piensas que
soy tan idiota Robert? El es arrogante, y
duerme con todo lo que pueda tener sus sucias manos. La mayoría del tiempo,
quisiera sacarle los ojos. ¿Cómo podría gustarme? El es un asno. —Y las mujeres
aman los asnos. Esa es la razón por la que no consigo una cita. Soy demasiado
bueno.
—O muy peludo, —ofrecí—. Tome mi último sorbo de mi refresco de cereza y
empujé el vaso hacia él—. Aféitate esa barba de Moisés y quizás tengas mejor
suerte. Las mujeres no quieren besar alfombras, sabes. —Estas tratando de
cambiar la conversación, —señaló Robert—.
Eso solo prueba que tu y el Sr. Asno tienen algo. —Cállate. Solo cállate, Robert. — ¿Entonces tengo razón? —No, —dije—. Solo
que realmente, realmente me estas sacando de quicio. Bien, definitivamente
tenia que encontrar una manera de evitar el Nest por unas pocas semanas… o,
mejor todavía, para siempre.
Hola!!! pase por aquí y me quedo, tienes una seguidora más!!
ResponderEliminarBesotes