Papá no salió de su dormitorio el resto del fin de
semana. Llamé un par de veces el domingo por la tarde y me ofrecí a hacerle
algo de comer, pero él sólo murmuró una negativa sin abrir la puerta. Su
aislamiento me aterrorizó. Debía estar deprimido por lo de mamá, y avergonzado
de haber dejado pasar su tren.
Pero yo sabía que no era saludable. Decidí que si no
salía antes del lunes por la tarde, entraría en la habitación y... bueno, no
sabía lo que iba a hacer a continuación. Mientras tanto, intentaría no pensar
en mi padre o en los papeles de divorcio que estaban en la mesa de la cocina.
Sorprendentemente, fue bastante fácil.
La mayoría de mis pensamientos pululaban alrededor
de Joseph.
Pero realmente no sabía cómo manejar la situación en el instituto el lunes.
¿Qué hacer después de una aventura de una noche (o, en mi caso, una de tarde)
con un chico popular del instituto? ¿Se suponía que debía actuar de forma
indiferente? ¿Tratar de no disimular el odio o parecer normal? ¿O bien, ser
honesta conmigo misma y reconocer que me había gustado? ¿Bajar el tono de
desprecio y ser amigable? ¿Le debía algo? Por supuesto que no. El había
disfrutado de la experiencia tanto como yo menos el odio hacia uno mismo.
En el momento en que llegué al instituto el lunes
por la mañana, había decidido evitarlo lo más posible.
— ¿Estás bien, Demi? —Preguntó Miley
cuando salimos de español, al final del primer piso.- Estás actuando… rara.
Lo voy a admitir, mis habilidades de espionaje no
eran precisamente buenas, pero sabía que Joseph iba a pasar por delante de la clase
cuando fuera de camino a la suya en el segundo piso, y yo no quería arriesgarme
a una reunión incómoda post-sexo en el pasillo. Miré con ansiedad por el borde
de la puerta, examinando a la multitud buscando los rizos castaños
inconfundibles. Pero Miley sabía que algo pasaba, estaba siendo demasiado
obvio.
—No es nada —Mentí, saliendo al pasillo como un niño
pequeño mirando a ambos lados
cuando va a cruzar una calle muy transitada, y me
sentí aliviada al no verlo por ninguna parte. — Estoy bien.
—Oh, está bien —Dijo ella sin levantar sospechas-.
Debo de estarlo imaginando, entonces.
—Sí, debes de estarlo imaginando Miley se
colocó un mechón suelto de cabello rubio que se había soltado de su coleta—.
¡Oh, Demi,
se me olvido contarte! ¡Estoy tan emocionada!
—Déjame adivinar, —bromeé—. Tiene algo que ver con Harrison Carlyle, ¿verdad? ¿Te preguntó en qué lugar conseguiste esos
vaqueros ceñidos tan bonitos? ¿O cómo te arreglas el cabello?
— ¡No! —Miley se rió—. No.... En realidad, es
sobre mi hermano. Él viene a visitarnos esta semana, y debe llegar a Hamilton
al mediodía. Me va a recoger a la salida del instituto. Estoy muy emocionada,
hace unos dos años y medio desde que se fue para la universidad y... —Hola Demi,
¿estás segura de que estás bien? — Me quedé congelada en medio del pasillo.
Podía sentir como me estaba quedando blanca y mis manos se tornaron frías,
empecé a temblar y empezaba a sentir náuseas pero dije la mentira de siempre.
—Estoy bien. Forcé a mis pies a moverse. — Estoy mejor, bueno, pensé que se me
había olvidado algo. Estoy bien, ¿Qué estabas diciendo? Miley asintió
con la cabeza. — Oh, bueno, estoy muy entusiasmada con la llegada de Sterling.
No puedo creer que diga esto pero lo he echado tanto de menos. Será agradable
pasar el rato con él durante unos días. Ah, y creo que Tiffany
viene con él. ¿Te dije que acaban de comprometerse?
—No. Eso es genial.... Tengo que ir a clase, Miley.
—Oh, está bien.... Bueno, te veo en inglés, Demi.
Ya estaba a mitad de camino por el pasillo antes de
que Miley terminara
de hablar. Pase junto a un grupo de estudiantes en estampida, apenas me fije en
ellos, ya era bastante con andar de puntillas como para embestirles con mi
mochila. Los sonidos a mí alrededor
poco a poco se desvanecieron cuando los recuerdos no
deseados inundaron mi cabeza. Era como si por las palabras de Miley salieran
sin control después de mucho tiempo.
— ¿Eres Demi? ¿La perra de primer año
que se enrollo con mi novio?
— ¿Tu novio? Yo no—
-—Mantente
lo más lejos posible de Sterling.
Mi rostro se enrojeció con los recuerdos.
Mis pies se movieron tan rápido que casi corría
hacia mi clase. Como si pudiera escapar de los recuerdos. Como si no me
perseguían con una venganza. Pero Sterling Gaither estaría de vuelta en
Hamilton durante una semana. Sterling
Gaither estaba comprometido con Tiffany. Sterling Gaither... el chico que me rompió el corazón.
Llegue a clase cuando sonó el timbre. Sabía que el
señor Chaucer estaba mirándome pero no me molesté en voltear. Me senté cerca de
la parte de atrás de clase, tratando desesperadamente de dedicarme a otra cosa,
pero ni siquiera el comentario ingenioso de Logan Tucker sobre el Poder
Legislativo y su cara adorable hizo que dejara por un momento de pensar en Sterling y su novia.
Apenas escuché las palabras del Sr. Chaucer y cuando
sonó el timbre, mis apuntes eran escasos, solo tenía dos frases apenas
legibles. Dios, iba a suspender esta asignatura, las cosas se estaban poniendo
feas. Si yo fuera una rica snob de Manhattan, podría haber sido un personaje en
Gossip Girl. (A veces veo esa serie de mala calidad...aunque mis amigas
no lo saben) ¿Por qué no podía ser mi vida una comedia? Por otra parte, incluso
en Friends tenían problemas.
Entré en la cafetería, y me encontré con Selena y Miley esperándome en nuestra mesa. Como siempre, Ángela, Vikki, Jeanine, y el primo de Jeanine se unieron a nosotros. Ángela estaba
mostrando sus nuevos Vans, por lo que mi enfado fue desapercibido cuando me
dejé caer en la silla.
—Son bonitos —Comentó Selena. — ¿Quién te los regaló?
—Mi padre—Contestó Ángela, acariciando la punta de su zapato.
Él y mi madre están compitiendo por mi amor ahora.
En un primer momento estaba un poco molesta, pero he decidido seguir el rollo y
divertirme con ello. — Ella cruzó las piernas y se toco su pelo oscuro. —Estoy
esperando por el próximo Prada.
Todos se rieron.
—No estuve nada de acuerdo con el divorcio de mis
padres —Dijo Selena —A mi padre no le importaba si yo lo amaba más,
supongo.
—Es triste, Sel —Murmuró Miley.
—Oh, no lo es—. Selena se encogió de hombros y
empezó a coger su esmalte de uñas de color naranja. —Papá era detestable. Yo me
sentí satisfecha cuando mamá lo echó de la casa. Ella lloró mucho y cuando mamá
es más feliz, el mundo es más feliz. Claro, que no tiene tanto dinero, pero no
es como papá, siempre controlándonos. Él se ofreció a comprar un coche a mamá,
ella no quería, pero él insistía.
—Los divorcios son deprimentes —Suspiró Miley.-
—Me sentí muy mal cuando mis padres se separaron. ¿No, Demi?
Sentí como me ponía roja, menos mal que Selena cambió
de tema, como si no hubiera oído la pregunta de Miley.
—Hola, Vikki, ¿qué ocurrió ayer por la noche? No
nos dijiste donde habías ido. — Jeanine rió a sabiendas. — ¿Qué paso Vikki?
Vikki
puso los ojos en blanco y se toco un mechón de su pelo rizado rubio
perfectamente cuidados.
—Oh, Dios mío. Bueno tuve una pelea con Clint,
no creo que me hable más, y Ross...
No presté atención a lo que estaba hablando mientras
pensaba en otra cosa. Por mucho que quería de dejar de pensar en Sterling. No me interesaban los problemas de Vikki
.Cualquier otro día, hubiera encontrado divertida la historia debido a mi
telenovela personal, pero en ese momento el drama parecía tan vago y sin
importancia. Así que era insípido. Tan indulgente. Tan vacío. No pude evitar
sentirme un poco culpable por pensar
eso. Estaba muy distraída pero traté de escuchar los
males de Vikki McPhee.
Luego, algo que dijo me llamó la atención.
-... Pero hice el tonto con Joseph
un rato después...
— ¿Joseph? —Dije.
Vikki
me miró, orgullosa de lo que ella veía como un logro. ¿No había más de dos
tercios de las chicas en la escuela que habían logrado lo mismo? Por ejemplo
yo... pero, por supuesto, ella no sabía nada.
—Sí —Dijo—. Después de la pelea con Clint,
terminé en el aparcamiento con Joseph. Estuvimos en su coche un rato hasta que mi madre me
llamó y tuve que irme a casa antes de que pudiéramos hacer algo. Apesta, ¿no?
—Claro—
Mis ojos se movieron a través de la cafetería, en
busca de una cabeza marrón rizada por encima de los que le rodean. Estabas
sentado con algunos de sus amigos, en su mayoría chicas, por supuesto. Estaban
en una mesa rectangular larga al otro lado de la habitación. Llevaba una
camiseta negra ajustada. No era muy apropiada para el frío que hacía, estábamos
a principios de febrero, mostraba sus perfectos brazos musculosos. Brazos que
me habían abrazado... que habían ayudado a borrar mi estrés…
— ¿Os dije chicas que mi hermano viene a la ciudad?
—Preguntó Miley—. Él y su novia nos visitarán por una semana.
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