viernes, 12 de octubre de 2012

The Duff Capitulo 62 Jemi

 
 
Selena y Miley estaban esperando en el asiento trasero del Taurus. Ambas me sonrieron juguetonamente cuando me subí al asiento del pasajero. — Alguien se ha vestido sexy — Selena se burló — Te di esa camiseta hace 9 meses. ¿Es esta la primera vez que la usas? — Um… Si. — Bueno, se ve bien en ti — dijo — Parece que soy la Duff esta noche. Muchas gracias, D — Ella me guiñó un ojo, y no pude evitar sonreír. Selena recientemente ha tomado el uso de Duff como una palabra suya, usándola en nuestras conversaciones casuales. Al principio lo encontré un poco inquietante. Quiero decir, la palabra era un insulto. Pero luego de la revelación que tuve este día en el baño con Vikki, apreciaba lo que Selena estaba haciendo. La palabra era nuestra ahora y mientras nos aferráramos a ella, podíamos controlar el daño que infligía. — Es un trabajo sucio — me burlé. — Pero, oye, alguien tiene que hacerlo. 
 
Te prometo ser la Duff el próximo fin de semana. Ella se rió. — ¿Estás usando un sujetador con relleno? — Miley espetó, aparentemente ajena a nuestra conversación. — Tus pechos parecen más grandes. Hubo un largo momento de silencio, y de repente me di cuenta de que habría estado más segura con mi madre. Selena estalló de risa mientras yo enterraba mi rostro en mis manos. Logan no mostró ninguna reacción. Gracias a Dios. Si lo hubiera hecho, tal vez habría cometido un asesinato allí mismo. 
 
Golpeé mi cabeza contra la ventanilla hasta que mi cerebro estuvo aplastado como un panqué. En vez de reírse por lo bajo o mirar hacia mi pecho para ver si Miley tenía razón, Logan actúo como si los pechos no hubieran sido mencionados. Simplemente metió la llave en la ignición y sacó el auto de mi entrada. Nota mental, pensé, matar a Miley cuando no haya testigos. Aunque, de manera extraña, la falta de reacción de Logan me sacó de quicio. Joseph habría hecho una broma. Habría mirado mi pecho, por supuesto, pero luego habría dicho algo. Me habría hecho reír. Él no lo habría simplemente ignorado como Logan hizo. ¡Dios! De todas las cosas, esto no debería ser algo que me molestara. — Tú sabes — dijo Selena cuando fue capaz de dejar de reír. 
 
— Es bastante bueno de su parte que nos hayan invitado —Ella me sonrió, y supe que estaba contenta de ser incluida.— Pero os dais cuenta de que esto va a arruinar su cita totalmente, ¿cierto? — ¿Cómo es eso? — preguntó Logan. — ¡Porque seremos sus chaperonas! Miley declaró con demasiado entusiasmo. — Lo que hace de nuestro trabajo detener toda forma de dunga-dunga/chiqui-chiqui/ñaca-ñaca — Selena añadió. — Y vamos a disfrutar haciéndolo. — Si. Pero Logan y yo no teníamos necesidad de preocuparnos. En el minuto en el que llegamos al local, mis amigas volaron a la pista de baile, sacudiendo sus cabellos y agitando sus traseros de forma casual. 
 
—Parece que son ellas las que necesitan ser cuidadas— se rió entre dientes Logan mientras me guiaba a una mesa vacía. — Usualmente ese es mi trabajo — dije. — ¿Piensas que sobrevivirán si te tomas una noche libre? — — Veremos — Sonrió y tocó mi pendiente con la yema de sus dedos. — La banda no comenzará hasta dentro de hora y media —. Dijo, moviendo sus dedos hasta mi cuello para descansar en mi hombro. No me provocó nada. Pero si Joseph hubiera hecho esto, trazando sus dedos a través de mi piel de esa forma, yo hubiera… — ¿Quieres que consiga unas bebidas antes de que el bar se llene? —. 
 
— Seguro — dije, ahogando el pensamiento de Joseph. — Tomaré una Coca light. — Está bien — dijo. — Volveré enseguida —. Me besó en la mejilla y se fue al bar. La gente entraba a través de las puertas del club. Siempre había una mayor multitud las noches que tocaba una banda. Unas chicas de octavo grado se sentaron en la mesa de detrás de mí, jactándose en voz alta acerca de cómo pretendieron estar en la secundaria para entrar. 
 
Un estudiante de tercer año y uno de sus amigos pasaron furtivamente a mi lado, una botella de alcohol pobremente oculta colgaba de su chaqueta holgada y por una fracción de segundo, vislumbré a la morocha estudiante de primer año que Miley había visto en el partido de baloncesto semanas atrás. Caminó a través de la puerta, mano con mano con un lindo chico que no reconocí. Incluso a la distancia, pude ver la sonrisa en su rostro. 
 
Se veía hermosa y supe que una de sus pretenciosas rubias amigas estaba siendo obligada a ser la Duff en su ausencia. Y luego ella y su cita se habían ido, barridos por la multitud, dejándome con una inexplicable sonrisa en mis labios. No sabía qué clase de banda iba a tocar, pero basado en la cantidad de chicos con el pelo morado y aros en los labios que estaban entrando, supuse que iba a escuchar música emo. Ahí se fue mi sonrisa. Genial. Chicos llorones con guitarras. Totalmente mi estilo, ¿cierto? Estaba mirando distraídamente el torrente de gente cuando él apareció entre la multitud. Al principio ni siquiera lo noté.

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