Selena y Miley estaban esperando en el
asiento trasero del Taurus. Ambas me sonrieron juguetonamente cuando me subí al
asiento del pasajero. — Alguien se ha vestido sexy — Selena
se burló — Te di esa camiseta hace 9 meses. ¿Es esta la primera vez que la
usas? — Um… Si. — Bueno, se ve bien en ti — dijo — Parece que soy la Duff esta noche. Muchas gracias, D — Ella me guiñó un ojo, y no pude evitar
sonreír. Selena recientemente ha tomado el
uso de Duff como una palabra suya, usándola
en nuestras conversaciones casuales. Al principio lo encontré un poco
inquietante. Quiero decir, la palabra era un insulto. Pero luego de la
revelación que tuve este día en el baño con Vikki,
apreciaba lo que Selena estaba haciendo. La
palabra era nuestra ahora y mientras nos aferráramos a ella, podíamos controlar
el daño que infligía. — Es un trabajo sucio — me burlé. — Pero, oye, alguien
tiene que hacerlo.
Te prometo ser la Duff el
próximo fin de semana. Ella se rió. — ¿Estás usando un sujetador con relleno? —
Miley espetó, aparentemente ajena a nuestra
conversación. — Tus pechos parecen más grandes. Hubo un largo momento de
silencio, y de repente me di cuenta de que habría estado más segura con mi
madre. Selena estalló de risa mientras yo
enterraba mi rostro en mis manos. Logan no
mostró ninguna reacción. Gracias a Dios. Si lo hubiera hecho, tal vez habría
cometido un asesinato allí mismo.
Golpeé mi cabeza contra la ventanilla hasta
que mi cerebro estuvo aplastado como un panqué. En vez de reírse por lo bajo o
mirar hacia mi pecho para ver si Miley tenía
razón, Logan actúo como si los pechos no
hubieran sido mencionados. Simplemente metió la llave en la ignición y sacó el
auto de mi entrada. Nota mental, pensé, matar a Miley
cuando no haya testigos. Aunque, de manera extraña, la falta de reacción de
Logan me sacó de quicio. Joseph habría hecho una broma. Habría mirado mi
pecho, por supuesto, pero luego habría dicho algo. Me habría hecho reír. Él no
lo habría simplemente ignorado como Logan
hizo. ¡Dios! De todas las cosas, esto no debería ser algo que me molestara. —
Tú sabes — dijo Selena cuando fue capaz de
dejar de reír.
— Es bastante bueno de su parte que nos hayan invitado —Ella me
sonrió, y supe que estaba contenta de ser incluida.— Pero os dais cuenta de que
esto va a arruinar su cita totalmente, ¿cierto? — ¿Cómo es eso? — preguntó Logan. — ¡Porque seremos sus chaperonas! Miley declaró con demasiado entusiasmo. — Lo que hace
de nuestro trabajo detener toda forma de dunga-dunga/chiqui-chiqui/ñaca-ñaca — Selena añadió. — Y vamos a disfrutar haciéndolo.
— Si. Pero Logan y yo no teníamos necesidad
de preocuparnos. En el minuto en el que llegamos al local, mis amigas volaron a
la pista de baile, sacudiendo sus cabellos y agitando sus traseros de forma
casual.
—Parece que son ellas las que necesitan ser cuidadas— se rió entre
dientes Logan mientras me guiaba a una mesa
vacía. — Usualmente ese es mi trabajo — dije. — ¿Piensas que sobrevivirán si te
tomas una noche libre? — — Veremos — Sonrió y tocó mi pendiente con la yema de
sus dedos. — La banda no comenzará hasta dentro de hora y media —. Dijo,
moviendo sus dedos hasta mi cuello para descansar en mi hombro. No me provocó
nada. Pero si Joseph hubiera hecho esto,
trazando sus dedos a través de mi piel de esa forma, yo hubiera… — ¿Quieres que
consiga unas bebidas antes de que el bar se llene? —.
— Seguro — dije, ahogando
el pensamiento de Joseph. — Tomaré una Coca
light. — Está bien — dijo. — Volveré enseguida —. Me besó en la mejilla y se
fue al bar. La gente entraba a través de las puertas del club. Siempre había
una mayor multitud las noches que tocaba una banda. Unas chicas de octavo grado
se sentaron en la mesa de detrás de mí, jactándose en voz alta acerca de cómo
pretendieron estar en la secundaria para entrar.
Un estudiante de tercer año y
uno de sus amigos pasaron furtivamente a mi lado, una botella de alcohol
pobremente oculta colgaba de su chaqueta holgada y por una fracción de segundo,
vislumbré a la morocha estudiante de primer año que Miley
había visto en el partido de baloncesto semanas atrás. Caminó a través de la
puerta, mano con mano con un lindo chico que no reconocí. Incluso a la
distancia, pude ver la sonrisa en su rostro.
Se veía hermosa y supe que una de
sus pretenciosas rubias amigas estaba siendo obligada a ser la Duff en su ausencia. Y luego ella y su cita se
habían ido, barridos por la multitud, dejándome con una inexplicable sonrisa en
mis labios. No sabía qué clase de banda iba a tocar, pero basado en la cantidad
de chicos con el pelo morado y aros en los labios que estaban entrando, supuse
que iba a escuchar música emo. Ahí se fue mi sonrisa. Genial. Chicos llorones
con guitarras. Totalmente mi estilo, ¿cierto? Estaba mirando distraídamente el
torrente de gente cuando él apareció entre la multitud. Al principio ni
siquiera lo noté.
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