El sonido paro, bueno, excepto por el molesto ruido
de la cantante pop sin talento de la radio, pero ella estaba muy ocupada
quejándose acerca de su novio que la había engañado, como para preocuparse por
mis problemas.
— ¿Qué crees que quiera? — Preguntó Selena cuando
la canción terminó. Ella sonó un poco amargada.
—Conociendo a Joseph… probablemente un consuelo sexual—me
quejé—. No es nada más que eso.
—Bueno, entonces esta bien que no hayas
contestado—ella puso mi teléfono otra vez en el porta vasos y cruzó los brazos
sobre su pecho-. Porque él no te merece, D. y tú estás con Logan ahora, y él es perfecto para ti, y
te trata de la forma en que deben tratarte… a diferencia del imbécil ese.
Parte de mi quería contestarle. Defender a Joseph.
Él realmente no me había tratado mal. Quiero decir, sí, al final me llamaba Duffy,
lo que me molestaba, pero a pesar de todo, Joseph había sido bueno conmigo.
Aunque no le dije eso a Selena.
No dije nada en absoluto. Ella no sabía nada acerca de la última noche con Joseph,
había sido mi amigo por 12 horas completas. Ella no sabía acerca de la recaída
de papá, o la forma en que Joseph
me había defendido. Esas eran cosas que nunca le
podría decir.
Ella solo estaba enojada con él porque estaba
asustada.
Asustada de que volvería con Joseph y
me olvidara de ella y de Miley otra vez. Haber defendido a Joseph no
hubiera ayudado mucho.
Logan
había ido de cerebrito a héroe en la mente de Selena. Simplemente porque no me había
apartado de ella. No estaba pasando cada tarde con él de la manera que lo hacía
con Joseph. Y realmente no quería. Algunas veces eso me
asustaba, pero me figuré que era normal. Eso era sano, una relación en la que
yo no estaba escapando, a diferencia de lo que tenía con Joseph.
Y de momento estaba feliz por pasar algún tiempo con mis amigas.
Miré a Selena y pulsé el desbloqueo automático de
su puerta.
—No te preocupes por mí. Tienes razón Logan
es genial, y ha hecho fácil que lo olvide. Ya lo he hecho. Las cosas están
yendo bien para mí, así que no te preocupes.
—Está bien—dijo—. Dios, bueno, te veré mañana D.
—Adiós.
Ella salió del coche y yo me alejé conduciendo,
preguntándome si le acababa de mentir. Honestamente, no estaba segura.
De camino a casa, Joseph volvió a llamar. Lo ignoré.
Porque las cosas estaban yendo bien para mí.
Porque ya lo había olvidado.
Porque hablar por teléfono y conducir al mismo
tiempo no era seguro.
Saqué a Joseph de mi cabeza cuando vi el coche de logan estacionado
frente a mi casa. Papá no había vuelto del trabajo todavía, así que estaba
sentado en las escaleras, de la entrada, con un libro. El sol se reflejaba en
la montura de sus gafas, haciendo que se vieran extra brillantes. Como si
fueran un trofeo.
Salí del coche y camine y hacía él.
—Hola—dije—. Lo siento tenía que llevar a Selena
a casa.
Me sonrió.
No con una sonrisa falsa…
Tenía que despabilarme. No iba a pensar en Joseph.
No iba a echarlo de menos. No cuando tenía a logan. El logan, dulce, normal y de
brillante sonrisa.
—Está bien—dijo—. Estoy disfrutando del clima. Es
muy impredecible en primavera—. Colocó un señalador entre las páginas de su
novela—. Esta bien que luzca un poco el sol.
— ¿Bronte? —Pregunté, viendo la portada de su libro.
— ¿Cumbres Borrascosas? ¿No es ese un libro para
chicas, logan?
— ¿Lo has leído?
—Bueno, no—admití—. He leído a “Jane Eyre” que es
definitivamente feminista. No estoy diciendo que eso sea un problema.
Personalmente soy una feminista total, pero es un poco incompleto para un
adolescente.
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