No pensé en Joseph en absoluto. Ni una sola vez. Mi
cerebro estaba demasiado lleno de cosas como lo que debía ponerme y como me
peinaría. Todas las cosas de las que nunca me había preocupado antes. Hablando
surrealistamente. Pero esas eran las cosas en que Selena
y Miley eran
expertas, por lo que vinieron a mi casa la tarde del viernes, y estaban
ansiosas de volverme su muñeca Barbie personal. Si no hubiera estado tan
nerviosa por esta cita, tendría que haberme horrorizado y chillar por dejarme
acicalar y por mi sensibilidad feminista ofendida. Me obligaron a probarme,
como, veinte conjuntos diferentes, todos los odié, antes de decidir sobre uno.
Acabé en una falda negra y una blusa color turquesa de escote bajo, justo en la
curva de mis pequeños senos.
Luego me pasé el resto de la hora con una plancha
de hierro en mi rizado pelo. Les llevó dos horas, no es una exageración, por
cierto, para ponerlo todo en orden. Ya eran las seis cincuenta cuando me
pusieron delante del espejo para examinar su trabajo. —Perfecto—Anunció Selena.
— ¡Lindo! — Acordó Miley. —Mira, D —Dijo Selena. —Toda esa mierda de la Duff
es ridícula. Te ves realmente genial, ahora mismo—. — ¿Qué mierda es eso de la Duff?
—Preguntó Miley. —Nada —le dije —.
—D piensa que ella es fea. — ¿Qué? — Exclamó Miley. Demi, ¿realmente piensas eso? —No es para tanto. —Si lo
es, dijo Selena. —Ella me lo dijo. —Pero no lo eres, Demi,
—insistió Miley. —¿Cómo puedes pensar eso? -Miley,
no te preocupes- le dije. -No es para tanto. —Yo sé—, dijo Selena.
— ¿No seas estúpida? ¿No es atractiva, Miley?—Es muy atractiva. —Mira, D. Eres
muy atractiva. Suspiré. —Gracias, chicas—.Tiempo para un cambio de tema. —Por
lo tanto, eh, ¿cómo iréis a casa? No puedo llevaros en caso que Logan
me recoja en diez minutos. ¿Vuestros padres vendrán a recogeros? —Oh, no, —dijo
Miley.
—No nos iremos.
— ¿Qué? —Estaremos aquí cuando regreses de tu cita—Selena informó.
—Entonces tendremos una fiesta ultra femenina, en honor a la gran cita de D. —Sí
—Chillo Miley.
Yo las miré boquiabierta. —No estás hablando en serio. — ¿Parece qué te estamos
tomando el pelo? — Preguntó Selena. —Pero, ¿qué van a hacer mientras estoy fuera? ¿No
os aburriréis? —Tienes televisión— Miley me recordó. —Y eso es todo lo que
necesitamos, — dijo Selena. —Llama a tu padre. No tienes elección.
El timbre
sonó antes de que pudiera argumentar algo más, y mis amigas prácticamente me
empujaron por las escaleras. Una vez que estuve en la sala, empezaron a
enderezar mi falda y ajustar el cuello de mi camisa, tratando de agrandar el
escote. —Tendrás un gran momento, —suspiró Selena felizmente, empujando un poco de
pelo detrás de mí oreja. — Habrás terminado con lo de Joseph
rápidamente. Se me hizo un nudo en el estómago.
—Shh... Selena... —murmuró Miley. Sabía que Selena le
había contado toda la historia ahora, pero no me habría dicho nada, lo cual
apreciaba. Realmente sólo quería mantener mi mente alejada de Joseph como
fuera posible. No había hablado con él desde la mañana en que había dejado su
casa. Había tratado de hablar conmigo una vez o dos veces después de inglés,
sin embargo. Sólo lo había evitado, haciendo que hablaba con Miley o
Selena y
saliendo corriendo de la clase lo más rápido que podía. —OMG, lo siento, — dijo
Selena,
mordiéndose el labio. —No lo pensé. —Se aclaró la garganta con torpeza y se
rascó la parte posterior de la cabeza, agitando su pelo corto.
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