sábado, 6 de octubre de 2012

The Duff Capitulo 52 Jemi



—Hola, —suspiré, sentándome en la cama, a su lado. —Lamento esto—. ¿Qué ocurrió? —él preguntó. —No había estado escuchando a hurtadillas, pero había habido muchos gritos. ¿Estás bien?
—Estoy bien, —dije. —Es una larga y complicada historia.
—Bueno, si alguna vez quieres hablar de ello —Logan ajustó sus lentes y me sonrió nervioso —Tengo tiempo para escuchar—.
—Gracias, —dije. —Pero estoy bien. Todos tienen ropa sucia, ¿cierto? — "Bueno, todos excepto tú, Logan."
—Cierto —estuvo de acuerdo. Se inclinó y me besó suavemente. —Lamento que nos hayan interrumpido.
—Yo también.
Me besó, pero no pude disfrutarlo. Solamente seguía pensando en Joseph. Le había visto tan herido. Pero eso es lo que quería cuando lo dejé, solo un poco, ¿cierto? ¿Por qué me extrañara? Traté de olvidarlo, queriendo perderme en los brazos de Logan. Pero no puede.
No de la forma en la que me era posible perderme con Joseph.
Me aparté, repugnada conmigo misma. ¿Cómo podía pensar en Joseph cuando estaba besando a un chico como Logan Tucker? ¿Cuál era mi problema?
— ¿Ocurre algo malo? — Preguntó Logan
—No es nada, —mentí. —Simplemente… Probablemente deberíamos comenzar la búsqueda para nuestras redacciones.
—Tienes razón. —Para nada parecía irritado u ofendido o rechazado. Modales perfectos. Una sonrisa perfecta. El chico perfecto.
¿Entonces por qué no podía ser perfectamente feliz?

Estuve pensando en Joseph durante dos días, me puso en un estado de ánimo más lamentable de lo habitual. No quería pensar en él. Quería pensar en Logan, obviamente era demasiado bueno para mí. Se podría decir que estaba de mal humor, pero en lugar de hostigarme acerca de la causa, sólo me apretó la mano, me dio un beso en la mejilla y compró un dulce con la esperanza de hacerme sonreír de nuevo. ¿Cómo podría yo estar pensando en otro hombre, un egoísta molesto, y mujeriego, cuándo tenía una persona maravillosa justo en frente de mí? Tal vez alguien tenía que darme una bofetada o seguir un tratamiento de electroshock como a la gente loca en el cine. Que me hubiera traído a mis sentidos.

 Pero Joseph parecía estar en todas partes. Cuando iba hacia al coche, en el aparcamiento del instituto o delante de mí en la fila del almuerzo. Es muy difícil olvidar a alguien cuando lo ves constantemente. Era muy, muy duro. Por un segundo, en realidad me pregunté si podría estar haciendo esto a propósito, como una especie de acoso o algo así, pero abandoné la idea cuando me di cuenta de que ni siquiera me miraba. Como si estuviera lo bastante enfadado por todas las cosas que le había dicho. Debería haber sido un gran alivio no tener esos ojos espeluznantes sobre mí, pero no lo era en absoluto. Me dolía. Cada vez que veía a Joseph, me invadía una oleada de emociones: ira, tristeza, dolor, irritación, pesar, lujuria y lo peor de todo, culpa. Sabía que no debería haber dicho esas cosas sobre sus asuntos, incluso aunque fueran ciertas. Y a pesar de mi deseo de pedir disculpas, yo mantuve la boca cerrada. 

Honestamente, yo no habría tratado eso sabiendo que era una persona terrible por hacerle sufrir a través de otra conversación incómoda con él. Aunque no había podido evitar la conversación con su hermana. Yo estaba en la biblioteca una mañana, tratando de encontrar un libro que no fuera de vampiros románticos o los niños que vuelan sobre los dragones, cuando Amy se acercó a mí. Lo juro, ella estaba tan malditamente tranquila que no tuve oportunidad de escapar. En un minuto yo estaba sola, al siguiente estaba a mi lado. Caí en una emboscada. —D...Demi-balbuceó ella. Se retorcía las manos y miraba al suelo, como si fuera a hablarme y yo fuera a matarla. 


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