Joseph no
es particularmente quisquilloso cuando se trata de sexo. Podría verme como un
gorila y aún así no vacilaría en acostarse conmigo, pero salir conmigo es una
situación totalmente diferente. Él ni siquiera saldría con una chica de la
Skinny Squad... —Realmente odio cuando nos llamas así. —… ¿Pero yo? Él nunca
sería el novio de una DUFF. —En serio, Demi. —dijo Selena. — Tú no eres una DUFF. Si alguna de
nosotras es la DUFF, esa soy yo. —Que graciosa. —No estoy bromeando.
—insistió
ella. — Sigo molesta contigo, así que ¿por qué me mostraría amable contigo? O
sea, yo soy como el horrible Bigfoot. Mido más de un metro ochenta. Muchos de
los chicos tienen que mirar hacia arriba para ver mi cara y a ningún chico le
gusta ser más bajo que una chica. Al menos tú eres linda y bajita. Yo mataría
por tener tu altura… y por tener tus ojos. Tienes unos ojos mucho más bonitos
que los míos. No dije nada. Estaba segura que ella se había vuelto loca. ¿Cómo
diablos podría ser ella la DUFF? Incluso con su pijama de ranas lucía como si
estuviera recién salida del certamen Miss América.
—Si Joseph
no puede ver lo adorable que eres, él no te merece. —dijo. — Sólo necesitas
superarlo. Sácate a Joseph de la cabeza. Sí, claro. ¿Superarlo con quién?
¿Quién me querría? Nadie. Pero no podía decirle eso a Selena.
Eso podría iniciar otra estúpida pelea y ni siquiera habíamos terminado la
primera todavía, así que solo asentí. —Y… ¿qué hay del chico Tucker?
La miré, sorprendida. — ¿Logan? ¿Qué ocurre con él? —Tú has sentido algo por él
desde siempre. —me recordó. — Y te vi encima de él en la cafetería ayer. —Él me
abrazo. —le interrumpí.
— Yo nunca estaría encima de él. Ella puso los ojos en
blanco. Dios, no nos poníamos de acuerdo en nada. —Lo que sea, la cuestión es
que te estabas acercando a Logan pero de repente tú estás… Le
lancé una mirada de advertencia. —… de repente te gusta Joseph. —concluyó. — ¿Cuál es el problema? —le pregunté. —No lo
sé. —Suspiró. — Es sólo que… siento que me has ocultado muchas cosas. Como si
hubieras cambiado mucho y demasiado rápido. Me siento excluida ahora. Más
culpabilidad. Grandioso. Ella estaba echándome todo encima, pero creo que me lo
merecía. —No es mucho lo que he cambiado. —Le aseguré.
— Todavía siento algo
por Logan… pero no tiene importancia. Sólo
somos amigos. Me abrazó ayer porque consiguió entrar en la escuela que quería y
estaba muy feliz. Ojala hubiera pasado algo más que eso pero no pasó. Y lo de Joseph sólo es…, es estúpido. Y eso es todo.
Podemos hacer como si nunca hubiera pasado. Eso sería lo mejor, de verdad. —
¿Qué pasa con tus padres? ¿El divorcio? No has dicho nada sobre eso desde el
día de San Valentín. —Todo está bien. —Le mentí.
— El divorcio sigue su curso.
Mis padres están bien. Me miró escéptica antes de volver la vista al camino.
Sabía que yo estaba harta de todo pero, por una vez, no me presionó más.
Finalmente, después de un largo momento habló otra vez. Afortunadamente había
cambiado de tema. —Está bien ¿Y dónde demonios está tu coche? —En la escuela.
—dije. — La batería está muerta. —Que mal. Creo que tendrás que ir con tu padre
para arreglarlo. —Si. —Murmuré. Si puedo encontrarlo sobrio por más de diez
segundos. Hubo un largo silencio. Después de unos minutos, decidí tragarme el
poco orgullo que me quedaba. —Lamento haberte llamado perra ayer.
—Deberías
hacerlo. También me llamaste presumida animadora snob. —Lo siento, ¿sigues
enfadada conmigo? —Sí. —Dijo— Quiero decir, no tanto como ayer, pero… realmente
me dolió, Demi. Miley y yo hemos estado tan
preocupadas por ti, pero tú apenas nos hablabas a ninguna de nosotras. Te
preguntaba y preguntaba si querías salir y tú siempre me evitabas. Entonces te
vi hablando con Logan cuando se supone que
deberías estar hablando conmigo, y… yo estaba celosa o algo así. No pienses
mal, pero… se supone que yo debo ser tu mejor amiga ¿sabes? Me sentí como si me
hubieras echo a un lado. Y ahora, lo que de verdad me molesta es que durmieras
con Joseph en lugar de, simplemente, hablar
conmigo. —Lo siento. —murmuré. —Deja de decir eso.
No lo lamentes solamente.
—dijo. — El lamentarlo no cambiará las cosas. La próxima vez, piensa en mí. Y
en Miley, también. Te necesitamos, D. Y sólo recuerda que estamos aquí para ti y
nos preocupamos por ti… por alguna extraña razón. Yo le sonrei. —Lo recordaré.
—Sólo no me abandones de nuevo, ¿está bien? —Las palabras salieron en un débil
murmullo.- Aún con Miley, me sentía muy sola
sin ti… y no tenía a nadie genial con quien estar. ¿Sabes cómo apesta tener a
Vikki como tu chófer? El otro día casi choca contra un pobre señor en
bicicleta. ¿Te conté esa historia? Condujimos por Hamilton un rato, sólo
gastando gasolina y poniéndonos al día con todo lo que nos habíamos perdido. Selena
sentía
algo por un jugador de baloncesto.
Estaba mejorando en inglés. Nada demasiado
personal. Selena sabía mi secreto ahora; al
menos una parte de él, y ya no estaba enfadada conmigo… bueno no muy enfadada.
Me aseguró que yo tenía mucho más que reparar antes de las cosas estuvieran
realmente bien. Condujimos hasta que su madre llamó a las diez, exigiendo saber
dónde estaba su camioneta, y Selena tuvo que
llevarme a casa. — ¿Le vas a hablar a Miley
de esto? —preguntó ella tranquilamente mientras doblaba hacia mi calle. —
¿Sobre Joseph? —No lo sé. —suspiré,
decidiendo que guardar secretos, no era buena idea. Eso sólo había empeorado
las cosas aún más. — Mira, puedes contárselo, cuéntalo si quieres. Pero yo no
quiero hablar de eso. Yo sólo quiero olvidarlo, si puedo.
—Entiendo. —dijo Selena. — Creo que ella debería saberlo. Es decir,
ella es nuestra mejor amiga… pero le diré que lo estás superando. Porque eso es
lo que estás haciendo ¿cierto? —Cierto. —murmuré. No pude evitar sentirme
ansiosa cuando ella llegó a la entrada de mi casa. Me quedé mirando hacia la
puerta de roble, y a las ventanas cerradas que dejaban ver la sala, y a nuestro
simple y limpio jardín con la cerca de puntas. Nunca me había dado cuenta bajo
que máscara vivía mi familia. Luego pensé en papá. —Te veré el lunes. —dije,
mirando a lo lejos para que ella no viera la preocupación en mi cara. Luego me
baje de la camioneta y comencé a caminar hacia mi casa
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