Es el director de tecnología de una empresa del
centro, por lo que viene a la tienda todo el tiempo. Una maravillosa familia.
Me alegro de oír que su hijo es un chico agradable, también. —Lo es— Le dije.
Un sonido vino de arriba, unos pies arrastrándose, y los dos miramos al techo.
—Oh—.Papá sacudió la cabeza y me miro. —Casi me olvido de ellas. Han estado
sospechosamente tranquilas toda la noche. — Sí — dije —. —Debo ir antes de que Selena tenga
un aneurisma. Nos vemos mañana, papá. —De acuerdo — dijo papá. Cogió el mando
de la T.V. y subió el volumen.
—Buenas noches. Yo estaba en a mitad de la
escalera cuando papá me llamo otra vez. —Oye, abejorro. Me detuve y me apoyé en
la barandilla, mirando hacia la sala de estar. — ¿Sí? — ¿Qué pasó con Joseph?
Me quedé inmóvil, sintiéndome que me ahogaba un poco. — ¿Qué? —Tu amigo. El
que... estaba contigo esa noche. —Me miró desde el sofá, reajustando sus gafas.
—No hablas mucho de él. —No salimos más —Le dije, con esa voz que dejaba claro
que no debía hacer preguntas. Todas las chicas adolescentes conocen esa voz y
la utilizan con sus padres con frecuencia. Por lo general, la orden tácita es
seguida. Mi padre me quería, pero sabía que no debía profundizar en el drama de
mi alta experiencia escolar. Era un padre inteligente.
—Oh... sólo me lo estaba
preguntando. Demi— La puerta de mi habitación se abrió, y Miley,
vestida con pijama color naranja neón, saltó de mi habitación. Corrió hasta la
mitad de las escaleras y me agarró por el brazo. — ¡Deja de hacernos esperar!
Ven y cuéntanoslo todo. La forma radiante en que Miley casi la empujó sacó la mención de
papá sobre Joseph de mi mente. Casi. — ¡Buenas noches, señor Lovato! — Gritó Miley y me volvió a arrastrar a mi
dormitorio. Después de unos pasos, mis pies volvieron a subir y recordé que
acababa de tener la mejor cita con el hombre de mis sueños. Me sentí sucumbir
por la alegría vertiginosa que mis mejores amigas expresaban tan pronto como
entré en la habitación. Gritando, saltando, animadas... Tenía derecho a
sentirme feliz con esto. Incluso los cínicos merecían una noche libre de vez en
cuando, ¿no?
Mi buen humor duró hasta el lunes a la tarde. Quiero
decir, ¿Cuál era el motivo para irritarse? Ninguno. Las cosas estaban volviendo
a la normalidad en casa. Mis amigas no me habían presionado en semanas. Oh sí,
y acabé por tener una cita con el chico perfecto. ¿Quién se quejaría?
—No creo que alguna vez te haya visto tan feliz
—observó Selena cuando salíamos del estacionamiento estudiantil. Su
voz estaba llena de ánimo, un desafortunado efecto secundario del ensayo de
animadoras, y ella saltaba arriba y abajo en su asiento —. Es tan refrescante.
—Dios, Selena me haces sonar suicida o algo así.
—No es eso —dijo —. Es solo que no estas tan
amargada como otras veces. Es un buen cambio.
—No soy una amargada.
—Sí lo eres —ella se acercó y me palmeó la rodilla
—. Pero está bien, D. Es sólo parte de tu personalidad. Lo aceptamos.
Pero no estás amargada ahora, y eso es genial. No lo tomes como un insulto.
—Lo que sea — Sonreí.
— ¡Lo ves! —Chilló Selena —. Estás sonriendo. No puedes parar
¿no? Como dije, estás más feliz de lo que nunca he visto.
—De acuerdo, quizás tengas razón —admití. Era algo
así como la verdad. Tenía a Selena
y Miley de vuelta. Las cosas estaban bien con papá. ¿Por
qué quejarme?
—Siempre la tengo —se inclinó y cambió de emisora de
radio era horrible “Los 40 principales”. —Así que, ¿Qué hay de tú y Logan?
¿Algún chisme que valga la pena?
—No realmente. Él vendrá a casa esta tarde.
— ¡Ooh! Ella se acomodó en el asiento y me guiñó un
ojo —. Eso suena a algo que vale la pena chismorrear. Habrás conseguido unos
condones XL ¿verdad?
— ¡Cállate! —dije-. No es ese tipo de relación, y lo
sabes. Sólo vendrá para trabajar en nuestra redacción para Gobierno AP. Es…
Me interrumpí cuando mi móvil, el cual estaba en el
porta vasos, comenzó a vibrar fuertemente. Mis dedos inmediatamente se cerraron
sobre él. Sabía quien me llamaba, y esos pocos acordes fueron todo lo que
necesitaba para arruinar mi tarde.
— ¿Britney Spears? Tienes Womanizer como tono ¿en
serio? Oh Dios Mío D, esa canción es del, 2008—Rió Selena.
—No dije nada. — ¿No vas a contestar?
—No
— ¿Por qué no?
—Porque no quiero hablar con él.
— ¿Con quién?
No respondí, así que Selena cogió mi teléfono y miró el
identificador de llamadas. Le escuché su conocido suspiro. Unos pocos segundos
después el teléfono dejo sonar, pero no pude forzar a mi cuerpo a que se
relajara otra vez. Me sentía tensa y ansiosa, y no ayudaba que los ojos de Selena estuvieran
fijos en mí.
— ¿No has hablado con él?
—No—Dije entre dientes.
— ¿Desde el día que te recogí en su casa?
—Mm-mm
—Oh, D— Suspiró.
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