Suspirando, solté el horrible lazo de la caja y
chasqueó al abrirse la tapa. Dentro había una pequeña cadena plateada con un
amuleto blanco de metal en forma de D. Como los que las chicas usan en la escuela media, como
si olvidaran su propio nombre o algo.
Mamá se inclinó hacia adelante y sacó el collar de
la caja—. Lo vi y pensé en ti, —dijo ella—. Gracias mamá.
Se quitó su bolso y se movió alrededor para pararse
tras de mí, quitando mi cabello hacia un lado para que pudiera cerrar la cadena
alrededor de mi cuello. —Va a sonar cursi, así que trata de no voltear los
ojos, ¿sí? Pero quizás esto te ayude a recordar quién eres mientras estás
resolviendo las cosas. —Me colocó el pelo y se paró frente a mí de nuevo—. Perfecto,
—dijo ella—. Te ves maravillosa, dulzura.
—Gracias, —dije, y esta vez lo decía en serio. Verla
me hizo darme cuenta de lo mucho que había extrañado a mi madre. En ese
momento, el timbre sonó y supe que tenía que ser Logan. Mientras alcanzaba el pomo, sentí a
mamá deslizarse a su lugar tras de mí, preparada para observar.
Oh, genial.
—Hola —dije, abriendo la puerta y tratando de no
mirar la sonrisa cegadora de Logan.
—Hola, —dijo él—. Guau. Estas muy guapa.
—Por supuesto que sí, —intervino mamá—. ¿Qué
esperabas?
—Mamá, —siseé, disparándole una mirada matadora
sobre mi hombro.
Ella se encogió de hombros. —Hola, Logan,
—dijo, saludando—. Soy Diana, la madre de Demi. Lo sé, parezco más su hermana,
¿cierto? —Rechiné mis dientes. Logan rió.
—Diviértanse, —dijo mamá, besándome en la mejilla—.
Voy a embalar algunas de mis cosas que todavía siguen aquí, pero voy a hablar
en un centro de retiro en Oak Hill el sábado, así que me quedaré en un hotel el
fin de semana. Comeremos juntas el almuerzo mañana y así obtendré todos los
detalles.
Me empujó fuera por la puerta antes de que pudiera
discutir esto, y luego estaba sola en el porche con Logan.
—Es graciosa —Dijo él.
—Está loca —Murmuré yo.
— ¿Qué clase de charlas dan? ¿Dijo que iba a una
casa de retiro?
—Oh. Ella escribió un libro sobre autoestima. —Miré
de regreso hacia la casa, viendo a través de la ventana como mi mamá se movía,
dirigiéndose a la habitación donde solía dormir, preparada para embalar las
pocas cosas que había dejado atrás. Nunca me había dado cuenta de la ironía
ahora.
Por los últimos meses, había estado luchando con mi propia autoestima
mientras mi madre le enseñaba a otros como mejorar las suyas. Quizás si hubiera
hablado con ella. No me hubiera tomado tanto tiempo resolver las cosas. — Habla
con gente alrededor del país acerca de aprender a aceptarse a sí mismos.
—Suena un trabajo divertido —Dijo Logan.
—Quizás.
Él sonrió, envolviendo su brazo alrededor de mi
cintura y guiándome fuera del porche.
Suspiré y me solté para entrar en el coche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario