viernes, 7 de diciembre de 2012

De Secretaria A Esposa Capitulo 2





Estudiando la bella cara que tenía delante, cara que reflejaba una intensa expresión de desaprobación, sintió un enorme deseo de que Joe le sonriera. Fue un anhelo tan intenso que, frustrada, sintió ganas de llorar ya que sabía que no iba a conseguir una sonrisa por parte de él. Un escalofrío le recorrió por dentro. Recordó la fiesta que se había celebrado en la mansión de un importante arquitecto italiano, fiesta a la que su amiga Melissa la había prácticamente arrastrado y que había sido celebrada por el elegante promotor inmobiliario para el que ésta había trabajado. Desde el principio había considerado un error asistir. Había sido la última velada de sus vacaciones y, lo que realmente hubiera querido hacer, habría sido reflexionar tranquilamente sobre la manera en la que iba a reconstruir su vida cuando regresara al Reino Unido.
Se había preguntado a sí misma cómo iba a lograr volver a confiar en nadie cuando la habían traicionado de una manera tan brutal.

Pero la insistencia de su amiga al decirle que necesitaba salir y divertirse, había estropeado sus planes. Finalmente, en vez de la tranquila velada que había planeado pasar, había tenido que soportar la incómoda proximidad de numerosos extraños en un entorno muy glamuroso que no tenía la capacidad de levantarle el ánimo.
Pero las cosas habían cambiado cuando el hombre que tenía delante en aquel momento había fijado su demasiado perturbadora mirada en ella. Mel había estado charlando con algunos de los invitados y ella se había quedado momentáneamente sola...

Joe le había dado la espalda a varias personas que habían estado obviamente interesadas en hablar con él y se había acercado a Demi. Se había presentado como Joe. Simplemente Joe. No le había mencionado su nombre completo. Joseph Jonas.

Ella se había presentado como Demetria, nombre que apenas utilizaba, y no comprendió por qué lo había hecho ya que todo el mundo la conocía como Demi. Pero pensó que no podía esperarse que una persona estuviera completamente en control cuando se enfrentaba a un halo de riqueza y de seguridad en sí mismo como el que desprendía Joe, el cual era increíblemente atractivo. Se planteó que tal vez en aquel momento se había sentido pequeña e insegura, por lo que había necesitado el respaldo de un nombre con un poco más de clase que simplemente «Demi».

Había muchas razones por las que había actuado de manera distinta aquella inolvidable noche... y aquélla era sólo una de ellas...
Entrelazó los dedos de las manos sobre el brillante escritorio y reunió todo el coraje que tenía para levantar la mirada y enfrentarse a la desaprobación que reflejaban los ojos de él.

—No había planeado marcharme de la manera en la que lo hice —explicó—. Simplemente... simplemente no quería despertarte. Era la última noche de mis vacaciones y tenía que dirigirme al aeropuerto para tomar un avión. Debería habértelo mencionado al principio, pero... —añadió, ruborizándose.
—Pero estabas demasiado ocupada con otras cosas, ¿verdad? —sugirió Joe, irónicamente—. Aun así... deberías haberme despertado... ¡no simplemente haberte marchado sin dejarme un número de teléfono o una dirección!
Tras decir aquello, se quedó mirándola.

— ¡Deberías haberme permitido el poder ponerme en contacto contigo!
—Lo siento —respondió Demi con sinceridad. Su voz reflejó cierta impotencia. Pero le había impresionado mucho que a un hombre que se movía en las exclusivas y privilegiadas esferas en las que lo hacía Joe, le importara y molestara el hecho de que una amante de una noche no le hubiera dejado su número de teléfono. Se preguntó si se habría equivocado al asumir que él la olvidaría muy fácilmente. Tal vez se había convencido de aquello ella misma para poder soportar el dolor de dejarlo y de no volver a verlo nunca más...

La pasión que había habido entre ambos se había desatado en cuanto sus miradas se habían encontrado. Ni siquiera la relativa poca experiencia de ella con los hombres le había permitido pensar que aquello era algo normal. Había percibido una conexión muy intensa entre los dos, una conexión entre sus almas... y aquello era algo que había deseado experimentar desde hacía mucho.

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