martes, 4 de diciembre de 2012

Amor Desesperado Epilogo





Tres años y medio después, Nick casi reventó de orgullo cuando su mujer, Miley Polcenek Nolan, se graduó con matrícula de honor en la universidad de Virginia. Ella aceptó el diploma y le lanzó un beso con la punta de los dedos. Una hora después vomitó el desayuno en el cuarto de baño.

Preocupado, Nick paseaba por el pasillo, mientras la familia esperaba en la planta baja. Pensaban celebrarlo con una comida. La familia de Miley estaba muy orgullosa de ella. Su padre no hacía más que contarle a propios y extraños que su hija se había licenciado con matrícula de honor, y su madre hablaba de volver a estudiar.
Miley asomó la cabeza, con una tenue sonrisa.

—Son los nervios, ¿o estás enferma? —preguntó Nick, preocupado por su palidez—. ¿Quieres que vayamos al médico? Llevas unos días muy rara.
Ella se sentó al borde de la cama y se puso una toalla húmeda en la frente.
—En parte son nervios, pero me temo tendrás que acostumbrarte a que vomite las galletas por la mañana.
—Entonces te llevaré al médico —Nick frunció el ceño. No parecía preocupada, pero él si lo estaba.
Ella hizo un gesto de rechazo con la mano.

—Ya he ido al médico. Sólo esperaba el momento apropiado para decírtelo.
—Decirme ¿qué? —preguntó él con sequedad.
—Te estoy poniendo nervioso ¿verdad? Lo siento, cariño. No hay motivos para ponerse nervioso —dijo y vaciló—. Bueno, quizás un poco nervioso —corrigió.
—Miley —dijo él, a punto de perder la paciencia.
—¿Puedes sentarte a mi lado un segundo, por favor?
Nick respiró hondo y se sentó junto a ella. Los labios de Miley hicieron un mohín femenino, que lo puso aún más nervioso.

—Desde que nos casamos, creo que has deseado algo intensamente, pero no querías pedírmelo porque sabías que la universidad era muy importante para mí. Siempre que lo mencionaba, cambiabas de tema. Pero de vez en cuando me has dado pistas. Te advertí que tu vida conmigo sería liosa y está a punto de serlo mucho más.

Nick vio lágrimas en sus ojos y se le contrajo el corazón. Meneó la cabeza, recordando todas las noches que se había mordido la lengua para no hablar antes de que ella se durmiera, todas las veces que había mirado con envidia a los niños de sus amigos. Había procurado guardar el secreto, porque aunque tener hijos con Miley hubiera colmado todos sus deseos, ella era lo más importante. Miley y su felicidad.

—No creí que supieras leer el pensamiento —dijo con voz emocionada.
—Se me da mejor leer corazones.
—Oh, Dios mío —notó que sus ojos se humedecían—. Estas embarazada.
Ella asintió y se echó en sus brazos.
—Sí. Parece que vamos a tener que educar a un Súper Comando Guerrero niño o…
—Una Súper Comando Guerrera niña —dijo él—. Igualita que su madre —Nick se echó hacia atrás para mirarla a los ojos, brillantes de amor—. Nunca hubiera imaginado que una mujer liosa pudiera ser tan fantástica.

Fin

1 comentario:

  1. awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww
    mori muerta de amoooor
    que lindooo final para este par :)
    me encanto mucho esta novela, Vane.
    xoox

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