miércoles, 9 de octubre de 2013

Un Tío Malo capitulo 34




Joe salió de su habitación. 

En la casa lo único que se oía era el silencio. Asomándose por el pasillo, vigiló que Erik no estuviera por ahí para ir al cuarto de Demi

La noche anterior Erik le había gritado y escuchó palabras de él que jamás pensó que oiría. Joe se había tentado en insultarlo también, pero se contuvo y mantuvo la compostura. 

Mónica había tratado de tranquilizarlo, pero el dolor y la decepción que sentía por su hija era algo que nadie podía reparar.
Joe?- la voz de Mónica lo sobresaltó, antes de que pudiera girar la manilla de la puerta.- ¿Qué haces?

- Sólo quiero ver por un segundo a Demi.

- Joe…- susurró, con un tono de tristeza en su voz. Se acercó hacia él.- Demi se fue.

- ¿Qué?

- Demi se fue.- repitió.- Erik se fue temprano con ella al aeropuerto, antes de que despertaras.

A Joe se le aceleró la respiración. El corazón le latió con violencia, mientras trataba de entender las palabras de su hermana. Sin pensarlo dos veces abrió la puerta de la habitación, pero en vez de encontrar a Demi se encontró con la cama hecha. Intacta. El pecho se le cerró.

 No sabía que hacer o que pensar, pero lo único que sabía, era que Demi se había ido.

Erik y Demi caminaron por el aeropuerto. Erik miró a su hija. Dios, se le veía tan bonita y a la misma vez tan frágil. 

Era la réplica idéntica de su madre, y daría cualquier cosa por verla feliz. Mónica lo había insultado de todas las maneras que conocía cuando le dijo que se llevaría a Demi fuera de la ciudad, y cuando había discutido con Joe, se le destrozó el alma. 

Ellos dos le habían dicho cosas que jamás pensó que escucharía, y de repente, sintió que la culpa lo carcomía por dentro. Daría su vida por ella. Lo único que quería era protegerla y que fuera una mujer exitosa en su vida. Miró a Demi enfadado.

- Te quedaras en Tennessee con tu abuela las últimas dos semanas que te quedan de vacaciones. Y ni se te ocurra empezar a salir con chicos todavía. No quiero oír ningún problema después, ¿Entendiste? Te portas bien.

Demi miró hacia delante, con los ojos fijos en el avión que tenía al frente. Agarró firmemente su mochila en el hombro. Era tan preciosa y no se merecía todo el dolor por el que estaba pasando ahora, y eso a Erik le dolió en el corazón.

- De vuelta a clases, estudiaras todos los días.- le dijo con brusquedad.- y retomaras tus clases particulares. Yo mismo me encargaré de eso, ¿Me escuchaste?

Demi se volteó a verlo. Sus ojos se clavaron en él con una intensidad que lo congeló.

- Te odio.
Sus palabras fueron como una daga directo a su corazón.
- No sabes lo que dices, cariño.

 Ojala nunca hubieses sido mi padre.
 Demi...

- No entiendo como mamá se pudo enamorar de un hombre como tú.- dijo, su voz fría y seca. Su cara se mantenía inexpresiva mientras pareciera como si dijera esas palabras con naturalidad.- siempre traté de que me quieras, pero ahora me di cuenta de que ese fue el error más grande que cometí. Tú NO me quieres.

- ¿Pero qué estupideces dices, Demi? Por supuesto que te quiero. Lo sabes.

- No, jamás me quisiste. Siempre fui una pérdida de tiempo para ti. No tienes de que preocuparte, lograste quitarme lo que más amaba en este mundo y ahora no te molestaré mas.- suspiró y miró hacia el avión.- espero que lo pases bien, y dile a Joe que lo quiero.

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