jueves, 3 de octubre de 2013

Un Tío Malo capitulo 27


Joe apretó los labios cuando Demi le bajó los boxers y capturó su pene con las manos, ciñéndolo con fuerza. Fue un movimiento rápido. Inesperado. 


Bajó la mirada para verla. Sus ojos estaban oscuros, negros por el deseo. Él gimió cuando Demi le recorrió con la lengua su glande hinchado, exigiendo ser engullido.
- Hazlo ya.- gruñó él, impaciente. Ella se río.



En un ágil movimiento, Demi ya tenía metida toda su polla en la boca. La calidez de su lengua envolvió toda su masculinidad, haciéndolo gruñir de placer. 


Él mismo se oía gemir en el silencio de la habitación, mientras que la boca de Demi se deslizaba de arriba hacia abajo, por toda su longitud. Podía sentir sus dientes rozarlo, haciéndolo temblar. Apretó los dientes cuando Demi succionó con fuerza la punta de su pene.


- Si, justo así pequeña.- gimió.- oh, me encanta como lo haces. Más, bonita, más… mmh…



Joe sintió como su cuerpo temblaba con cada mamada. Curvó los dedos de los pies. Los pechos de Demi se mecían con cada movimiento que hacia, excitándolo aun mas. Pero que buena vista tenia desde ahí arriba…



Y ya no aguantó. Tomó a Demi del cabello y trató de alejarla.
- Nena… apártate.- gruñó.- joder, me corro…



Pero no le obedeció, todo lo contrario. Succionó con más fuerza. Joe cerró los ojos, y explotó llenando toda la boca de Demi con su seminal caliente.
- Si, si.- gimió él.- trágate toda mi polla…



Enterrando los dedos en su cabello, Joe sintió como la boca de Demi lo exprimía por completo. 



Dejándolo vacío, satisfecho. Abrió los ojos y observó el movimiento que hacia su garganta al tragar. Cuando ya lo dejó del todo saciado, Demi se levantó y se acercó hacia Joe. Una delgada capa de sudor cubría su frente y cuerpo, enmarcando aun más sus músculos. Su pecho se contraía por la urgencia de llenar sus pulmones con oxigeno.
- Eres….-jadeó él, en busca de aire.- extraordinaria.
Ella sonrió.
- Te amo.
- Y yo a ti.



Él posó su mano sobre el pecho derecho de ella. Demi gimió, mientras sentía los largos dedos de Joe enroscar su pezón, sintiéndose endurecer aun más.



- Mmh… puedo sentir lo mojada que estas para mi, gatita.- dijo él, su voz ronca y áspera.



Joe la levantó y la llevó hacia la cama. Sacó un condón del bolsillo de su pantalón y se acomodó al medio de ella. 



Demi enroscó las piernas alrededor de su cintura, presionándolo a entrar en ella. Sintió el glande de Joe presionar en su entrada.
- Apresúrate.- gruñó ella.
- ¿Ahora quién es la impaciente?- se río.



Demi abrió la boca para discutir, pero en vez de eso, un fuerte gemido salió de sus labios al sentir a Joe entrar fuertemente en ella. Fue duro. Potente. Salvaje. Lo tenía tan metido hasta el fondo que juraría que la punta de su pene lo tenía debajo del ombligo.



- Mi nena está caliente.- sonrió él, mientras se movía dentro de ella. Cada vez más rápido.



Los movimientos fueron aumentando mientras Joe se deslizaba adentro y afuera, chocando carnes. Acunó sus pechos con las manos y se fue deslizando cada vez más rápido, en un movimiento desesperado por estar dentro de ella. Joe jamás se había sentido así. Él la deseaba de una manera inhumana. Primitiva. 


La amaba demasiado que hasta se empezaba a preguntar si eso era normal. Y mientras seguía penetrándola, escuchó a Demi gritar su nombre al mismo tiempo que colapsaba en su orgasmo. 


No basto mucho tiempo para que le siguiese él, y luego caer encima de ella. Demi lo abrazó por la cintura y él la besó. Mezclando nuevos sabores, sensaciones y sentimientos. Joe le acarició la mejilla y le sonrió.
- Eso fue…
-  Joe!
Ambos se sobresaltaron al escuchar la voz de Mónica fuera de su habitación, buscándolo.



- Mierda.- masculló el, mientras se levantaba a la velocidad de la luz y tomaba toda la ropa desparramada en el piso.- no pensé que llegarían tan temprano.
- Date prisa.- le apresuró Demi, n


erviosa.
- Niño, ¿Dónde están?- bufó Mónica.
Demi y Joe se quedaron en silencio mientras sentían los pasos de Mónica alejarse. Ambos suspiraron aliviados. Joe terminó de vestirse lo más rápido que pudo y besó a Demi.



- Te amo.- le susurró sobre los labios y antes que ella pudiera hablar, él ya había desaparecido de la habitación dejándola sonriendo como estúpida.

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