-No quiero marcharme...- susurró Demi mirándolo fijamente a los ojos. -
sé que... Bueno lo que - soltó un sonoro suspiro- sabes de mi hace que nO
puedas confiar en mi, pero yo... - Demi se giró a observar desde el balcón.- yo
aprecio mucho este lugar, me encanta Grecia, es preciosa... Me gustaría
quedarme un poco más.
Joe se quedo callado unos minutos observandola sin comprender. Como ella había
dicho, sabia perfectamente como eran las mujeres de su calaña.
Todas se dejaban
llevar por la ambición y la codicia, todas frías y vacías por dentro. Lo que no
llegaba a comprender era como Demi la mujer a la que había creído calar al
instante pudiera verse tan frágil y delicada, desbordando ternura, dulzura
hasta cariño.
Joe miraba maravillado como su cabello se enredada alrededor de
su rostro con mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes.
-Sabes que si decides quedarte las cosas cambiaran.- dijo el.
- Cosas? - ella intentaba fingir confusión.
- Si Demi, si te quedas, no me detendré hasta que estes en mi cama.
Demi se estremeció y se abrazo a si misma.
- Demi, si te quedas. Serás mía. - Joe intento controlar el amasijo de
sentimientos que lo recorrían. Tensó espero que ella decidiera marcharse por mucho
que le fastidiara la idea. Pero entonces, ella alzó sus ojos verdes empeñados
de pequeñas motitas doradas.
- Lo sé y no me importa.
Demi esperaba impaciente la reacción de Joe pero este la tomó con fuerza de sus
delicados hombros y la apretó contra su cuerpo.
Sus labios atacaron los de Demi
con brusquedad pero ella no se dejo amedrentar y busco su lengua, escucho como
el grunia y con sus manos recorría su espalda, hasta llegar a su cadera y
acariciar con sus dedos de forma circular su cintura.
- No te marcharás?
-No.
-Cuando esto se acabe, todo terminara. No volveremos a vernos, ni hablarnos.
Sera como si no hubiera sucedido. Pero mientras ocurre eso. Eres mía Demi
Stone.
Al volver a la mansión una Cassandra en vuelta en un apretado pijama de seda
roja que se ajustaba a sus curvas hasta sus muslos, enseñando sus largas
piernas de infarto y la abertura de su escote caía hasta su ombligo dejando
entrever sus bien dotados pechos y una cintura escultural.
Fruncia el ceño y
miraba con clara satisfacción a Demi, la cual escondía su rostro sonrojado por
sus besos y la brisa. Demi se sintió mas que estúpida con su diminuta cintura,
sus piernas normales y sus pechos pequeños. Aunque Joe parecía no darse cuenta.
- Cassandra.- Saludo el con un asentimiento de cabeza.
- Pense que os quedaríais en la ciudad - le sonrió con sorna a Demi - veo que
no.
- Demi y yo hemos recorrido toda atenas y estamos un poco cansados. Veo que ya.
Cenasteis con lo que no tengo que perder tiempo.- murmuro mirando con deseo a
Demi.- Nos vemos en el desayuno.- se despidió de la mujer que lo miraba
furiosa.
-Joe! Querido, tenemos que hablar seriamente. - su voz sonaba ronca y quebrada
estaba claro que no aceptaría un no.
- Esta noche no, Cassandra.
- Es muy importante. - Insistió la mujer.
-podremos hablarlo mañana.- dijo girandose y llevando consigo a Demi.
- Es sobre tu padre.- Joe paro en seco y la miro interesado. Cassandra lo miro
tranquilamente.
-de que se trata?
- es mejor que lo hablemos en privado. - dijo mirando a Demi.
- Yo... Estoy cansada, subire a acostarme.
-No. Demi es mi prometida Cassandra todo lo que tenga que ver conmigo tiene que
ver con ella.
Entraron en el gran despacho que aun olía a el viejo tabaco de Justino Jonas.
Cassandra se sentó en la butaca donde antiguamente se sentaba el antiguo
patriarca de la familia.
Demi vio a Joe apretar la mandíbula ante tal acción
así que la joven apretó con cariño su fuerte brazo.
- Dime que quieres Cassandra, estoy cansado y deseo irme a la cama pronto. -
masculló deslizando su mano por la prieta cintura de Demi.
La rubia lo miro fijamente y luego fulminó con la mirada a Demi.
- bien, recuerdas el testamento que leyeron el día del entierro de tu padre?
- Claro que lo recuerdo. Es el mismo que dice que tienes que marcharte de esta
casa en dos meses. - Cassandra tomo un tono pálido y gruño por lo bajo.
- En el tambien pone que debes casarte.
- no necesariamente...- comenzó a decir.
- Lo siento querido pero las cosas han cambiado. Ayer vino el notario de tu
padre y me enseño algo completamente diferente.
- a que te refieres?- Joe apretaba su cintura con fuerza y a Demi le costaba
respirar de tanto que la apretaba a su pecho. Colocó sus manos en su pecho
intentando apartarlo un poco sin resultado.
- A que tu padre dejo un testamento completamente distinto para ti y para mi.
En este dice- hizo un silencio dramático que a Demi le molesto. - Que si en
exactamente dos meses no estas casado...
- Que? Que tratas de decirme Cassandra.?
- Si no te casas, toda tu herencia. Pasa a ser mía.
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