jueves, 10 de octubre de 2013

Inocencia Capitulo 8


Demi escuchaba adormilada como Cassandra contaba su maravillosa excursión a Brasil con los millones de hombres que la cortejaron y de lo difícil que era hacerlos comprender a todos lo mucho que quería a su difunto marido.

 Luego paso a las jovencitas que la buscaban para pedirle consejos de belleza y cuando al parecer, por la expresión de su cara estaba llegando a la apoteosis, Demi casi se queda dormida. 

Joe le dio un pequeño golpe en el brazo y ella levantó al instante su cabeza aturdida mirándolo confusa.

Él parecía divertido pero negaba con la cabeza. Se acercó a ella pasando su brazo por encima de sus hombros, Demi pensó que era la posición más intima que había llegado a compartir con un hombre y eso la hizo sentir peor de lo que ya se sentía.

-No te duermas. Puede que Cassandra aburra un poco con sus monólogos pero en unos minutos nos marcharemos y podrás dormir sin problemas. 

- Susurró Joe en su oído y Demi sintió a su corazón latir deprisa. No te hagas ilusiones, la sermoneó su conciencia desde sus gafas de media luna, pero ella prefirió ignorarla.

Joe se levantó de la mesa interrumpiendo a Cassandra en su relato sobre unos hermosos zapatos de Chimichu. Tomó la mano de Demi y la ayudó a levantarse.

-Una historia maravillosa, pero Demi y yo deseamos retirarnos. - Dijo tranquilo y con su rostro impasible. Demi vio a Cassandra fruncir el ceño y fulminarlo con la mirada.

-Aun no hemos dado por terminada la velada, querido. 

Si tu prometida esta cansada puede subir ella sola a su habitación no creo que llegue a perderse. 

- Su lengua venenosa dejó a Demi pasmada, pero logró ver a Joe sonreír ignorando sus palabras hirientes.

-Los dos estamos cansados y deseamos pasar un tiempo juntos. - Dijo relajada y pausadamente mientras con su brazo rodeaba la cintura de Demi. 

- Creo que doy por rematada la cena. Buenas noches. - Y tan tranquilamente salió del salón con Demi a su lado que planeaba mentalmente como escapar de aquel berenjenal.

Al llegar a la habitación Joe rápidamente se marchó a su despacho que curiosamente conectaba con el cuarto. Demi estaba anonadada por la manera en que se comportaban Cassandra y Joe. 

Parecían saltar chispas entre ellos y no en el sentido bueno. Ella parecía desafiarlo hasta lo miraba con deseo mientras el lo hacia con asco y repugnancia.

Agotada de tanta presión familiar, se duchó, colocó uno de los camisones de satén -que no cubrían nada, por cierto- que Joe le había comprado. Se recostó en la cama intentando acomodarse sin que el horrible camisón se levantara y dejara algo a la vista.

 ¿Que les pasaba a los ricos, no les gustaban los camisones largos de animalitos? Harta decidió meterse dentro de la manta que estaba caliente y cómoda y acurrucarse contra la almohada. Cerró los ojos e intentó dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario