jueves, 17 de octubre de 2013

Camino a la Fama Capitulo 37





— ¿Y bien?—Joseph se dejó caer en el sillón de cuero de su padre y sin importarle mucho el cuidado de sus muebles, subió los pies sobre el escritorio de roble.

El estudio se encontraba en penumbras y dudaba mucho que Darius fuese a fastidiarlo en ese momento. Mas sabiendo que no estaba de humor para oír quejas.

—He puesto a Martin a investigar—Eso no lo sorprendió mucho, sabía que Josh no iba estarse con vueltas tratando de encontrar amablemente al responsable. —Tendrá que rebuscar entre los mensajes, email y llamadas telefónicas que realizó la revista el día de ayer. Quien sea que les vendió las fotos tuvo que ponerse en contacto en algún momento y te aseguro que Martin sabrá localizarlo.
—Bien—murmuró satisfecho.

Sabía que su amigo encontraría al responsable, tenía plena confianza en sus capacidades de infiltrarse en cualquier cuenta o software, lo único que lamentaba era haberle pedido que le quitara el bloqueo al correo de Demi.

 Internamente dudaba que ella fuese tan estúpida, como para usar su correo electrónico y ponerse en contacto con la revista, pero podía ser posible y si ese había sido el caso, él podría haberlo evitado. Pero no lo hizo, porque cuando ella supo que la estaba bloqueando se había cabreado y Joseph había querido un nuevo comienzo, limpio.

 Quería que confiara en él y ahora debía vivir con las consecuencias de su estúpido deseo. Eso claro, si es que ella había sido la responsable.

Pero es que ¿había otra opción? Las personas que conocían su identidad en la conferencia eran todos conocidos de Demi. Y si volvía la mente al pasado, recordaba claramente que ella lo había besado. Aun estando enfadada por lo de Ann, ella lo había besado. 

¿Podía ser que solo estaba siendo paranoico? ¿O cabía la posibilidad de que ella se las hubiese jugado, como método de venganza? Ambas opciones tenían su peso y ambas opciones lo traían de las pestañas. Parte de él quería creer que ella no le haría algo así, mas sabiendo cuanto odiaba la comercialización de una imagen en pos de mayor fama. Él se valía de su talento, no caía en las tretas estúpidas de promocionarse a sí mismo para ganar adeptos. 

— ¿Cómo esta Demi?—Josh lo obligó a enfocarse en lo que realmente importaba.

No Demi y su estado de ánimo, no Demi y la posibilidad de que fuese una embustera. Tenía que pensar en su carrera y aparentemente en su imagen a partir de ese momento.

 La gente ya sabía quién era, adiós al anonimato. La gente sabía que tenía algo con su colega, adiós a la privacidad o a intentar descubrir que era ese “algo”. La gente ahora quería saber más de él y tenía un bonito grupo de reporteros en su culo, listos para llevar a cabo la tarea de investigación. Era atención que no necesitaba y que no quería.

—Disfrutando de las comodidades de la casa—respondió taciturno.
— ¿Descubrió la bañera del segundo piso?— Joseph soltó un leve gruñido de asentimiento.

Todo mundo parecía tener una debilidad por esa bañera, su padre la había mandado a hacer con unas medidas exorbitantemente exageradas. Y siempre que alguien lo visitaba, lo primero que él hacía era persuadir a esa persona de tomar una ducha, por supuesto sabiendo la reacción que tendría al toparse con su monumental bañera. El hombre estaba más orgulloso de su bañera que de él y su hermana juntos.

—Voy a retenerla aquí, hasta que sepamos quien fue—El silencio del otro lado de la línea, le dio a entender que Josh no compartía del todo su plan.

— ¿Piensas que ella lo hizo?—inquirió con un visible tono de duda.
—Si no fue ella, fue alguien que ella conoce.

—Maldición Joseph, no creo que sea así. Demi no parece esa clase de personas y…

—Dime algo—Lo interrumpió— ¿Qué tanto se beneficia ella de esto?—Josh soltó un suspiro de derrota.
—Bastante—respondió a regañadientes.
— ¿Qué tanto me beneficio yo de esto?
—No mucho, pero…
—No, escúchame. Si tan solo lo vieras objetivamente, ella está obteniendo la atención necesaria para que todos volteen sus ojos hacia nosotros. ¿Por qué? Es un truco publicitario, es obvio.

—No tienes que explicarme esto amigo, yo soy tu agente. Pero por un segundo piensa que tal vez ella no sabía nada del asunto.

—Tal vez. Pero también tal vez ella ayudo a orquestarlo todo y ahora tengo este curioso detalle adornando mi jardín delantero.
—La prensa también está en su casa.

—Sí—exclamó irónico—No dudo que quisiera dar su versión de los hechos, es necesaria le prensa allí también.

—Joseph, sé que todo en tu cabeza cierra con una lógica exacta. Pero tienes que darle el beneficio de la duda, estoy seguro que esta mañana no estabas siquiera pensando en el libro o en su trabajo. Estoy casi seguro que solo estabas al pendiente de ella. —Cierto, pero luego aparecieron los reporteros y las cosas no pudieron terminar peor.
¿Estaba justificándose? ¿Por qué se justificaba a sí mismo? No se iba a engañar diciéndose que no le gustara Demi, incluso en ese momento tenía

ganas de subir hasta esa bañera y hacerle tantas cosas que no eran adecuadas para el horario. Pero también estaba lo otro, la posibilidad de que ella lo hubiese apuñalado por la espalda. Porque era posible ¿cierto?
—No sé qué pensar—Suspiró, bajando los pies al suelo.

—Lo sé, pero analízalo un poco. Si Demi tuvo algo que ver ¿no piensas que tal vez en este momento se arrepienta? Digo, cuando entré en tu casa esta mañana, yo no vi a una mujer maquinando una forma de traicionarte. Vi a una mujer a la que realmente pareces gustarle…—Joseph se quedó mirando un punto pequeño en la alfombra, las palabras de Josh aún estaban haciendo eco en su mente.

—No digas idioteces—Lo acalló, finalmente encontrando su voz. ¿Qué demonios le pasaba?—Estas confundiendo atracción con gusto, apenas si le agrado.

Y le había costado mucho más trabajo de lo usual agradarle. De acuerdo su relación no había iniciado de la forma más convencional y Joseph cuando era obligado a algo, normalmente se mostraba reacio. Pero mientras el tiempo fue pasando, descubrió que en realidad ella sí le gustaba. Como persona, como amiga, como ser humano con el cual deseaba hablar y conocer.

 Tenía la leve impresión que a ella le tomó más trabajo verlo bajo una nueva luz. Y a decir verdad parecía que por cada paso que daban lejos de las sombras, retrocedían diez por mero capricho. Pero en algún punto arbitrario entre sus idas y venidas, ellos realmente habían encontrado un equilibrio. Tras las bromas y el sarcasmo, se llevaban indirectamente bien. No eran los mejores amigos, pero tampoco eran solo camaradas. ¿Qué demonios eran entonces?

—Bien, cabeza hueca. Yo soy el que confunde las cosas, pero por el bien de la casa de tu padre, abstente de andar señalando acusadoramente hasta que tengamos algo en concreto.
— ¿Y qué hago?

—Sé que algo vendrá a ti—Una nota de humor decoraba su timbre—No parecías necesitar mi ayuda antes y creo que muy en lo profundo, sabes cómo manejar a Demi.

— ¿Qué estás diciendo?—preguntó repentinamente interesado.
—Digo que se atrapan más moscas con miel que con vinagre— Joseph puso los ojos en blanco, tratando de pasar por alto ese comentario tan trivial. —Si ella sabe algo, tal vez te lo confíe—rió sin poder evitarlo.

— ¿Estas de juego? Si ella sabe algo te aseguro que la llevare a juicio por complicidad.

—A eso es a lo que me refiero—dijo él cansinamente—Con esa actitud no obtendrás nada, gánate su confianza. Bajo la superficie de mujer inteligente, profesional y mordaz, ella sigue siendo mujer. Tú sabes cómo hacerlo…

—Josh ¿Es mi impresión o acabas de decime que me porte mal?
—Yo solo digo que mientras Martin hace su investigación, tú podrías intentar encontrar respuestas por tu parte.

—Entiendo—Espetó, realmente comprendiendo hacia donde apuntaba su agente y no pudo negar que le gustaba la iniciativa de ese hombre. —Bien, llámame cuando sepas algo.
—Claro.

—Adiós.
—Joseph.
— ¿Si?
—Compórtate.

—No prometo nada.  

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