No pudo dormir. Ni siquiera lo llegó a intentar de verdad. Joe había
entrado en la habitación cuando supuestamente ella dormía. Se había desecho de
su ropa y acostado a su lado ¡Casi desnudo! Aunque estaba en la otra punta de
la cama eso no mejoraba la incomodidad de Demi y mucho menos cuando por fin
estaba consiguiendo coger algo de sueño el se había enrollado a su alrededor
dejándola en la punta de la cama abrazada por ese cuerpo caliente y musculoso y
su suave respiración zumbando en su oído. Sencillamente había sido una tortura
para ella.
Al levantarse se colocó un vestido azul oscuro con flores rojas que se ajustaba
hasta sus caderas y caía un poco más arriba de sus rodillas en hondas. Iba sin
tirantes y realzaba su piel pálida en contraste con el oscuro vestido. Al no
ver a Joe por ninguna parte y después de desayunar sola por que al parecer
todos se habían marchado a la ciudad, decidió dar un paseo por los grandes
jardines de la bonita mansión.
Terminó junto a un pequeño lago artificial observando a un ruiseñor cantar,
estaba tan concentrada en su canto que no se percató de la presencia de Joe a
sus espaldas.
Demi comenzó a tararear con el pajarito y se sintió como una de
esas princesas Disney que solo sabían cantar y llorar por su príncipe azul. La
imagen le hizo mucha gracia y soltó una carcajada mientras intentaba alcanzar
una de las manzanas que colgaba en el árbol. Era demasiado pequeña como para
llegar a la fruta así que su frustración fue aumentando.
Unas manos rodearon su cintura y la hicieron soltar un suspiró.
-Tienes que estirar más la mano e inclinar el cuerpo. - Murmuró contra su oído
mientras le enseñaba como ponerse sin apartar su mano de su cintura. La ayudo a
inclinarse y Demi no hizo más que ponerse de puntillas. Alcanzó la manzana y tiro
de ella soltando un gritito de alegría.
-Bien. - dijo Joe en su oído, pero llegó tarde por que al dejarse caer con
cuidado hacía el suelo su tobillo se torció ligeramente y calló de bruces
contra el pecho de este.
No se atrevió a levantar la vista hasta recuperar su respiración normal. El la
miraba con esos ojos ardientes, deseosos...
-Gra-gracias...- logró murmurar antes de que tomara sus labios con pasión y la
apretara a su cálido cuerpo. El beso se torno intenso, posesivo y Demi se vio
inmersa en un millón de sensaciones y emociones nuevas que para nada le
disgustaban.
Los labios de Joe se volvieron exigentes y su lengua reclamó la
suya. Demi enredo sus dedos en los suaves rizos de su cabello.
-¿Que me has hecho Demi Stone? ¿Me has hechizado? - masculló el contra sus
labios y acarició sus caderas de manera provocativa. Por alguna extraña razón
que Demi no comprendió la voz de Cassandra resonó detrás de ellos arruinando lo
que para ella era un momento mágico.
-Vaya, vaya. Pero si son la pareja feliz.
-Cassandra...- murmuró Joe.- ¿Que haces aquí? - Le espetó a la rubia, mientras
apretaba contra su pecho a Demi.
La Rubia hizo un mohin con los labios y taconeó con sus grandes tacones de
negros de aguja en las pequeñas piedras del camino.
-Las gemelas querían volver para tomar el té con tu...- carraspeó.- este...
prometida.
Joe sonrió y enrolló sus manos alrededor de las pequeñas caderas, haciendo que
ella se apoyara contra su cuerpo fornido. Demi podía sentir su aroma y
respiración en su cabeza.
-Me parece estupendo que las gemelas quieran conocer a Demi, pero me temo que
mi prometida y yo saldremos a visitar la ciudad. - Demi se tensó contra su
cuerpo sin comprender a que venía aquel comportamiento tan osco con su familia.
-Las chicas han dejado sus planes para estar con Demi. Sería una falta de
respeto.- Masculló Cassandra.
-Perdónanos de mi parte.
-Pero...- Comenzó a protestar la rubia.
- Si no tienes nada importante que decirme, creo que Demi y yo nos marchamos. -
Tiró de ella con fuerza y la hizo caminar por el camino, Demi miró de refilón a
la rubia que fruncía el ceño y se mordía su labio pintado de rojo putón.
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-Has sido muy grosero. - Protestó Demi de camino a la ciudad, mientras Joe
conducía. Él la miró y le regaló una sonrisa torcida.
-No creo que debas meterte en los asuntos familiares.
-Y ahora eres grosero conmigo. - Farfulló enfurruñada.
-¡Vives probándome todo el tiempo!
-¿Que yo hago que? - Exclamó ella mirándolo con los ojos muy abiertos.
-Te metes en asuntos que no son de tu incumbencia, andas merodeando por Mi casa
coqueteando con mis hermanos. ¡Crees que no me he dado cuenta!
-¡Yo no coqueteo con nadie! Solo soy amable, parece que no te enteras...-
masculló.
-Perdone doña santurrona...
-¡Yo no soy santurrona!
-Eso lo sé perfectamente. Sé quien eres Demi Stone, ¿por que crees que te he
contratado?- Demi intentó disimular la tristeza que le causó escuchar sus
palabras ofensivas.
-Lo sé, sé perfectamente que soy la put*ta con la que tienes que engañar a tu
familia. No lo olvido Joe, lo tengo muy claro.
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