El almuerzo pasó en silencio. Demi concentró todos sus sentidos en
evadir las miradas de Joe. Este no había murmurado ni una palabra de lo
ocurrido en el coche. Al principio había intentado hablar de la ciudad y Demi
se dejó llevar por la belleza del lugar.
-esto es precioso...- murmuró
apoyandose contra la baranda de un enorme balcon que dejaba entrever toda
Grecia. Estaba fascinada, sus ojos vagaban por cada lugar, rincon que rodeaba
ese hermoso lugar.
-lo es... si. - dijo él mirando como su cabello suelto se movía suavemente
contra el viento. Sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes.
Demi se giró y lo miró extrañada. Joe estiró su mano y acarició con ternuta su
mejilla. Sus ojos eran ardientes y brillantes, la respiración se le cortó y
sintió todo su cuerpo estremecerse.
-Lo siento...- Lo hoyó murmurar. - No pienso repetirlo Demi. Apiádate de mí y
deja de mirarme de esa manera.
- Que-que mirada?- tartamudeó.
- esa de desprecio. -deslizó un dedo por su labio y buscó su mirada.- te deseo Demi....
-Que tú qué? -chilló ella abrumada por sus palabras. Tenía los ojos muy
abiertos y sintió su boca secarse.
Él sonrió, bajo su mirada a sus labios. La
besó con fuerza, deseo.
Estaba mareada, sentía su cuerpo languido, fragil
mientras él se apoderaba de sus labios y de paso de su alma. No supo como lo
hizo, pero colocó sus manos contra ese pecho fornido e intentó alejarlo. -No,
Joe...
Este pegó sus frentes y respiró con dificultad. Sus ojos lanzaban llamas, la miraba
confundido.
- Que ocurre, cariño? Sé que me deseas. Dio! Lo siento.
-Yo... no puedo...- intentaba murmurar. -es que yo... es muy dificil para mi,
este...
-Intentas decir algo con sentido? - dijo el sonriendo divertido. Mordisqueandó
su labio inferior y probocando un leve temblor en el cuerpo de Demi.
-No hagas eso.- lo reprendió con un suave jadeó.
-No te gusta?- susurró él.
Sus manos se movieron por sus caderas y la acercarón más a él. Demi podía
sentir su exitación y se mareó.
Sus besos eran apasionados, la estaban
volviendo loca. Joe deslizó una de sus manos por su vientre y fue subiendo
hasta alcanzar su pecho.
Demi tenía los nervios de punta. El miedo la invadió, se sintió asfixiada y
recordó las asquerosas manos de su tío por su cuerpo. Se sintío asqueada. La
mano de Joe recorrío el contorno de sus cenos.
-NO!!!- Gritó asustada.
Demi respiraba con dificultad y se apoyó en la baranda del balcón. Temblaba, y
como odiaba temblar, aun más cuando alguien se daba cuenta de lo débil que era en
ocasiones.
- Demi... - Susurró Joe a su espalda. Sonaba preocupado, Demi sintió sus manos
fuertes y duras, acariciar sus hombros con cuidado.
Las lagrimas escaparon de
los ojos de la joven. Se sentía tan triste y vacía. Sola. Rompió en llanto y un
cuerpo fornido la abrazó con fuerza mientras Demi lloraba en su hombro.
-
Tranquila, cariño. ¡Dio! ¿Qué te ocurre? , ¿He hecho algo mal? - Decía mientras
intentaba tranquilizarla.
-Yo...lo siento... yo...- intentó hablar ella entre hipido en hipido.
-Shusss... Fue culpa mía. Te insultó y luego deseo que me beses y me mires como
me miraste cuando nos conocimos. Soy un estúpido.
-No... no es eso... Espera.
¿Que tu que?- exclamó ella sonriendo como una tonta
mientras él acariciaba su cabello, supremamente interesado.
-Como lo oye señorita Stone.- Joe juntó sus frentes y suspiró exageradamente. -
Puedo dejarte marchar. Ahora mismo, no tendrás que fingir más. Tú solo...puedes
irte, Demi.
La joven abrió los ojos desmesuradamente y lo miró asombrada. Una ráfaga de
sentimientos extraños la atacaron y fue como un auto reflejo lanzarse a sus
brazos y besar sonoramente sus mejillas.
-¿En serio dejarías que me marchara? - Preguntó apoyando su rostro sonrojado
contra el duro pecho de él.
-Si...
-Pero... tenemos que arreglar todo este desastre.- murmuró asustada.
-Yo me encargare.
-Oh, no. Joe... yo te ayudare.
- Demi ¿Te has vuelto loca? acabas de romper a llorar por alguna extraña razón
que sospecho no me dirás.
- La vio negar con la cabeza y continuó hablando. -
No puedo tenerte aquí, no importa lo que pensara tienes que marcharte.
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