miércoles, 9 de octubre de 2013

Un Tío Malo capitulo 33




Demi suspiró mientras sentía las manos de Joe recorrerle su espalda, de arriba hacia abajo, con una lentitud que la hacía estremecer. Ella giró sobre el colchón, quedando al frente de él. Lo besó. 

Él sonrió.

- Mmh…- susurró él, acariciando su mejilla, con una ternura que a ella le conmovió.- desearía quedarme todo el día aquí en la cama, haciéndote el amor.

- Y yo también.- jugueteó con el cabello de Joe.- pero hay que levantarse, ¿Te imaginas que Erik llegue y nos vea así?

- Probablemente le cogería un ataque de ira.- sonrió. Demi rió, ya se lo imaginaba, con la cara roja de rabia.- pero tranquila, que pronto él lo sabrá, y todo se arreglara.

- Espero que así sea.- suspiró.- espero que sepa entendernos, así como lo hizo Mónica.

Joe notó el miedo en su voz. Apartó las sabanas que cubrían su cuerpo desnudo y la cogió de las caderas, levantándola y obligándola a que se colocara a horcajadas encima de él. Demi gimió, fuerte, al sentir la dura polla de Joe entrar de golpe en ella.

- Lo hará. Todo va a estar bien.- dijo Joe, tomándola del culo.- ahora, no pienses en eso, porque te haré olvidar de todos los problemas. Sólo… disfruta.

Y por supuesto que la iba a hacer olvidar de todos sus problemas. Demi comenzó a moverse encima de él, de arriba hacia abajo, haciendo a Joe enloquecer, gimiendo por más. 

Demi podía sentir la firme polla de Joe en todo su interior. Durísima. Y le encantaba. Demi siguió montándolo, cada vez más rápido. Los ojos de Joe jamás se despegaron de ella. Arqueó las caderas, ayudándola más con la faena de follársela duro. 

Como amaba Joe la expresión de la cara de Demi cuando le hacia el amor. Su cabello, caía sobre sus hombros, cubriendo sus senos. Joe le apartó el pelo, y se los besó. 

Demi gimió. Una deliciosa melodía, para los oídos de Joe. Alejó la cara un poco, observando la hermosa imagen de sus pechos meciéndose de arriba hacia abajo, al mismo ritmo que Demi se movía cada vez más rápido.

- Oh, sí, justo así bonita.- gimió él, enterrando sus dedos en sus caderas.- me harás enloquecer… mmh…

Era gracioso, pensar de que hace apenas unos minutos habían hecho el amor, y ahora, estaban haciéndolo de nuevo como conejos. 

Erik y Mónica habían salido hacia una cena formal de un cumpleaños, y ellos dos habían aprovechado el momento para escabullirse en la habitación matrimonial de ellos y echarse un buen polvo. 

A Demi le encantaba la cama de su padre, era amplia y grande. Perfecta para hacer el amor. Aunque claro, después de todo el escándalo que hacían ellos dos entre las sabanas, tenían que dejar todo en orden, sin ninguna pizca de evidencia que ellos hubiesen estado allí.

Cuando Demi llegó al orgasmo, lo siguió Joe, para luego dejarla caer encima de él y arroparla entre sus brazos. Joe le besó la frente, sintiendo como sus respiraciones se calmaban, y sus corazones volvían a latir con normalidad. 

Demi cerró los ojos con fuerza, deseando poder quedarse así con Joe por siempre. Y el miedo la invadió, otra vez. Hoy sería el día, en que le dirían a su papá toda la verdad. Habían quedado de acuerdo con Joe y Mónica, en decirle a Erik toda la verdad después de la cena. Él estaría de buen humor, un buen momento para confesarle toda la verdad. No más mentiras. No más secretos. Todo iba a salir bien.

Joe apartó el cabello de Demi que cubría su rostro. La cogió de la barbilla y la besó. Ella sonrió.

- Te amo.- murmuró él sobre sus labios.

Demi abrió la boca para decirle un “y yo a ti”, pero antes que pudiera decirlo, alguien entró a la habitación. De repente, una maldición.

- ¿Qué mierda?

Los dos voltearon a ver quién había sido el intruso que se metió en la habitación. Joe abrió los ojos completamente, y sintió a Demi tensarse bajo sus brazos. Lo único que sabían, era que habían sido descubiertos por Erik.

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