Joe tragó saliva.
- Necesitamos hablar contigo.- dijo Joe, aun así sin soltar a Demi de la mano.
Caminaron y corrieron unas sillas para sentarse al frente de Mónica.
- ¿Sobre que?-
Mónica se sacó sus lentes de lectura y los dejó con el libro a un lado.
- Eh… es sobre algo delicado.- Joe se rascó la
nuca, nervioso. ¿Acaso tan seguro se sentía de si mismo?
Joe miró a Demi,
pidiendo ayuda. Pero ella no hablaba. Permanecía en silencio, estaba ausente.
El corazón de Demi latía con violencia.
Tiempo atrás había mentalizado un discurso, pero ahora, ni siquiera sabia que
decir. Tenía un nudo en la garganta el cual la quemaba. No podía pronunciar
alguna palabra y ya le estaba costando trabajo el poder respirar.
- Bueno, ¿Alguien me va a decir lo que pasa? Me
están poniendo nerviosa.- dijo Mónica.
- ¿Dónde esta papá?- logró formular la pregunta Demi.
- Salió con unos amigos, ¿Por qué?
Demi suspiró. Al menos su papá no estaba en la
casa, y eso reducía los problemas.
- Bueno, la cosa es que….- Demi tragó saliva. Respiro hondo antes de continuar.- Joe y
yo estamos saliendo.- musitó, casi en silencio, unas palabras que Mónica no
logró escuchar bien.
- ¿Qué? Perdón cariño, habla mas fuerte que no te
escucho.
- Joe y yo estamos saliendo.- dijo mas fuerte, y
ahora si Mónica la escuchó con claridad.
El rostro de Mónica palideció. Sus ojos se
abrieron. El corazón de Joe martilló, preparándose para lo peor.
- ¡¿Qué?!- gritó Mónica, eufórica. No podía
creerle, ¿Es que acaso su hermano tenía una relación con su hijastra?- están jugando
conmigo, ¿Verdad?
¿Eso es lo que quieren, causarme un infarto?
- No.- dijo Demi.
Sintió como el piso se le movía, pero ahora que había comenzado, no podía
retroceder.- yo lo amo.- miró a Joe, quien le dedicó una sonrisa débil.
- Joe, imb.ecil.- Mónica miró a Joe, tan fríamente,
que por primera vez él se sintió inferior.- es tu sobrina, ¿Cómo pudiste
meterte con una niña menor de edad?
- ¡ Joe no es mi tío!- exclamó Demi, cansada. Agotada. Ya no lo aguantaba más, el simple
echo de que le dijeran de que Joe era su tío le cabreaba.- Joe no es mi tío de
sangre, y jamás lo será. ¿Es que acaso no pueden aceptarlo de una puta vez?
- Oh, Dios. Esto es una locura.- dijo Mónica. Se
pasó una mano por la frente, nerviosa.- ¿Tu papá sabe sobre esto, Demi?
Ella negó con la cabeza, deseando que jamás lo
supiera también.
- Mónica.- habló Joe.- déjanos explicarte, por
favor. Tan sólo escúchanos.
Mónica permaneció en silencio varios segundos,
tanto fue el tiempo que Joe pensó que iba a estar jodido. Ella suspiró antes de
hablar.
- Tienen cinco minutos para explicarme.
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