Él se quedó mirando el teléfono sin comprender nada y sintió
como la sangre se le iba de la cara.
¿ Demi estaba embarazada? Recordó su noche
de bodas y se dio cuenta de que ninguno de ellos había pensado en tomar precauciones.
¡Su Demi iba a tener un bebé, y él había dejado que se fuera! ¡Qué idiota había
sido!
Llamó al aeropuerto. Houston es un buen lugar para empezar,
gracias a Tilly, que lo había salvado de horas de búsqueda.
Pero era una gran
ciudad, y ni siquiera sabía por dónde empezar. Se maldijo a sí mismo por cada
cosa dolorosa que nunca debía haberle dicho. Esperaba que no fuera demasiado
tarde para convencerla de que, ella sola, no podría con todo.
Pronto se dio cuenta de lo difícil que iba a ser encontrar a Demi
en Houston. Tenía un poco de dinero y no tardaría en agotársele si no conseguir
un trabajo.
Tenía que encontrarla rápidamente, así que fue directamente a uno
de los detectives más conocidos de Houston, y le dijo todo lo que sabía de Demi,
incluyendo una descripción.
—¿Tiene usted una foto de su esposa, Sr. Jonas? —le preguntó Dane
Lassiter a través de su mesa.
Era ex Ranger de Texas, que había levantado su agencia
desde cero, y ahora tenía una gran reputación a nivel nacional, por conseguir
los resultados más difíciles.
La pregunta sobresaltó a Joe que no lo había esperado. Parecía
incómodo.
—No —dijo.
El otro hombre no hizo ningún comentario, pero sus ojos no
dejaban de mirarlo con curiosidad.
No era extraño, ya que detrás de la mesa de
Lassiter había una foto de familia del detective junto con su atractiva esposa
y sus dos hijos pequeños.
—Estamos recién casados, se sintió obligado a explicar Joe —.
Fue un matrimonio rápido.
Dane no dijo una palabra. Estaba ocupado anotando cosas—. ¿Ella ha
huido, Sr. Jonas? —preguntó de repente posando sus ojos negro sobre él.
Joe dio un gran suspiro, enfadado.
—Sí, —dijo entre dientes—. Hice algo estúpido y merecería
perderla. Pero no creo que pueda soportarlo —se inclinó hacia adelante con los brazos
descansando sobre sus rodillas, en una postura de derrota—. Y está embarazada
—añadió entre dientes.
La difícil situación de Joe era muy familiar para Dane Lassiter,
ya que sabía todo acerca de la mujer embarazada que se había escapado.
—Vamos a encontrar a su esposa —le dijo Dane dijo al hombre, no
tan lejano ahora—. Nos ha dado algunas buenas pistas, que verificaremos. ¿Dónde
puedo localizarlo?
Joe le dio el nombre de un hotel de la localidad—. Voy a estar
aquí hasta que tenga noticias de ustedes —añadió, con la mirada de un hombre
que pensaba quedarse allí hasta el cambio de siglo si era necesario.
—Está bien. Lo conseguiré —Se levantó y se dieron la mano—. Las
mujeres necesitan mucha ternura. Se ponen tristes con facilidad y guardan
secretos —dijo sorprendentemente—. Pero, por si le sirve de ayuda, después de
un tiempo, se aprende a lidiar con ello.
Joe sonrió.
—Gracias.
Dane se encogió de hombros y sonrió de nuevo.
—Llevo casado bastante tiempo. No siempre es un camino de rosas.
Tiene que seguir trabajando en ello.
—Lo recordaré. Espero tener la oportunidad de vivirlo en primera
persona.
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