Cuando Joseph vio bajar a Demi de las escaleras dejo
rápidamente el teléfono de la cocina en su lugar y se acercó donde ella, quien
le sonrío hermosamente al verlo.
Joseph también sonrío, y extendió sus brazos. Demi
lo abrazo, escondiendo su cara en su cuello.
La valentía y la fuerza que tenía
su sobrina para actuar como si nada hubiese pasado siempre había logrado
impresionarlo.
- No te sientas triste, pequeña. Yo sé que tu padre te quiere.
Demi levanto la cabeza, lo suficiente como para
poder mirarlo a los ojos.
- ¿Nos estabas escuchando?
Joseph se encogió de hombros, indiferente.
Pues no
parece que me quisiera.- dijo ella, dolida.
- Te quiere.- le aseguró.- y muchísimo. Sé que a
veces él puede exagerar las cosas, pero solo lo hace porque quiere lo mejor
para ti.
Demi permaneció en silencio, tratando de analizar
sus palabras.
- Bueno, ¿Qué te parece si almorzamos y después nos
metemos un rato a la piscina?- dijo y mordisqueo levemente su cuello, juguetón.
Demi negó con la cabeza.
- No puedo, tengo que estudiar. Papá quiere que estudie
todos los días hasta que terminen las vacaciones.
No entiendo
por qué bajaste tanto tus calificaciones, Demi. Siempre has sido una alumna destacada por los demás.-
suspiro, mirándola con preocupación.- ¿Por qué?
Ella permaneció en silencio por tanto tiempo que Joseph pensó que no iba a contestar. Hasta que finalmente, tomo
aire y respondió.
- Porque quería llamar la atención de papá.- le
confesó.
Joseph pudo notar el dolor en su voz y la abrazo aún
más fuerte. La estriño fuerte, hasta el punto máximo en que a Demi le costaba trabajo poder respirar.
- Lo lamento Demi.- le dijo con el corazón encogido.- ¿Quieres que hable
con él? Puedo decirle que no te haga estudiar tanto o…
- No.- lo interrumpió antes de que siguiera
hablando.- no hace falta, tío.- hizo una pausa, y luego, añadió.- solo necesito
el amor de mi familia.
“Tío”, la palabra resonó en sus oídos. Cuanto le
hubiese gustado que lo llamara por su nombre… pero la verdad es que solamente
era un miembro más de su familia, para ser exactos un tío teniendo sexo con su
sobrina.
¿Bonito, no? Si tan solo la hubiese conocido en otra ocasión, todo sería
diferente. Aún recuerda ese día, donde su hermana se la presento un día antes
de su boda.
La vio a ella. Con sus tiernos 13 años… había puesto sus ojos
encima de una pequeña criatura, podía soñar demente pero ella lo había
conmovido.
- No te preocupes, Demi. Que yo tengo amor de sobra para ti.- le dijo Joseph.
Demi sonrío y lo beso en la mejilla. Joseph sintió sus mejillas enrojecer. Dios, ¿Pero que le estaba
pasando? No se había sonrojado desde su adolescencia… parecía un jovenzuelo
pidiéndole una cita a la chica que le gustaba.
- ¿Sabes? puedo estudiar en la noche.- murmuro Demi, coqueta.
- Me parece una estupenda idea.- dijo, esbozando
una traviesa sonrisa.
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