En medio de la madrugada, Demi escuchó la puerta de su
habitación crujir al abrir. Lo ignoró y se obligó a sí misma a cerrar los ojos
tratando de conciliar el sueño.
Sintió el colchón hundirse al borde de la cama,
y como Joseph empezó a repartir caricias con la yema de sus dedos por todo su
cuerpo, pasando por todas y cada una de sus curvas. Se inclinó para hablarle en
el oído.
- Sé que estas
despierta.- susurro.- date la vuelta, por favor.
Demi pudo sentir el sufrimiento en su voz.
Lentamente, se giró entre las sabanas y abrió los ojos. Joseph notó que sus ojos estaban hinchados, brillaban con
inocencia y supo entonces que ella había estado llorando por su culpa. El
corazón se le encogió.
- ¿Qué es lo que quieres?- fue ella quien se
atrevió a hablar primero.
- Perdóname, pequeña… no quise hacerte sentir mal.
Demi solo asintió, desinteresada. Joseph tomo su mano bajo la sabana y la apretó levemente.
- Fui un idiota, no pensé bien…
- Ya no importa.- suspiro, sintiéndose muy, muy
cansada.- ¿Llamaste a mi papá?- preguntó nerviosamente.
- No.- negó con la cabeza.- jamás haría algo así,
no podría hacerte eso. Solo lo dije para tratar de intimidarte.
- ¿De verdad no lo llamaste?- dijo, y su felicidad hizo
sentir a Joseph aún más culpable.
- Sí. No me gusta estar peleado contigo.- le dijo
con sinceridad.
- A mí tampoco.
- Entonces, ¿Me perdonas?
Ella sonrío, y unos hoyuelos atractivos aparecieron
en su preciosa cara. Él se sintió derretir.
- Claro que sí. Entonces, supongo que ahora me
dejaras ver a Mark. ¿Verdad?- preguntó tiernamente.
Joseph suspiro con pesadez. Y joder, cuanto le
costaba aceptar su amistad con Mark, pero si quería verla feliz, sabía que
debía permitírselo.
- Por favor….- pidió ella.
- Esta bien.- aceptó finalmente, y Demi dio un gritito de la emoción. Se tiró encima de él y
empezó a repartir una lluvia de besos por toda su cara.- pero prométeme que
cumplirás con las demás reglas, ¿Vale?
- Si, sí. Te lo prometo. Oh, tío, eres el mejor.-
dijo, inmensamente feliz.- te quieroooooooo.- alargo haciéndolo reír.
- Y yo a ti.- la cogió de la cintura y la levanto,
logrando que cambiaran de posiciones, ahora él quedando acostado y ella a
horcajadas encima de él.- mmh… la noche aun es joven.
Demi sonrío cómplice y se inclinó para besarlo, y
embriagarse con ese característico sabor que a ella tanto le obsesionaba. Joseph
deslizo una de sus manos por su muslo desnudo, y subió hasta su culo, cubierto
por un simple short de pijama. Le dio un leve apretón y Demi jadeó.
- Dios, eres fantástica.- dijo él mirándola a los
ojos, en medio de una nube de lujuria.
Demi meció las caderas. Joseph cerro los ojos, sintiendo como su pene palpitaba por la
excitación, deseoso de poder follarla duro. Demi volvió a moverse encima de él, ahora asía delante y
atrás, logrando que Joseph no lo pudiera
soportar por mucho tiempo más.
Demi ….- gimió.- ¿No podrías hacer eso otra vez pero sin la
ropa?
Ella solo río.
Joseph abrió los ojos, y notó lo excitada que estaba, pues no traía
sostén debajo de su camisa y sus pezones se remarcaban bajo la tela. Él se pasó
la lengua por los labios, y posó una de sus manos sobre su seno derecho.
Apretó.
- Tío….- gimió, mordiéndose su carnoso labio
inferior.
- Juro, que esta noche no la olvidaras jamás.-
dijo, entremedio de un gruñido, para luego capturar sus labios en un beso
salvaje.
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