viernes, 19 de abril de 2013

Quimica Perfecta Capitulo 48




Joe
   
- Vayámonos de aquí, mi amor, tú y yo. ¡Vamos!
    Dejo escapar un suspiro de alivio cuando me monto en Julio y Demi se sube de un salto detrás. Me rodea la cintura con los brazos y se sujeta con fuerza cuando salimos a toda velocidad del aparcamiento. Volamos por las calles, que con la velocidad acaban convirtiéndose en un borrón. Ni siquiera me detengo cuando empieza a llover.

    - ¿Podemos parar ya? -grita Demi bajo la ensordecedora tormenta.
    Aparco bajo un viejo puente abandonado junto al lago. La lluvia golpea el cemento que nos rodea, pero al menos allí podemos resguardamos.
    Demi baja de la moto de un salto.

    - Eres un idiota -me dice-. No puedes traficar con drogas. Es peligroso y estúpido, y además me lo prometiste. Podrías ir a la cárcel. A la cárcel, Joe. Puede que a ti no te importe, pero a mí sí. No permitiré que arruines tu vida.
    - ¿Qué quieres oír?

    - Nada. Todo. Di algo para que no me quede aquí sintiéndome como una imbécil.
    - La verdad es que... Demi, mírame.
    - No puedo -dice mientras observa caer la lluvia-. Estoy tan cansada de pensar en todo lo que puede suceder. -Tiro de ella para acercarla a mí-. No pienses, nena. Todo se arreglará.

    - Pero…
    - Nada de peros. Confía en mí.
    Mi boca se cierra sobre la suya. La fragancia de la lluvia y el olor a galletas me tranquiliza. La rodeo con los brazos. Ella me agarra por los hombros empapados y me reclama más. Deslizo las manos bajo su camiseta y recorro su ombligo con los dedos.
    - Ven conmigo -le digo antes de levantarla del suelo y sentarla a horcajadas sobre mi moto.

    No puedo dejar de besarla. Le susurro que no puedo vivir sin ella. Le recorro el cuello con mis labios y me detengo un instante allí hasta que ella se inclina hacia atrás y me deja quitarle la camiseta. Puedo hacerle olvidar todas sus inquietudes. Cuando estamos juntos, no puedo pensar en otra cosa que no sea ella.

    - Estoy perdiendo el control -dice Demi mordiéndome el labio inferior. Me encantan sus labios.

    - Nena, ya lo hemos perdido -le digo, y me froto contra ella para demostrarle hasta qué punto lo hemos perdido. Ella contonea las caderas lenta, seductoramente, en una invitación que no merezco. Le rozo los labios con la yema de los dedos. Ella me los besa antes de hacerlos descender hasta su barbilla, su cuello, sus pechos. Demi me coge de la mano.

    - No quiero parar, Joe. -Le cubro el cuerpo con el mío.
    Podría hacerlo. Sé que me lo está pidiendo. Pero entonces aparece la conciencia. La estúpida apuesta que hice con Lucky. Y lo que me dijo mi madre sobre lo fácil que es dejar preñada a una chica.

    Cuando hice la apuesta, no sentía nada en absoluto por esta blanquita tan complicada. Pero ahora... mierda, no quiero pensar en mis sentimientos. Los odio, solo sirven para complicarte la vida. Quiero hacer el amor con Demi, pero no encima de una moto, como si fuera una cualquiera. Alejo mis manos de su cuerpo perfecto. Es lo único sensato que he hecho esta noche,

    - No podemos hacerlo así. Aquí no -le digo con voz ronca por la sobrecarga de emoción. Demi iba a entregarme su cuerpo pese a saber quién soy y lo que estoy a punto de hacer. La realidad es difícil de digerir.

    Espero que ella se sienta avergonzada, puede que incluso enfadada. Pero, en lugar de eso, se acurruca en mi pecho y me abraza. «No me hagas esto», quiero decir, pero acabo por rodearla con mis brazos, arropándola.

    - Te quiero -le oigo susurrar tan levemente que por un momento creo que son mis propios sentimientos los que me hablan.

    Me siento tentado a decir: «No lo hagas. ¡No! ¡No!» Siento una punzada en el estómago mientras la abrazo con más fuerza. Vaya, si las cosas fueran distintas, nunca la dejaría marchar. Escondo el rostro entre su cabello y fantaseo acerca de llevarla lejos de Fairfield.

    Nos quedamos así durante mucho rato, mucho después de que deje de llover. Cuando por fin salgo del ensueño, la ayudo a bajar de la moto para que pueda ponerse la camiseta.

    Demi me mira con unos ojos llenos de esperanza.
    - ¿Vas a hacer ese trapicheo?

    Me bajo de Julio y camino hasta el final del túnel. Me mojo la mano con el agua que aún resbala por la pared y dejo que el frío se me cuele entre los dedos.
    - Tengo que hacerlo -le contesto sin darme la vuelta. Ella se acerca.

    - ¿Por qué? ¿Por qué tienes que hacer algo que puede llevarte a la cárcel?
    Acaricio su mejilla suave y pálida con la palma de la mano y la miro con una sonrisa triste.

    - ¿No sabías que los pandilleros trafican con drogas? Es parte del trabajo.
    - Pues déjalo. Seguro que hay un modo de... - Todos lo que quieren dejarlo, deben enfrentarse a un reto. Torturas, una paliza. Si sobrevives, te dejan salir. Déjame decirte algo, preciosa, solo conozco a una persona que ha salido con vida de un reto. Aunque le zurraron a conciencia, y creo que el tipo preferiría estar muerto. Nunca lo entenderás. Mi familia lo necesita. - ¿Por dinero? Aparto la mano de su cara.

    - No, no es por dinero -Echo la cabeza hacia atrás con una mueca de desesperación-. ¿Podemos cambiar de tema, por favor?

    - No quiero que hagas nada ilegal. - Nena, lo que tú necesitas es un santo. O un funcionario. Y yo no soy ninguna de las dos cosas. - ¿Te importo Joe? - Sí.
    - Entonces, demuéstramelo.

    Me quito la bandana de la cabeza y me peino el cabello con los dedos.
    - ¿Sabes lo difícil que ha sido todo para mí? Mi madre espera que proteja a la familia desde los Latino Blood, pero al mismo tiempo lo rechaza. Héctor quiere que demuestre mi lealtad a la banda y tú, la única persona con la que siento que puedo llevar una vida normal algún día, quieres que te demuestre mi amor haciendo algo que podría poner en peligro a mi familia. Tengo que hacerlo, ¿vale? Y nadie, ni siquiera tú, va a hacerme cambiar de idea. Olvídalo.
    - ¿Y vas a sacrificar lo nuestro?

    - Maldita sea, no me hagas esto. No tenemos que sacrificar nada.
    - Si empiezas a traficar con drogas, se acabó. Yo he sacrificado todo lo que tenía por ti... por nosotros. Mis amigos. Mis padres. Todo. ¿No puedes hacer lo mismo?
    Le doy mi chaqueta cuando los dientes le empiezan a castañetear.
    - Toma. Ponte esto.

    Se acabó. Esta es mi vida. Si no puede asumirlo, tendrá que volver con Colin Adams. O con quien encaje en su molde de príncipe azul.
    Me pide que la lleve a casa de Sierra.

    - Creo que deberíamos trabajar por separado en el proyecto de química -sugiere antes de devolverme la chaqueta, frente a la enorme casa junto a la playa-. ¿Quieres hacer los calentadores o prefieres redactar el proyecto?
    - Como quieras.

    - Bueno, a mí se me da muy bien escribir...
    - Vale. Yo haré lo otro.

    - Joe, no tiene por qué ser así.
    Tiene los ojos húmedos. Tengo que salir rapido de allí antes de que aparezcan las lágrimas. No podría soportarlo.
    - Sí, tiene que ser así -le digo antes de alejarme de allí en la moto.

1 comentario:

  1. casi lloro con la ultima parte del capi...estuvo muy triste....joe va a sacrificar su relación con Demi por proteger a su familia...ojalá q haya una manera de arreglar todo ese problema....

    siguela please.....y tambien la otra nove....bye y cuidate.... :D

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