lunes, 3 de junio de 2013

Mi Adorable Rebelde Capitulo 3




¿Y eso que tiene que ver con…?

Bueno, supongo que tu padre quería ayudarte. Profesionalmente, quiero decir. Para encaminarte. Y debo decir que te estás desempeñando muy bien. Como si hubieras nacido para ser asistente de director o algo el estilo.
Sentí que las mejillas me ardían.

No recuerdo… no recuerdo haber pedido tu opinión tartamudeé.
Los ojos de Joseph se agrandaron sorprendidos.
Caramba, ¿por qué te pones tan nerviosa? No puedes culparme por encontrar extraño que no estés en clase.

Me limité a acompañar a Brad al consultorio dije en tono cortante . Eso no me convierte en un comité de recepción unipersonal.
¿Brad es ese tipo que parce como si alguien le hubiera dado en la cabeza con una sartén?

Ajá asentí, aliviada por hablar de algo que no estuviera relacionado con mi capacidad como embajadora de estudiantes.
Empezamos a subir las escaleras del ala sur.
¿Es tu novio?

No pude evitar la risa.
¿Brad Hopkins? Claro que no. Él es… Furiosa, deje de hablar. La idea de salir con Brad Hopkins era de lo más extravagante, pero no había ninguna necesidad de que es tipo lo supiera.

Me imagino que debe ser difícil conseguir citas cuando una es la hija del director Comento Joseph, pensativo.
¿Por qué lo dices?

Oh, supongo que… Joseph pareció reflexionar. Bueno, la hija del director de mi otra escuela también tenía mi edad y era… bueno insignificante y… en fin, es una historia realmente espantosa, pero fue al baile de graduación con su tío. Pensó que no se darían cuenta pero no engañó a nadie.

Mi presión arterial debió haber subido a veinte en dos segundos. Llegamos al final de la escalera. Apreté los puños con tanta fuerza que me lastime las palmas de las manos.

Eres grosero y detestable…
Él pareció sorprenderse.
Caramba, yo no digo…

¡Me comparas con una chica insignificante que tiene que usar a sus parientes como acompañantes! grité. No podía creerlo. Diez minutos antes tenía esperanzas de que durante este años escolar pudiera brillar un poco, y viene este tipo y me dice lo más campante que es inútil… que no soy más que la insignificante hija del director.

No te estaba comparando Protestó Joseph . Me limitaba a decir que debe resultar duro ser la hija del director. Si contra los otros… digamos, cinco millones de problemas.
Me quedé helada.

No tengo cinco millones de problemas.
No me refería a ti. Me refería a…
Mi único problema dije en voz bien alta y clara es que ya desperdicié demasiado tiempo en permitir que me insultes.
Le arrojé a los brazos los libros que llevaba. Él se tambaleo un poco y dejó caer dos de ellos. No espere a que los recogiera. Furiosa, tiré sus formularios al aire y bajé a los tumbos la escalera, en medio de una llovizna de papales blancos.

Más tarde, en ese mismo día sentada en el antepecho de la ventana abierta de la cocina, me puse a mirar hacia la calle en espera de que mi familia estuviera lista para salir a cenar, cosa que hacíamos todos los viernes por la noche. Empezaba a sentirme un poco demasiado grande para esas cenas. 

Me refiera a que, cuando yo misma veía a alguien de mi edad, chica o chico, cenando con sus padres en una noche de fin de semana, siempre especulaba con una cantidad astronómica de razones por las cuales esa persona no tenía ningún tipo de vida social.

Por otra parte toda la gente que conozco se siente un poco incómoda con su familia, y creo que yo me siento más incómoda que nadie. No me malinterpreten.

 Quiero a mi familia y todo lo demás, pero debo decir que son un poco extraños. Les daré un poco de información básica, empezando por mí, Demi Merrill, si bien soy la menos extraña del grupo: dieciséis años, ojos pardos, pelo castaño claro, cutis pálido, cuerpo normal. La gente siempre discute acerca de cual es mi mejor rasgo, lo cual debería darles una idea de mi aspecto, dado que la gente realmente atractiva siempre es justamente eso: atractiva, sin nada de esas tonterías sobre los mejores rasgos. 

Como mi mejor amiga Katie, por ejemplo. Ella es menudita y rubia, con un corte de pelo tipo duende, y todos dicen que es encantadora o adorable y punto.

Katie dice que daría cualquier cosa por tener mi pelo, pero ahí está la cuestión: ella es mi mejor amiga, tiene que decir cosas así. Por si les interesa, mi pelo no tiene nada de espectacular, salvo que no me lo corto hace una década.

 De todos modos, mamá dice que mi mejor rasgo es mi cutis de porcelana, lo que en realidad significa que tengo una piel blanca como pocas (Una vez, en la playa, un chico acostado en una lona cerca de la mía me dio las gracias, porque era probable dijo que mi piel estuviera reflejando el sol para que él tuviera un mejor bronceado. Pero esa es otra historia) 

A veces mamá cambia de idea y dice que mi mejor rasgo son mis ojos, porque son muy grandes. Claro, tendrían que ver las fotos de la familia, donde siempre parezco un ciervo asombrado o un asesino de masas. 

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