sábado, 22 de junio de 2013

Mi Adorable Rebelde capitulo 16



En silencio, trabajamos con el gusano durante unos minutos. La cosa o era tan terrible. Probablemente lo habían conservado en formaldehido durante veinte años y estaba tan flexible y contrahecho que ni siquiera parecía una animal de verdad… o un invertebrado de verdad, para el caso.

Trabajar con Joseph tampoco resultó tan malo como pensaba. Era muy concienzudo, tomaba notas, e incluso rotulaba mis dibujos a medida que le dictaba los nombres. Por cierto, mi situación era mejor que la de Rose, que se encontraba junto a nosotros criticando a Bobby Weller. Bobby parecía hipnotizado por el movimiento del agitador, que disolvía Sulaco de cobre para la clase de química de la quinta hora con la boca un poco abierta.

Bueno, bueno, bueno exclamó Joseph ligeramente sorprendido Acabas de aplastarle el cerebro. Tenía entendido que no quería saber nada con cerebros.
¿Eso es el cerebro? Llena de dudas miré de soslayo la punta de las pinzas ¿cómo lo sabes? Es tan chiquito.

Bueno, no creo que los gusanos tengan muchos pensamientos repuso Joseph Pero claro, tampoco los tendrías tú si lo único que hicieras fuese arrastrarte por el suelo todo el día.

Examinamos juntos el cerebro destruido del gusano, pegado a mis pinzas. De repente, me di cuenta de que nunca había estado tan cerca de Joseph. Provocaba una sensación extraña, como cuando una ve a una celebridad en persona. Éramos de la misma estatura, y pude notar que sus espesas pestañas marrones eran doradas en las puntas. Su cutis estaba realmente libre de granos una gran hazaña en el colegio secundario y era casi oliváceo. 

Por primera vez vi que tenía pómulos salientes. Sabía que cualquier chica se habría derretido por esos pómulos: me pregunté si tendría hermanas y si tendrían pómulos parecidos. Pero no podía pensar en ningún familia de Joseph. Parecía, tan único, tan él mismo que no lograba imaginar a nadie con sus rasgos.

Noté que los penetrantes ojos de Joseph me examinaban con una expresión vigilante que no pude reconocer bien.

Escuche, Sonrisita dijo en voz baja, sin dejar de mirarme.
¿sí? respondió el profesor de inmediato. Ni me había dado cuenta de que estaba al lado de nosotros.

Demi quiere decirle algo dijo Joseph. Todavía estaba cerca de mí y me miraba con fijeza.
¿Qué pasa? preguntó Sonrisita.
Quiere decirle… Joseph desvió los ojos y se alejó de mí para ocuparse del equipo de laboratorio Quiere decirle que está muy contenta de que nos haya puesto como compañeros de laboratorio.

Yo quedé boquiabierta. ¡Cómo se atrevía a avergonzarme así!
Me encanta oír eso dijo Sonrisita radiante, y me hizo un rápido gesto con sus cejas espesas.

Al día siguiente, a la hora de almorzar, estaba repasando para la prueba d español cuando escuché que una voz conocida preguntaba con burlona cortesía: ¿Este asiento está ocupado?-

Supe que era Joseph aun antes de levantar la vista. Lo había visto más temprano en la mesa de Alex Chase y Marty Richards la cual, da la casualidad, es la más popular de la cafetería. Él solo pensarlo me provocó un familiar aleteo de celos: Joseph tenía una multitud de amigos.
Si dije.
De todos modos se sentó frente a mí en el lugar que Katie había dejado libre cinco minutos antes y miró su bandeja.

Supongo que debería decir: ¿Este almuerzo es de alguien?. Caramba una hamburguesa. Ya comí salsa de ají.
Tomó la hamburguesa y le dio un mordisco.
Yo me estremecí.

No seas grosero. No sabes de quien es la comida ni porqué la dejaron.
Es verdad siguió masticando Aunque está riquísima me miró ¿Crees que los camareros coman las sobras de tu plato cuando le llevan de vuelta a la cocina?
Nunca pensé en eso dije con frialdad, repentinamente segura de que no iba a pensar en otra cosa cada vez que comiese afuera.

Y además continuó Joseph entre bocado y bocado de la hamburguesa de Katie ¿Qué me dices si de veras le gusta lo que estás comiendo y esperan unas migajas, y tú sales pidiéndoles que te devuelvan los restos para llevárselos al perro?
Sacudí la cabeza por toda respuesta mientras observaba como Joseph hacía desaparecer el almuerzo de Katie.

¿Cómo puedes comer eso? _ pregunté_ yo odio las hamburguesas del colegio.
Claro, pero tendrías que haber ido al colegio que iba antes dijo Joseph ¿Quieres oír la historia del chico nuevo que comió pizza y se descompuso, y nadie podía imaginar la causa porque muchas personas habían comido la misma pizza y nadie se descompuso?

¿Tenía gripe? traté de adivinar. 

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