domingo, 22 de septiembre de 2013

Un Tío Malo Capitulo 24

- ¿En efectivo o con tarjeta?- le preguntó la chica, al mismo tiempo que mordía su carnoso labio inferior.
- Con tarjeta.- contestó
Joe.
La vendedora cogió y dobló la falta junto con las camisetas que
Demi a duras penas se las entregó. Demi fulminó a la mujer con la mirada por enésima vez cuando se giró y se agachó, buscando unas bolsas, o tal vez… para colocarle todo su culo en la cara a Joe. Demi lo codeó al ver que no le quitaba los ojos de encima. Él por su lado carcajeó.
- Gracias por su compra.- dijo la vendedora, inclinándose en el mostrador, haciendo que la abertura del cuello de su camisa se abriera dejando a la vista unos grandes y vultuosos pechos blancos.
Joe bajó la mirada, pero al instante la quitó.
- Gracias a ti, guapa.- dijo, esforzándose por mirarla a los ojos.- volveré mas seguido a esta tienda.- sonrío y cogió las bolsas.
- ¡Me llamo Cindy, por si acaso!- gritó para que la escuchara, en cuanto
Joe y Demi se alejaron.
Joe solo río por lo bajo. Demi rechinó los dientes, roja de rabia y golpeó a Joe en el hombro. Aunque leve, logró captar la atención de Joe.
- ¿Qué?
- Con que soy la única muñequita de tus ojos, ¿Eh?- dijo irónica.
- Vamos, no te enojes pequeña…
- Eres un cerdo que le mira las tetas a la primera mujer que se te cruza por delante. Estúpido, tonto.- masculló.
- Mmh… te vez jodidamente sexy cuando me insultas.
Ella se sonrojó. Era imposible tener una conversación seria con él sin que digiera algo que la hiciera sonrojar.
- Tú siempre mezclando las cosas, eres tan… tan…
- ¿Tan qué?- pregunto
Joe alzando una ceja, divertido.
- ¡Tan terco! Un idiota que piensa con la cabeza… ¡Pero la del pene!
Joe entrecerró los ojos.
- Eso no era lo que me decías el otro día mientras me montabas…
Demi sintió sus mejillas arder, por enésima vez.
- Es toda tu culpa.
- ¿Mi culpa? Ni que yo fuera el único calentón por aquí.
- Tú me pones así.
- Me alegra oír eso.- dijo, sonriendo pícaramente.- me encantas, pequeña.
- ¿Aun así con mis celos y todo eso?- preguntó con una inocencia que él no le creyó por ningún segundo.
- Absolutamente toda. Me fascinas.- dijo y tomo su rostro con las manos, para luego acercarla hacia él y devorarla en un beso hambriento.
Demi suspiró enamorada cuando se separaron. El hecho de que Joe la besara en público le encantaba. La hacia sentir mas segura, fascinada por qué no tenían que ocultar su relación fuera de la casa de su padre.
Después de haber recorrido unas cuantas tiendas más del centro comercial, compraron útiles escolares y zapatos para
Demi. Decidieron tomarse un descanso, al sentarse en una de las bancas mientras tomaban de sus bebidas antes de volver a casa.
- ¿Sabes,
Demi?- habló Joe, con la mirada fija en su bebida.- he estado pensando en algo…
- ¿En qué?- dijo y bebió de su coca-cola.
- Creo y es tiempo de dar el segundo paso. Quiero que nuestra relación sea más formal.- dijo, tratando de que ella entendiera la indirecta. Pero
Demi no la captó.
- ¿A qué te refieres?- preguntó, frunciendo el ceño.
- Me refiero a decirles a Erik y a Mónica sobre nuestra relación.
Demi casi escupió la bebida en su cara. ¿Había escuchado bien?
- ¿Hablas en serio?
- Si.- suspiró.- yo… ya estoy cansado de las mentiras. Quiero que lo sepan… que sepan que a la mujer a quien amo eres tú.
- Yo… no lo sé….- agachó la mirada.
- Amor.- le levantó el mentón con un dedo.- mírame, sabes que tarde o temprano lo sabrán.
- Lo sé, pero es que….- suspiró.- ¿Y si se lo toman mal?
- Tendrán que tomárselo bien, les guste o no. No te preocupes, ¿Por qué tanto miedo? No soy tu tío de sangre, ¿O si?
Ella solo negó con la cabeza.
- Vamos, no estés nerviosa, corazón.
- Está bien.- dijo insegura. Sabía que la decisión sobre decirle a su padre y madrastra sobre su relación, seria un gran paso. Estaba conciente de ello, pero al igual que él, ya estaba harta de las mentiras. Ya no quería ocultar el amor que sentía por
Joe, y menos con su propia familia.- quiero hacerlo.
- Vale.- sonrío.- le diremos primero a Mónica y después a Erik, ya que ella es más tranquila en comparación a él.
- Perfecto. ¿Cuándo se lo diremos?
- Pronto.

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