Que lo arrastraba de una tienda a otra. Se detuvo
al frente de una tienda colegial, en donde entraron y se dirigieron a la
sección de ropa escolar femenina.
- ¿La puedo ayudar en algo, señorita?- le preguntó amablemente una vendedora, aunque en vez de estar mirándola a ella, se comía a Joe con la mirada. Demi le dedico una mirada glacial.
- No gracias.- dijo irritada, tratando de que se fuera pero ella no entendió.
- Bueno, cualquier cosa no duden en llamarme.- y dedicándole una última mirada ardiente a Joe, se giró y caminó con un movimiento exagerado de caderas. Pareciera como si no tuviera otra cosa que hacer.
Demi se aclaró la garganta, y solo entonces Joe le quitó los ojos de encima a la vendedora para verla a ella con la boca abierta.
- Cierra la boca, que se te cae la baba.- gruñó, cogió unas cuantas faldas y camisetas de su talla y caminó hacia el probador. Joe la siguió por detrás.
- Vamos, no te enojes pequeña. Sabes que la muñequita de mis ojos eres tu.- dijo y trató de tocarle el hombro, pero antes de que pudiera hacerlo Demi se volteó y lo espetó con la mirada.
- Eres un cabrón, yo no le miro el culo a los hombres cuando pasan al lado mío.
- ¿Ah, no?- dijo alzando una ceja y cruzándose de brazos.- bien sabes que eso es mentira. Te quedas pegada mirándolos.
Demi se sonrojó.
- Es diferente.
- No lo es.- la tomo de los hombros y la giró quedando de espaldas a él. Apoyó su barbilla en su hombro y susurro muy cerca de su oído.- ahora ve, pruébate el uniforme y enséñame como te quedo.- y dándole una fuerte cachetada en el culo, la adelantó a entrar al probador.
Demi cerró las cortinas y Joe se sentó en uno de los sillones que estaban ahí a esperarla. Miró a su alrededor, habían unos cuantos sillones mas esparcidos y mujeres sentadas esperando a sus hijas, tal vez. Se podría decir que era el único hombre ahí, y las miradas y comentarios que hacían las mujeres entre sí respecto a él era algo imposible de evitar escuchar.
Pero los pensamientos de Joe estaban solo puestos en Demi. Centró sus ojos en la cortina, y vio a Demi sacarse las zapatillas por debajo. Sonrío cuando vio sus lindos calcetines rosados adornados de pequeñas flores. Pero toda su mente se torno en blanco cuando sus shorts cayeron al piso, seguido de su camiseta. Joe se tensó, y tejió en su mente una bonita imagen de ella en ropa interior. Y joder, tuvo que hacer un gran esfuerzo por no entrar y follarla ahí mismo. Era demasiada la tentación por la cual estaba pasando.
De repente, Demi giró sobre sus talones y Joe desvió su mirada hacia el techo. Las cortinas se abrieron y Demi apareció vestida con su bonito uniforme colegial.
- Joe.- lo llamó ella.
- ¿Ah?- dijo y solo entonces la miró.
- ¿Qué crees tu? ¿Cómo me queda?- preguntó y salió del probador para que él la pudiera ver por completo.
Lucía estupenda con aquella falda, ceñida a las caderas, estrecha, dejando ver sus largas piernas. Y con la camiseta puesta, algo transparente, que dejaba ver su sostén y algo más a la imaginación, mmh… perfecta.
- Gírate.- le ordenó.
Y lo hizo. Joe fijó sus ojos en su trasero, al mismo tiempo que se relamía los labios.
- Te queda perfecto. Venga, quítatelo y lo vamos a comprar.
Demi sonrío y se giró para adentrarse nuevamente al probador. Se desvistió y se coloco su ropa, para luego salir con la falda y la camiseta en las manos. Caminó junto a Joe al cajero, y al hacerlo, se encontró con la misma vendedora hace minutos atrás. Demi la fulminó con la mirada.
- ¿La puedo ayudar en algo, señorita?- le preguntó amablemente una vendedora, aunque en vez de estar mirándola a ella, se comía a Joe con la mirada. Demi le dedico una mirada glacial.
- No gracias.- dijo irritada, tratando de que se fuera pero ella no entendió.
- Bueno, cualquier cosa no duden en llamarme.- y dedicándole una última mirada ardiente a Joe, se giró y caminó con un movimiento exagerado de caderas. Pareciera como si no tuviera otra cosa que hacer.
Demi se aclaró la garganta, y solo entonces Joe le quitó los ojos de encima a la vendedora para verla a ella con la boca abierta.
- Cierra la boca, que se te cae la baba.- gruñó, cogió unas cuantas faldas y camisetas de su talla y caminó hacia el probador. Joe la siguió por detrás.
- Vamos, no te enojes pequeña. Sabes que la muñequita de mis ojos eres tu.- dijo y trató de tocarle el hombro, pero antes de que pudiera hacerlo Demi se volteó y lo espetó con la mirada.
- Eres un cabrón, yo no le miro el culo a los hombres cuando pasan al lado mío.
- ¿Ah, no?- dijo alzando una ceja y cruzándose de brazos.- bien sabes que eso es mentira. Te quedas pegada mirándolos.
Demi se sonrojó.
- Es diferente.
- No lo es.- la tomo de los hombros y la giró quedando de espaldas a él. Apoyó su barbilla en su hombro y susurro muy cerca de su oído.- ahora ve, pruébate el uniforme y enséñame como te quedo.- y dándole una fuerte cachetada en el culo, la adelantó a entrar al probador.
Demi cerró las cortinas y Joe se sentó en uno de los sillones que estaban ahí a esperarla. Miró a su alrededor, habían unos cuantos sillones mas esparcidos y mujeres sentadas esperando a sus hijas, tal vez. Se podría decir que era el único hombre ahí, y las miradas y comentarios que hacían las mujeres entre sí respecto a él era algo imposible de evitar escuchar.
Pero los pensamientos de Joe estaban solo puestos en Demi. Centró sus ojos en la cortina, y vio a Demi sacarse las zapatillas por debajo. Sonrío cuando vio sus lindos calcetines rosados adornados de pequeñas flores. Pero toda su mente se torno en blanco cuando sus shorts cayeron al piso, seguido de su camiseta. Joe se tensó, y tejió en su mente una bonita imagen de ella en ropa interior. Y joder, tuvo que hacer un gran esfuerzo por no entrar y follarla ahí mismo. Era demasiada la tentación por la cual estaba pasando.
De repente, Demi giró sobre sus talones y Joe desvió su mirada hacia el techo. Las cortinas se abrieron y Demi apareció vestida con su bonito uniforme colegial.
- Joe.- lo llamó ella.
- ¿Ah?- dijo y solo entonces la miró.
- ¿Qué crees tu? ¿Cómo me queda?- preguntó y salió del probador para que él la pudiera ver por completo.
Lucía estupenda con aquella falda, ceñida a las caderas, estrecha, dejando ver sus largas piernas. Y con la camiseta puesta, algo transparente, que dejaba ver su sostén y algo más a la imaginación, mmh… perfecta.
- Gírate.- le ordenó.
Y lo hizo. Joe fijó sus ojos en su trasero, al mismo tiempo que se relamía los labios.
- Te queda perfecto. Venga, quítatelo y lo vamos a comprar.
Demi sonrío y se giró para adentrarse nuevamente al probador. Se desvistió y se coloco su ropa, para luego salir con la falda y la camiseta en las manos. Caminó junto a Joe al cajero, y al hacerlo, se encontró con la misma vendedora hace minutos atrás. Demi la fulminó con la mirada.
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