Joe puso los ojos en blanco una vez
más. Demi se lo había
pasado tirándolo del brazo de una tienda a otra todo el día, tanto era que él
juraría que tenía el brazo marcado por sus uñas. Joe sonrió
cuando entraron a una de sus tiendas favoritas, y al parecer todo el
aburrimiento se le pasó. Lencería femenina.
- Mira, Joe.- Demi tomó un sostén de
lencería erótica y las coloco sobre sus pechos.- ¿Cómo me queda?- dijo,
simpática.
- Se te ven estupendos, cariño.- dijo un chico que pasaba por ahí, al mismo
tiempo que le sonreía traviesamente.
- Gracias.- dijo ella y se quitó rápidamente el sostén para dejarlo en su
lugar.
Joe observó al chico desaparecer por
la sección de ropa interior masculina. Endureció la mandíbula y de repente
sintió la necesidad de querer ir donde él y torcerle el cuello.
Aun así, se
contuvo. Miró a Demi quien estaba
entretenida viendo ropa. Era tan inocente, y se preguntó que si es que era
consiente de todas las miradas masculinas que estaban sobre ella. Demi se agachó para recoger
una prenda que se le había caído cuando Joe encontró a un chico
mirándole el culo.
- A la próxima que te vea mirándole el culo, te rompo la cara -masculló Joe y cogió a Demi del brazo, obligándola
a que soltara la ropa que tenía en las manos y sacándola de la tienda antes de
que perdiera toda su paciencia.
- Joe, no me agarres tan fuerte que me
duele.- se quejó ella.
- Ya, lo siento.- la soltó.- pero es que no me gusta que te miren tanto.
Cualquier hombre mataría por tenerte en su cama.
- No te preocupes, sabes que el único hombre que me podrá tener en su cama eres
tú.- dijo y se paró de puntitas para besarlo suavemente en los labios.
La mirada de Joe se volvió tierna en
cuanto ella lo besó. ¿Es que Demi no se daba cuenta de lo que producía en los hombres?
- Eres una bruja.- gruñó él sobre sus labios.
- No soy ninguna bruja.- dijo ella, inocente. Preciosa. Al mismo tiempo que
curvaba su labio inferior asía fuera.
- Si, lo eres. Una bruja que me tiene hechizado.- dijo y capturó sus labios con
los suyos.
Demi suspiró
entremedio del beso, enamorada. Se sentía hermoso poder besarlo en público y
que nadie los mirara mal. Añoraba con que el día en que le dijera a su papá
sobre su relación él se lo tomara bien. Aunque claro, sabía que sería algo
imposible. Pero debía de hacer el intento. Lo amaba y no dejaría que nadie lo
alejara de él. Joe rompió el beso y le
regaló una sonrisa a Demi, una de esas
sonrisas que lograban derretirle el corazón.
- Ya se está haciendo tarde y le prometí a Mónica llevarte a casa temprano.-
tomó su mano y entrelazó sus dedos.- vámonos antes de que oscurezca.
Demi sonrió y
juntos caminaron hacia la salida del centro comercial.
Joe acarició la cintura de Demi bajo las sabanas una
vez más. Demi sonrió y
repartió besos pequeños, tiernos desde su hombro hasta subir a su boca. Joe entreabrió
los labios y dejó que ella lo besara.
- Mmh….- suspiró Joe. - que traviesa.
- Tú me pones así.
Joe la acercó más a él. Demi se acurrucó a su lado
y escondió su cara en su cuello. Joe acarició su cabello,
apartándolo de su rostro. Aquel cabello, en el que había enterrado su rostro
mientras le hacia el amor minutos antes.
- Sabes lo que pasará hoy, ¿Verdad?- preguntó suavemente él.
Joe sintió a Demi tensarse bajo sus
brazos.
- Si, si.- dijo Demi, casi en un
susurro.
- No te noto muy segura.- le sonrió Joe.
- Es solo que estoy nerviosa.- admitió. Con el dedo índice Demi empezó a trazar cada
uno de los abdominales de Joe. Él se coloco duro al
instante, torturándolo.
- No lo estés… ya… ya vas a saber que todo…..- tragó saliva. ¿Es que acaso Demi no sabía lo que
provocaba en él con sus caricias?- saldrá bien.
- ¿Y si Mónica no está de acuerdo con nuestra relación?- preguntó y sus
caricias cesaron. Joe suspiró agradecido. Un
segundo mas y la tendría follando sobre la cama.- no quiero que me separen de
ti.
Joe la tomo de las mejillas y le
levantó el rostro. Demi se relajó al
instante en que la besó.
De pronto se olvido de todo. De su madre, de Mónica, y
de la puta idea de que Joe era su tío. Jamás lo
fue para ella. Siempre lo había mirado con otros ojos, y ahora que lo tenía no
dejaría que nadie lo alejara de él. Aun así, si significara perder todo el amor
que tenía su padre hacia ella. Si es que lo tenía.
- Escúchame bien.- dijo Joe sobre sus labios.-
nadie, absolutamente nadie nos va a separar.
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo.- sonrió y Demi rozo su nariz con la suya.- te amo.
- Y yo a ti.- sonrió y se fijo en el reloj de la mesita de noche. Doce y media
de la mañana.- tenemos que levantarnos antes de que papá y Mónica lleguen del
supermercado.
Joe bufó. Demi rió.
- Está bien.
Joe se bañó primero. Cuando Demi salió del baño y bajó
las escaleras, se encontró con el almuerzo servido. Se sentó al lado de Joe y cuando
terminó de comer, se levantó y fue hacia su habitación para terminar su trabajo
de Biología.
Eran pasadas las cinco de la tarde cuando Joe entró a su habitación,
y se sentó a su lado. Empezó a besarle el cuello, haciendo que se le hiciese
imposible concentrarse en terminar el trabajo.
- Ya, Joe.- río Demi.- no me puedo
concentrar y necesito sacarme una buena nota para impresionar a papá.
- Te esfuerzas mucho por ganar su atención, ¿Eh?- apartó el pelo de su cuello y
se lo besó.- él ya te quiere.
Demi negó con la
cabeza.
- No me lo demuestra. Ni siquiera le importo.- suspiró y terminó de pegar los
recortes en su cuaderno.- bueno, ya terminé.- dijo satisfecha y miró a Joe a los ojos.-
bueno, ¿A que se debe tu visita a mi cuarto?
- No te hagas la tonta… ya sabes a lo que vine.
- ¿A que?- dijo haciéndose la desentendida.
- Ya sabes, Mónica está abajo… y tenemos que hablar con ella.- dijo, ahora
mirándola serio. En verdad Joe quería terminar con
todo ese secreto.
Demi cerró y
abrió los ojos lentamente, cómo si el simple hecho de hablar con Mónica le
doliese.
- Si, tienes razón.- suspiró y Joe la besó en la
mejilla.- bajemos.
Bajaron las escaleras tomados de la mano. Al cruzar por la sala principal, se
encontraron con Mónica sentada en el sillón y leyendo un libro. Demi de repente quiso huir,
retrocedió unos cuantos pasos pero Joe le apretó la mano con
mas fuerza. Joe se aclaró la garganta
para llamar la atención de Mónica.
Ella levantó la cabeza para verlos. Una sonrisa
se asomó por sus labios. ¿Pasa algo?- preguntó, y bajó su mirada hasta sus
manos unidas. Frunció el ceño y su sonrisa se borró.- ¿Por qué están tomados de
la mano?