Las lágrimas de Miley se aclararon, y en el momento en
que sonó el timbre, se reía vertiginosamente mientras Angela,
una amiga nuestra, nos hablaba de su nuevo novio.
Me enteré de que había sacado una A en mi última Prueba
de vocabulario2. Además, entendiendo totalmente cómo conjugar los verbos
regulares en presente subjuntivo.
2 En español.
3 Oak Hill Community
College.
Así que estaba malditamente de bastante buen humor
cuando Miley, Angela, y yo salimos del aula.
—Y tiene un trabajo en el campus—, divagaba Angela
cuando fuimos de camino por el pasillo lleno de gente.
— ¿A qué escuela va? — Le pregunté.
—A la comunidad universitaria de Oak Hill—. Ella
sonaba un poco avergonzada, y se apresuró a añadir: —Pero es sólo para
conseguir su título de asociado antes de ir a una universidad. Y OHCC3 no es
una mala escuela ni nada—.
—Ahí es donde iré yo—, dijo Miley. —No
quiero ir demasiado lejos de casa—. Miley y yo éramos como polos opuestos, era una especie de
gracia a veces. Siempre se puede predecir lo que una de nosotras va a querer
hacer justamente escogiendo lo inverso de la otra. Personalmente, yo quería
salir del infierno de Hamilton, tan pronto como fuera posible. La graduación no
podría llegar suficientemente pronto, y entonces yo estaría en Nueva York para
la universidad.
Pero la idea de estar tan lejos de Miley,
—no verla despidiéndose de mí todos los días o escuchar su parloteo acerca de
bailes y chicos gays— de repente me asustó.
No estaba del todo segura de cómo iba a manejar la
situación. Ella y Selena eran un tipo de equilibrio para mí. No estaba
segura de si alguien estaría dispuesto a aguantar mi cinismo una vez que me
fuera de la ciudad.
—Debemos llegar a química, Mil—, dijo
Angela
mientras sacudía su largo flequillo negro de sus ojos. —Ya sabes cómo se pone
el Sr. Rollins cuando llegamos tarde—.
Salieron corriendo al departamento de ciencia, y
comencé a caminar por el pasillo en dirección al régimen del programa de AP4.
Mi mente se dirigió a otros lugares, a un futuro sin mis mejores amigas para
mantenerme sana. Nunca lo había considerado antes, y ahora que estaba pensando
en ello, me hizo ponerme muy nerviosa. Sabía que ellas se burlarían de mí por
ello, pero tendría que encontrar una manera de mantenerme en contacto
constante.
4 Advanced Placement; colocación avanzada.
Creo que mis ojos perdieron el contacto con mi
cerebro, porque lo siguiente que supe, fue que me encontré de golpe con Joseph Jonas.
Ese fue el final de mi buen humor.
Tropecé hacia atrás, y todos mis libros de texto se
deslizaron de mis brazos y se estrellaron contra el suelo. Joseph
me agarró por los hombros, sus manos grandes me capturaron antes de que tuviera
la oportunidad de tropezar con mis propios pies y golpear el suelo.
—Whoa—, dijo, estabilizándome.
Estábamos demasiado cerca el uno del otro. Me sentí
como si hubiera insectos arrastrándose por debajo de mi piel, extendiéndose por
los lugares donde sus manos me habían tocado. Me estremecí de asco, pero él lo
malinterpretó.
—Wow, Duffy—, dijo, mirándome con una sonrisa
arrogante. Él era muy alto —lo había olvidado, sentado junto a él en el Nest la
otra noche. Era uno de los poco chicos en nuestra escuela que era más alto que Selena—
por lo menos 6.2 pies de altura. Un pie entero más alto que yo. — ¿Hago que tus
rodillas tiemblen?—.
—Si como no—. Me torcí fuera de su alcance,
plenamente consciente de que sonaba como Alicia Silverstone en Clueless, pero
simplemente no importaba. Me arrodillé y empecé a recoger mis libros, y para mi
intenso desagrado, Joseph se unió a mí.
Estaba jugando el papel de buen samaritano, por
supuesto. Apuesto a que estaba esperando a que una porrista caliente, como Selena,
pasara y pensara que estaba siendo un caballero. Que cerdo. Siempre en buscando
darse a notar. —Español, ¿eh? —, Dijo, echando un vistazo a
los papeles dispersos, cuando los cogió.
— ¿Puedes decir algo interesante? —
—El tono de tu voz hace que quiera estrangularme—.
Me levanté y esperé a que me entregara mis papeles.
—Eso suena sexy—, dijo, poniéndose de pie y dándome
la pila del trabajo en español que habíamos recogido juntos. — ¿Qué
significa?—.
—El tono de tu voz hace que quiera estrangularme—.
—Excéntrica—.
Sin otra palabra, cogí los papeles
de sus manos, los
guardé dentro de uno de mis libros, y troté camino a clase. Tenía que poner la
mayor distancia entre yo y el hijo de puta mujeriego como fuera posible. ¿Duffy?
¿En serio? ¡Él sabía mi nombre! El imbécil egoísta no podía dejarme en paz. Por
no hablar de que mi piel todavía picaba donde me había tocado.
La clase AP del Sr. Chaucer consistía sólo de nueve
estudiantes, y siete de ellos ya estaban en la clase en el momento en que entré
por la puerta. El Sr. Chaucer me lanzó una mirada sucia a través de sus ojos
entrecerrados, presionándome porque la campana sonaría en cualquier momento.
Llegar tarde era un delito grave en opinión del Sr. Chaucer, y casi tarde constituía
un delito menor. No fui la última en aparecer, sin embargo. Eso ayudó un poco.